CAMBIO CLIMÁTICO

Los incendios de agosto en España contaminaron el doble que todo el sector de la aviación en un año

Un helicóptero recoge agua para ayudar con las labores de extinción del incendio, a 26 de agosto de 2025, en Aguas Mestas, Lugo.

La ola de incendios de 2025 ha dejado en total 382.000 hectáreas quemadas, aproximadamente la mitad de la superficie de la provincia de Barcelona, y la inmensa mayoría ardió en agosto. A los daños humanos, materiales y naturales se suma también la ingente cantidad de humo expulsada esos días, que repercute gravemente en la salud de la población y acelera el impacto del cambio climático. En total, las emisiones de CO₂ de esos días alcanzaron los 6,27 millones de toneladas, según el servicio de vigilancia atmosférica de la UE (CAMS). La cifra es un récord para España desde que comenzaron los registros en 2002.

De esta manera, los gases de efecto invernadero que expulsaron los incendios equivalen a un sector entero de la economía española. La aviación al completo emitió el año pasado 3,3 millones de toneladas, prácticamente la mitad que el fuego este verano. Comparado con la contaminación de toda la economía española el año pasado (269 toneladas, según el Ministerio de Transición Ecológica), los fuegos forestales suponen el 2,3% de las emisiones. Si se suma el humo de Portugal, los incendios de la península de 2025 han emitido 9,9 millones de toneladas.

Los expertos llevan años advirtiendo de que la agresividad de los incendios es cada año mayor y su impacto en la calidad del aire empieza a ser muy preocupante. En 2023, Canadá sufrió la peor temporada de fuegos del histórico –14 millones de hectáreas quemadas, el 65% de la superficie de España– y eso provocó que la calidad del aire se viese gravemente afectada en toda Norteamérica e incluso en Europa. Las emisiones de CO₂ fueron entonces equivalentes a 2.370 millones de toneladas, superiores a las de cualquier país del mundo, salvo Estados Unidos, India y China.

El CO₂ no afecta a la salud de las personas, pero es uno de los principales gases que acelera el calentamiento de la Tierra. No obstante, el humo de los incendios transporta también un cóctel de partículas que sí afectan gravemente a la salud y muchas de ellas son cancerígenas. El hollín del humo provoca en la población general irritación de garganta, picor de ojos o problemas leves respiratorios, pero está demostrado que las personas con patologías previas se exponen a problemas graves respiratorios y circulatorios, incluso a cientos de kilómetros de las llamas.

El 11% de la superficie de la Red Natura fue arrasada por los incendios de agosto en Galicia

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Julio Díaz, doctor investigador del Instituto de Salud Carlos III, explicó en agosto a infoLibre que la mala calidad del aire es un grave problema de salud pública. "Por una parte, aumenta la mortalidad prematura de la población por enfermedades circulatorias y respiratorias, así como los ingresos en hospitales, pero también afecta a embarazadas, con partos prematuros y bajo peso al nacer", según diferentes estudios que ha realizado su equipo en España. El humo también agrava las enfermedades mentales y provoca picos de estrés y ansiedad en la población.

Este jueves, la revista Nature ha publicado precisamente dos artículos que sostienen que la mortalidad de los incendios subirá de manera drástica en las próximas décadas en todo el mundo debido a los daños del humo. Incendios cada vez más grandes en tamaño y en poder calorífico debido al cambio climático y al abandono rural supondrán más carbón y partículas tóxicas en el aire.

Una de las conclusiones es que en Estados Unidos las muertes por humo de incendios aumentarán de las 40.000 actuales a unas 70.000 en 2050. A nivel mundial, las cifras podrían ascender a 1,4 millones de muertes prematuras al año para finales de siglo, seis veces más que en la actualidad, propone el otro artículo. 

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