ESPAÑA EN LLAMAS

Más de 60.000 hectáreas arrasadas en diez días en Galicia mientras el fuego pulveriza récords históricos

Vecinos trabajan en labores de extinción del incendio forestal de Carballeda de Avia (Ourense) este domingo.

Hasta el 8 de agosto, hace diez días, habían ardido en toda Galicia, en los incendios de los que informa la Xunta —solo los de más de 20 hectáreas o los que afectan a lugares poblados o protegidos— unas 2.600 hectáreas, una cifra similar a la de todo el año pasado, uno de los mejores de la serie histórica. Sin embargo, desde esa jornada, en unas condiciones meteorológicas que, según coinciden los expertos, serán cada vez más habituales por efecto del cambio climático, ya se han quemado más de 60.000 hectáreas en toda Galicia, más que el total de los años 2022 y 2017 juntos.

Y lo que queda, porque los principales incendios siguen sin estar controlados, con especial protagonismo para el que comenzó aquel 8 de agosto en la parroquia de Requeixo, en Chandrexa de Queixa, y que ya es el gran incendio del Macizo Central ourensano, con más de 17.500 hectáreas arrasadas. Muchas más que las entre 11.000 y 13.000 que distintas fuentes calcularon para el que hasta ahora era el mayor fuego, el del Courel en 2022.

Si 2022 fue el año de los dos mayores incendios en los registros históricos de Galicia, este 2025 ya es el de los tres mayores fuegos, con más de 60.000 hectáreas afectadas, ya que el desatado en Carballeda de Valdeorras (entre 10.500 y 12.000 hectáreas quemadas) se suma a los de Oímbra (unido este domingo al de Xinzo de Limia) y Larouco (que saltó el río Sil hacia el norte y avanza por el Courel), con 12.000 hectáreas arrasadas cada uno. El de Larouco, después de duplicar en unas horas las 6.000 supuestas hectáreas de las que informaba la Xunta en la mañana de este domingo. Y un cuarto incendio, el de A Mezquita, se acerca a esas cifras, con 10.000 hectáreas ya quemadas.

Este domingo, además de unirse los incendios de Oímbra y Xinzo, también lo hicieron los de Carballeda de Avia y Beade, que ahora suman 2.500 hectáreas. Y desde Zamora, en el entorno del lago de Sanabria, según informa en este caso la Junta de Castilla y León, avanza otro fuego hasta el norte y la zona ya gallega de Pena Trevinca y Teixadal de Casaio. La cara positiva fue que se lograron extinguir este domingo un incendio de 300 hectáreas en Dozón (Pontevedra) y otro de 28 en A Estrada (Pontevedra), y este lunes otro de 8,97 hectáreas en Verín.

La ola de fuego que arrasa Galicia mantiene en jaque a los servicios de extinción. La conexión ferroviaria con la meseta continúa suspendida y las principales vías de comunicación de Ourense —la autovía A-52 y la carretera N-525— sufren cortes constantes que se extienden a otras carreteras de la provincia.

Además, miles de personas se han visto ya afectadas bien por la proximidad del fuego, por los confinamientos decretados en numerosos municipios de Ourense durante el pasado fin de semana o por la afectación a granjas, pastos, montes, fincas y casas. La virulencia de los incendios, que no dan tregua desde hace días y que ya han arrasado casi el 9% de la superficie total de la provincia, ha provocado además daños irreparables en espacios naturales protegidos y de gran valor paisajístico. El impacto final será aún mayor cuando se evalúen en detalle las consecuencias.

En este contexto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó este domingo el centro de control de emergencias en Ourense y se reunió con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Allí anunció que, una vez desplegados todos los recursos ordinarios de comunidades autónomas y Estado, y a la espera de refuerzos europeos, el Ejército de Tierra se sumará a la Unidad Militar de Emergencias (UME) con 500 efectivos. De ellos, Rueda ya ha reclamado que al menos 200 sean destinados a Galicia, aunque los incendios afectan también con dureza a Castilla y León o Extremadura.

En su comparecencia, Sánchez puso el acento en el cambio climático como elemento clave para entender estos últimos incendios. Unos fuegos cada vez más difíciles de controlar que, dijo, la meteorología hace inabordables para el ser humano y cuya extinción depende ahora de la propia evolución del tiempo. Esta semana bajarán las temperaturas, pero aún está por ver si además llegará algo de lluvia entre el martes y el jueves, si esta se extiende más allá de la franja atlántica o del noroeste y si es suficiente para ayudar a los dispositivos de lucha contra el fuego a controlar los incendios.

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Mientras tanto, la Xunta anunció este lunes las primeras ayudas para las familias afectadas, tras confirmarse decenas de viviendas calcinadas en distintos puntos de Galicia. El Sergas ha reorganizado además la atención primaria en las zonas más castigadas: concentrará los servicios en los centros de O Barco de Valdeorras, A Rúa, Viana do Bolo, A Pobra de Trives, Verín y Montederramo, y dejará únicamente equipos de enfermería en los consultorios más pequeños, incapaces de operar con normalidad. Aquí puede consultarse esa reorganización.

Además, en el conjunto de la Península la situación tampoco mejora. Hay más de 40 incendios importantes activos en España con miles de hectáreas quemadas, sobre todo en las provincias de Ourense, León y Zamora, pero ahora también con gran impacto en Extremadura y Asturias. Además, en Portugal han ardido unas 65.000 hectáreas en solo dos días y cerca de 160.000 desde principios de año.

El pasado viernes, Portugal registró la primera víctima mortal a causa de los incendios, mientras que España contabiliza ya cuatro, después de que un bombero falleciese tras volcar una autobomba durante los trabajos de extinción en León.

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