GUERRA COMERCIAL
Europa activa su venganza comercial contra EEUU en pleno desvarío arancelario de Trump

Las primeras represalias de la Unión Europea contra la política comercial de Donald Trump ya son una realidad. Este miércoles los Estados miembros aprobaron los aranceles a productos estadounidenses para su entrada en vigor a partir del 15 de abril, cuando las aduanas comunitarias empezarán a cobrarlos para recaudar millones de euros. Bruselas cumple así con sus advertencias y con el calendario anunciado en caso de que Washington no aceptara negociar las tarifas unilaterales impuestas en marzo al acero y al aluminio europeos.
El anuncio se produjo horas antes de que Trump cediera a la presión de los mercados y comunicase que activaba una tregua de 90 días en la aplicación de la mayoría de aranceles, dejando expresamente al margen a China, a quien se los eleva al 125%. Wall Street se disparó tras la rectificación de Estados Unidos.
"He autorizado una PAUSA de 90 días y una reducción sustancial del arancel recíproco durante este período, del 10%, también con efecto inmediato", escribió en un mensaje en Truth Social, justificando su decisión en el hecho de que más de 75 países, según sus cálculos, se han puesto en contacto con su Administración para negociar los aranceles.
Europa, sin embargo, golpea con un arancel del 25% al maíz, la cebada, el arroz, las motocicletas, la carne de aves de corral, frutas como la fresa o el zumo de naranja, la madera, los pantalones vaqueros, los diamantes o el hilo dental. Se trata de productos procedentes de Lousiana, Nebraska, Alabama, Virginia, Georgia o Alabama, estados republicanos donde Trump tiene grandes caladeros de votos, para “golpear donde sabemos que duele, que sientan la presión dentro del sistema americano”, explicaba con elocuencia hace ya un par de semanas una fuente comunitaria.
Las represalias rondarán los 21.000 millones de euros, una cifra ligeramente más baja de lo inicialmente prevista, pero en línea con lo explicado por el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, de no entrar en un mero “ojo por ojo o centavo por centavo”. Y se recaudarán en varias etapas: el 15 de abril entrarán en vigor aranceles por 3.900 millones; el 15 de mayo, la gran suma de 13.500 millones; y, para finales de año, otros 3.500 millones de aranceles a las almendras o la soja, según fuentes comunitarias.
Finalmente, los productos lácteos o bebidas alcohólicas, como el bourbon, se han salvado del castigo europeo. Grandes potencias vinícolas como España, Francia o Italia así lo pidieron con el objetivo de evitar que Trump impusiese a sus vinos y champanes una tarifa del 200%. Una decisión que el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, califica como “inteligente” y “de buena voluntad” al lanzar “una señal para el diálogo”.
La aprobación de los primeros aranceles europeos no fue unánime. Como es habitual es los últimos meses, la Hungría de Viktor Orbán se descolgó del acuerdo bajo la justificación de que “la escalada no es la respuesta”, según su ministro de Exteriores y Comercio, Péter Szijártó, argumentando que sólo “causarían más daño a la economía europea y a sus ciudadanos al aumentar los precios. La única salida es la negociación, no la represalia”.
El voto negativo de Hungría no empaña los aranceles europeos en respuesta a Trump. Habrían sido necesarios catorce países de la UE para bloquearlos, un movimiento que no se esperaba porque este pasado lunes “una amplia mayoría de ministros” había aceptado en Luxemburgo la propuesta de la Comisión, como confirmó el responsable español de Economía, Carlos Cuerpo.
Habrá más represalias contra Estados Unidos
Estos primeros aranceles son la reacción sólo al flanco del acero y el aluminio abierto por el presidente estadounidense; es decir, responden a la tarifa impuesta por Trump del 25%, y no a la tasa recíproca del 20% anunciada desde la Casa Blanca la semana pasada contra todas las exportaciones del continente, que precisamente ha entrado en vigor este miércoles.
La UE considera que “las tarifas estadounidenses son injustificadas y causan un daño económico a ambas partes” y este miércoles volvió a insistir en “su clara preferencia por encontrar una salida negociada”, por lo que las “represalias podrán ser suspendidas en cualquier momento si los Estados Unidos aceptan negociar una salida justa y equilibrada”.
La Comisión Europea y los 27 todavía trabajan en la respuesta coercitiva al arancel del 25% a los coches y componentes automovilísticos no fabricados en Estados Unidos o en la de esa tarifa recíproca anunciada el Liberation Day. En las próximas semanas, seguirán avanzando en nuevas medidas contra los productos, las empresas y la economía estadounidenses mientras la Administración Trump no negocie y retire sus decisiones unilaterales contra Europa.
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En ese camino aparecen nuevas piedras. En Bruselas se analiza la posibilidad de un arancel homogéneo a todos los productos de EE UU para contrarrestar esa tasa recíproca del 20%, con el objetivo de que entren en vigor para el 15 de mayo. Y se trabaja también en medidas más políticas, que pasarían por denuncias ante la Organización Mundial del Comercio, vetar a las constructoras estadounidenses en los concursos públicos del continente o por activar el mecanismo anticoerción para introducir gravámenes a los servicios digitales de Apple, Google, Facebook, Amazon o X (antigua Twitter), una reclamación impulsada públicamente Francia.
Este mismo miércoles, en Bruselas, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, les transmitió a representantes de la American Chamber que “Europa está abierta al comercio y la inversión” y que sigue dispuesta a la negociación para “mantener fluidas y fuertes las cadenas de suministro entre la UE y los Estados Unidos”. La todopoderosa patronal estadounidense es receptiva a este enfoque europeo y apoya la desescalada, porque teme el impacto de esta guerra comercial en unas relaciones económicas que valora en 9,5 billones de dólares.
La guerra comercial ya es global y la Unión Europea se une a Canadá o China en sus represalias, justo el día que han entrado en vigor las tarifas del Liberation Day anunciadas por la Administración Trump contra todo el planeta y que están provocando fuertes caídas en los mercados financieros y la revisión a la baja para este año de las perspectivas de crecimiento en la mayoría de países.