El PP se retrata en la UE al aliarse con la extrema derecha contra la reducción de emisiones de CO₂
Europa está a punto de aprobar definitivamente su objetivo de reducir un 90% las emisiones de CO₂ para 2040, una cifra con profundas y estructurales ramificaciones en toda nuestra economía, desde los coches o trenes en los que viajamos hasta el modelo de producción de las industrias o los sistemas de embalaje de las cadenas de consumo. Pero será sin el PP español.
Sus eurodiputados votaron en contra en el Pleno de la Eurocámara, aliándose con los tres grupos de extrema derecha y formando un importante bloque negacionista de 248 legisladores. Los españoles junto a los polacos se desmarcaron de su grupo popular europeo, aunque Dolors de Montserrat sea la secretaria general. Por números, dos de las delegaciones más importantes dentro de este partido rompieron así la unidad en una votación clave. También se les sumaron eurodiputados checos o Sander Smit, neerlandés ahora enfrentado al comisario europeo de Clima, Wopke Hoeskstra, precisamente del mismo país.
El aval de la Eurocámara por 379 votos a favor y 248 en contra configuró una mayoría suficiente gracias a socialdemócratas, liberales, verdes, las formaciones de izquierda y gran parte de los populares europeos. Sale adelante la enmienda propuesta por la Comisión Europea a su ley del clima para llegar a la neutralidad de las emisiones en 2050, consolidando ese objetivo intermedio en 2040. El Parlamento Europeo también respaldó la flexibilidad para que los 27 Estados Miembros puedan rebajar la cifra del 90% en un 5% si compran con fondos comunitarios los créditos de carbono de terceros países.
El objetivo para 2040 debe ahora pasar su último escollo, el sello definitivo con el Consejo. La negociación con los 27 será ardua porque socios como Hungría, Eslovaquia, República Checa y Polonia, pilotada por el popular Donald Tusk, ya votaron en contra. Fue hace una semana, en una larga negociación entre los ministros de Medio Ambiente donde se acordaron los mismos términos que los votados por el Parlamento. Entonces, hubo también dos abstenciones.
Ahora, en el Consejo, Italia podría ir en contra, igual que han hecho los eurodiputados de su primera ministra, Giorgia Meloni. Si la Alemania del canciller democristiano Friedrich Merz pega un volantazo inesperado y da marcha atrás, entonces la reducción considerable de las emisiones sería tumbada. Pero de momento, los populares alemanes se mantienen a bordo, lo han hecho en la Eurocámara.
El PP de la mano con los ultras
En el PP español aseguran que el voto de sus eurodiputados en contra de reducir un 90% las emisiones de CO₂ en 15 años es “coherente con una política medioambiental realista y que no perjudique a la competitividad de la UE”. Así lo hicieron el pasado lunes sus tres legisladores presentes en el Comité de Medioambiente y Clima del Parlamento, Esther Herranz, Susana Solís y Borja Giménez.
Junto a ellos, también habían votado en contra Jorge Buxadé, el líder de Vox en la institución, Nora Junco, antigua eurodiputada del Se Acabó la Fiesta de Alvise, el postfascista italiano Paolo Inselvini, la lepenista Mélanie Disdier, o Barbara Bonte, del partido neonazi belga Vlaams Belang. Este jueves, ya en el Pleno, el frente ultra ha votado en contra en bloque.
Fuentes populares explican que “el PP defiende la lucha contra el cambio climático”, pero que el objetivo de reducción de emisiones del 90% “no es realista y es poco creíble”. Argumentan que si “en estos momentos estamos a un ritmo de reducciones del 12%”, “para 2030 el objetivo es del 55%” y que por ello la senda para 2040 muestra cifras “muy difíciles de cumplir”. Su propuesta, que no contó con el apoyo mayoritario ni siquiera dentro de su grupo parlamentario, era fijarlo en torno al 77,5% por considerarlo más “lineal y realista”.
Una rebaja en la Eurocámara de la ambición climática era impensable este jueves. Los socialdemócratas, la segunda fuerza de la institución, estaban en contra, también Los Verdes y La Izquierda. Dentro de los liberales, quinta formación y casi pareja a los dos grupos ultras de ECR y Patriots, según ha podido saber infoLibre, hubo un debate sobre si considerarla, pero las filas macronistas, motor de esa bancada, se negaron en rotundo y los liberales alemanes sólo la aceptarían si había mayor flexibilidad para los Estados miembros. En todo caso, sería para dejarlo alrededor del 85-87%, lejos de la idea del PP español. Oihane Agirregoitia, eurodiputada del PNV y dentro de los liberales, votó a favor del 90%.
Las críticas llueven ahora sobre los populares españoles por su alianza no disimulada con la extrema derecha. Nicolás González Casares, eurodiputado del PSOE y miembro del Comité de Industria y Energía, que trabaja los planes de descarbonización de los sectores económicos, considera que “el PP vuelve a votar de la mano de la ultraderecha siguiendo sus compromisos con Vox” y que van “contra la ciencia, contra España y Europa” y se pregunta si quieren que “España sea un nodo de polución o de innovación”, aludiendo al desarrollo de las tecnologías verdes, porque “las [energías] fósiles y los fachas son dos caras de la misma moneda”.
Aún siendo minoritaria dentro de todo el grupo popular, el voto de los españoles junto a polacos y algunos otros eurodiputados redunda en la orientación clara de todo este partido europeo hacia las formaciones de extrema derecha con la intención de reducir la ambición climática del Pacto Verde o eliminar parte de sus legislaciones en favor de los intereses empresariales e industriales. Así lo denuncian Los Verdes, ya que este jueves la Eurocámara también aprobó otras normas de calado.
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La Directiva sobre Diligencia Debida en la Sostenibilidad Corporativa, pese a su intrincado nombre, recoge las obligaciones verdes que las empresas deben notificar a la administración. El texto aprobado ha relajado esa carga con el pretexto de que eran costes burocráticos que minaban la competitividad de las compañías europeas. El texto de la Comisión Europea supone una desregulación y desandar el camino emprendido hace un lustro, al exigir que sólo las empresas con más de 1.750 empleados y un negocio superior a los 450 millones de euros anuales deban presentar informes medioambientales o de impacto social.
En esta votación del Pleno todos los populares sí que fueron en bloque con los tres grupos de extrema derecha y el texto salió adelante con 382 votos a favor. Para Los Verdes, el líder del PP europeo, Manfred Weber, “ha cometido un grave error histórico al cruzar una histórica línea roja contra la extrema derecha”. Vula Tsetsi, vicepresidenta de esta formación, califica como “irresponsable, moralmente indefendible y destructiva” la posición de la dirección popular al ir en contra de la protección del medioambiente y también de los derechos de los consumidores.
Sin embargo, la desregulación es impulsada en este segundo mandato de la Comisión Von der Leyen bajo la premisa de paquetes legislativos Omnibus que impulsen la competitividad europea ante Estados Unidos y China. Y Los Verdes son, en la Eurocámara, uno de los sostenedores de esa Comisión.