Donald Trump, atrapado en el 'caso Epstein': “Claro que sabía lo de las chicas”
Definitivamente, Donald Trump nunca acaba de deshacerse de quien fuera su amigo por más de diez años, Jeffrey Epstein, el financiero que murió en prisión tras ser acusado de uno de los mayores escándalos de pedofilia de la historia reciente.
Aunque el presidente de los Estados Unidos siempre ha negado haber estado al corriente de las actividades de Epstein, tanto en Nueva York como en Florida, y ha explicado que se rompió con él en 2004, tres correos electrónicos revelados el miércoles 12 de noviembre por los miembros demócratas de la comisión de supervisión de la Cámara de Representantes parecen acreditar que ha mentido sobre lo que realmente sabía, e incluso sobre su implicación.
2011: “Un perro que no ladró”
En un email de 2011 dirigido a Ghislaine Maxwell, condenada en 2022 a veinte años de prisión por su papel en el tráfico sexual de menores, Jeffrey Epstein se refiere a su examigo como un “perro que no ladró”, dando a entender que no habló con las autoridades sobre lo que sabía. El financiero añade que una de sus víctimas, cuyo nombre ha sido ocultado por los demócratas, “pasó horas en [su] casa con [Donald Trump], y nunca se mencionó ni una sola vez”.
En aquella época, Jeffrey Epstein gozaba de vida profesional y social, intercambiando emails con periodistas y conocidos muy bien situados, tres años después de haber llegado a un acuerdo con la justicia de Florida, que algunos calificaron como “el acuerdo del siglo”: el abandono de todos los procesos federales a cambio de la admisión de su culpabilidad por dos cargos, “solicitud de prostitución” y “solicitud de prostitución de menores”.
En 2008, Epstein fue condenado a dieciocho meses de prisión, pero solo cumplió trece, en condiciones especialmente favorables. Disfrutaba de un horario flexible que le permitía ir a trabajar a su oficina durante el día y volver a la cárcel solo para dormir.
Los miembros republicanos de la comisión de supervisión de la Cámara de Representantes se apresuraron a revelar el nombre de la víctima mencionada en el correo electrónico y ocultada por los demócratas: se trata de Virginia Giuffre, una estadounidense-australiana que se convirtió en la principal demandante en el caso Epstein.
En 2011, cuando se redactó el correo electrónico, acababa de acusar por primera vez a Jeffrey Epstein de haberla utilizado como “esclava sexual” a principios de la década de 2000. También había denunciado al hermano del rey Carlos III de Inglaterra, Andrew, quien, según ella, la había agredido sexualmente cuando era menor de edad. Giuffre se suicidó en abril. Andrew siempre ha rechazado esas acusaciones.
La razón por la que los republicanos decidieron nombrarla es que, cuando en 2016, durante un juicio civil, se le preguntó sobre la posible implicación de Donald Trump, Virginia Giuffre respondió: “No creo que Donald Trump haya participado en nada”. En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, también contraatacó afirmando que “el presidente Trump expulsó a Jeffrey Epstein de su club hace décadas por comportarse de manera inapropiada con sus empleadas, entre ellas Giuffre”.
2015: “Creo que debería dejarle que se ahorque él mismo”
El segundo correo electrónico, fechado en 2015, es un intercambio entre Epstein y el periodista Michael Wolff, conocido por haber escrito cuatro libros sobre Donald Trump y que posee más de cien horas de entrevistas grabadas en 2017 con el pedófilo. En vísperas de un debate en el marco de las primarias republicanas que retransmitiría la CNN, Wolff explicaba que la cadena de televisión tenía previsto preguntar a Trump sobre sus vínculos con Epstein, lo que no ocurrió. El financiero le pedía consejos sobre cuál podría ser la respuesta.
