corrupción en Brasil
Rousseff a Lula: “Estoy mandándote [...] el papel para que puedas tenerlo y usarlo en caso de necesidad”
Una conversación telefónica entre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y Luiz Inacio Lula da Silva, difundida este miércoles por un tribunal brasileño, revela un intento de evitar la posible detención del exmandatario mediante la entrega de un "documento" que debería usar "en caso de necesidad".
Investigadores interpretan el diálogo –grabado legalmente por la Policía– como un intento de Rousseff para evitar una posible detención de Lula. Si había una orden del juez, de acuerdo con esta interpretación, el expresidente Lula mostraría el citado documento que le acreditaba como ministro del Gobierno y evitaría ir a prisión.
"Estoy mandándote a Bessias [Jorge Rodrigo Araujo Messias, jefe adjunto de Asuntos Jurídicos] junto con el papel, para que puedas tenerlo y usarlo en caso de necesidad", dijo la presidenta en esta breve conversación a la que ha tenido acceso el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
La conversación fue grabada por la Policía Federal, en el marco de una investigación por la presunta donación de una propiedad a Lula por parte de empresas que tenían contratos con la estatal Petrobras. El teléfono pinchado pertenecía a un asesor del Instituto Lula, que a menudo era utilizado por el expresidente.
Sin embargo, puede que esta no sea la única conversación entre ambos difundida por la justicia brasileña. "Observo que en algunas conversaciones telefónicas hablan de cómo influir o pedir ayuda a los fiscales o los tribunales a favor del expresidente", ha explicado el juez Sergio Moro en un informe publicado en el portal web de la corte.
En cualquier caso, Moro ha aclarado que no hay información que estos presuntos intentos de influir en las autoridades se hayan llevado a cabo efectivamente, según indica la agencia Reuters.
Lula ya tiene cargo en el Gobierno de Rousseff
Rousseff ha confirmado este miércoles que Lula, su antecesor inmediato también del Partido de los Trabajadores (PT), se incorporará al Gobierno como jefe de la Casa Civil, convirtiéndose así en aforado en medio de las investigaciones judiciales en su contra por su presunta implicación en la trama corrupta de Petrobras.
"El cargo de jefe de la Casa Civil será asumido por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva", ha anunciado el Palacio de Planalto en un breve comunicado. Jaques Wagner, que hasta ahora ocupaba este cargo, pasará ahora a la jefatura del gabinete personal de Rousseff.
La prensa ya había adelantado que Lula se sumaría al Ejecutivo para protegerse de la ofensiva judicial en su contra. Sin embargo, desde el gobernante PT explican que el objetivo es ayudar a Rousseff a superar la crisis política y económica.
Lula fue detenido brevemente el pasado 4 de marzo para ser interrogado sobre la propiedad de un tríplex ubicado en el Edificio Solaris, un condominio de lujo de Sao Paulo construido por el grupo de ingeniería OAS, involucrado en el escándalo de corrupción de Petrobras.
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Luiz Inácio Lula da Silva ha tomado posesión este jueves como nuevo miembro del Gobierno, en una ceremonia que supone también el aforamiento del antiguo mandatario de cara a su posible imputación por la investigación de la trama corrupta de Petrobras. La actual mandataria, Dilma Rousseff, ha firmado los documentos que nombran a Lula da Silva nuevo jefe de la Casa Civil durante una ceremonia en el Palacio de Planalto. El acto también ha confirmado la renovación en el Ministerio de Justicia, departamento al que se incorpora Eugenio Aragao.
La llegada del expresidente al Gobierno ha sido aplaudida por los fieles del Partido de los Trabajadores y criticada por la oposición, especialmente tras la difusión de una conversación telefónica en la que Rousseff ofrecía a Lula un nombramiento como ministro para que lo utilizara "en caso de necesidad". La toma de posesión de Lula ha estado rodeada de polémica política, pero también social. Simpatizantes y detractores del antiguo presidente se han enfrentado este jueves en las inmediaciones del Palacio Presidencial.
Las fuerzas de seguridad han utilizado gas pimienta para separar a los dos grupos rivales y ha contenido a unos 300 simpatizantes de la oposición que intentaban entrar a una plaza en la que ya se encontraban otros tantos seguidores oficialistas.