“Creo que debería dejarle que se ahorque él mismo”, responde el periodista. “Si él afirma que no ha tomado ningún avión ni ha estado en su casa, eso será para usted una ventaja considerable en términos de relaciones públicas y poder político”. Y añade: “Por supuesto, es posible que, cuando le pregunten, declare que Jeffrey es un tipo estupendo, que tuvo un acuerdo desfavorable y fue víctima de lo políticamente correcto, que se acabará bajo un régimen de Trump.”
2019: “Claro que sabía lo de las chicas”
El tercer email data de enero de 2019, seis meses antes de su detención y encarcelamiento. Se trata de nuevo de un intercambio entre Epstein y Wolff. El primero afirma que “claro que sabía lo de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”.
Michael Wolff lo explicó detalladamente en un podcast de la web Daily Beast titulado Inside Trump’s Head (Dentro de la cabeza de Trump), un medio con el que colabora.
Para él, estos tres emails confirman lo que figuraba en las grabaciones que realizó con Epstein en 2017 y de las que publicó extractos en la web del Daily Beast justo antes de las elecciones presidenciales de 2024. En ellos, el pedófilo cuenta su cercanía con el presidente republicano, afirmando incluso que “la primera vez que él [Trump, ndr] se acostó con ella [su futura esposa Melania, ndr] fue en su avión”.
El miércoles, Michael Wolff explicó que en aquel momento se trataba de exponer los estrechos vínculos entre ambos hombres y mostrar hasta qué punto Trump no era “digno” de ser presidente de los Estados Unidos. “Se conocían perfectamente”, señaló, “y luego se enfadaron con extrema animosidad. Pero durante más de diez años, eso es lo que hicieron. Y su obsesión eran las mujeres, las chicas, las modelos”. De hecho, ambos eran propietarios de una agencia de modelos.
Para el escritor, “Epstein temía lo que le sucedería si Donald Trump se convertía en presidente”. “Los medios de comunicación prefirieron ignorar este asunto hasta que aparecieron pruebas irrefutables”, indicó. “Creo que nos estamos acercando al objetivo.”
Para Trump, un “bulo demócrata”
En su red social Truth Social, Donald Trump acusó a los demócratas de instrumentalizar este asunto, calificado como “bulo demócrata”, “porque están dispuestos a todo para desviar la atención de su catastrófica gestión del bloqueo presupuestario y de muchos otros temas”.
“Solo un republicano especialmente incompetente, o incluso estúpido, caería en esta trampa”, añadió, mientras que los congresistas de su partido anunciaban que se unirían a los demócratas para aprobar una moción que allanara el camino para la publicación de los documentos sobre el caso Epstein en poder de agencias del Gobierno federal, como el FBI, o de ministerios como el de Justicia.
Los medios de comunicación americanos revelaron que el presidente había llamado a dos congresistas de su partido que abogan por la publicación de los Epstein Files (expedientes Epstein), Nancy Mace y Lauren Boebert. A esta última incluso se la invitó a participar en una reunión en la sala de crisis de la Casa Blanca. La portavoz Karoline Leavitt, al ser preguntada al respecto, respondió que era “una prueba de [su] transparencia querer reunirse con los miembros del Congreso y responder a sus preocupaciones”. “Debatir diversos temas con los miembros del Congreso es un elemento esencial de la transparencia, y no voy a detallar las conversaciones que tuvieron lugar en la sala de crisis”, prosiguió.
Por su parte, los miembros republicanos denunciaron la selección realizada por los demócratas, publicando más de 20.000 emails en los que, según el New York Times, “Epstein describe a Donald Trump como un hombre de negocios ‘podrido’, ‘al borde de la locura’, poco digno de confianza y, ‘en la vida real y de cerca’ aún peor que la imagen que trataba de proyectar en público”.
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Donald Trump pensaba haberse librado de este asunto, pero, con el fin del bloqueo presupuestario y la reanudación de los trabajos en la Cámara de Representantes, se lo vuelve a encontrar de frente. La Casa Blanca está que arde.
Traducción de Miguel López