INDUSTRIA ENERGÉTICA
Así sobreviven las empresas españolas de energía solar en un sector dominado por China
Esta semana se celebra en Madrid la principal feria de energías renovables de España, en la que queda patente el dominio chino de la industria que moverá el planeta en las próximas décadas. Uno de los inmensos pabellones de Ifema que acogen la cumbre es exclusivamente chino, aunque la presencia de este país es prácticamente omnipresente en todos los estands, ya que incluso las empresas 100% españolas dependen de fabricantes asiáticos en algún punto de la cadena.
El gigante asturiano Exiom, presente en la feria con un gran rótulo de "empresa española", fabrica sus paneles solares en dos plantas de China, que luego utilizan para levantar parques fotovoltaicos por todo el mundo. DSP Solar, otra compañía asturiana dedicada a la distribución de productos relacionados con las baterías, afirma que los tres fabricantes con los que trabaja también producen en China y en países vecinos, como Taiwán o Vietnam.
"En los últimos años nos hemos dejado pisotear, como con los coches eléctricos", señala Héctor Cortés, director técnico de DSP, que explica que la principal razón por la que los asiáticos arrasan en el mercado es porque venden a mejor precio y porque fabrican al por mayor. Sin embargo, con el paso de los años también han avanzado en investigación, y en este momento su producto es sencillamente mejor. "Al principio copiaban tecnologías europeas, pero ahora mismo no solo tienen mejores fábricas, también mejores ingenieros y mejores ideas de las que nosotros podemos aportar, y creo que esa brecha va a ir a más", añade.
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Cada jueves, una mirada rigurosa y comprometida sobre lo que le está pasando al planeta.La feria de renovables Genera demuestra que la capacidad de los productores chinos crece más cada año. Si la presencia asiática ya era dominante en las ediciones de la década pasada, en 2025 es masiva. Tres representantes de Zhejiang Juxing New Energy, una empresa de Wenzhou (China) han acudido por primera vez este año a Ifema para ampliar sus ventas a Europa. "España es un gran mercado, pero también venimos porque esta feria es un punto de conexión con otros países vecinos", confiesa Zoe Zhao, una agente de la compañía. Sus productos más vendidos son inversores, controladores de carga solar y convertidores.
A su alrededor hay decenas de estands de vendedores de todo el país. Desde fabricantes de electrónica avanzada para plantas de producción de electricidad, hasta pequeños productos domésticos como bombillas led, enchufes, pilas y pequeñas baterías. La presencia asiática también es abrumadora en los pabellones principales de la feria, con Huawei, DJI o CHNT, empresas capaces de abastecer a todo el mundo.
José Donoso, presidente de la patronal española fotovoltaica (UNEF), es consciente de la situación, y explica que el origen de la decadencia de la industria española de energías renovables está en el parón que tuvo el sector en la pasada década, cuando se unió el llamado impuesto al sol con la crisis económica.
"Teníamos una industria potente, pero el mercado desapareció, y con él muchos de los fabricantes. Sobrevivieron los que eran muy competitivos", opina el portavoz. En todo caso, los números de UNEF demuestran que una parte de la industria solar española sigue siendo muy potente tanto dentro como fuera de las fronteras, hasta el punto de que el sector tuvo el año pasado un superávit de comercio exterior de 1.384 millones de euros.
En todo caso, China produjo el año pasado el 80% de los paneles solares que se instalaron en el mundo, con una capacidad salvaje para producir a bajo coste que hace imposible producir en Occidente. Un panel de tipo TOPCon –la clase de los paneles la determina sus materiales y las capas que lo componen– se fabricaban en Estados Unidos a cierre de 2024 a 0,24 €/W, mientras que en China, durante el segundo semestre de 2024, se situaban alrededor de los 0,08 €/W, 200 veces menos.
El producto estrella español es el inversor solar, un aparato que transforma la corriente de una instalación fotovoltaica, generalmente de continua a alterna. "El 75% de todos los inversores de potencia que se instalan en Estados Unidos son españoles, y también tenemos grandes mercados como Australia, Italia, Latinoamérica…", resume Donoso. Lo único que no tiene España, al menos todavía, es una fábrica potente del componente imprescindible: la célula fotovoltaica. De hecho, la asturiana Exiom anunció en febrero de 2023 que levantaría la primera de España en Laredo, pero el proyecto todavía no ha empezado a funcionar.
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En la feria estuvieron presentes también el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, y el secretario de Estado de Industria, Jordi García, que hablaron precisamente sobre cómo reimpulsar la producción nacional en el sector renovable. "¿Qué se puede esperar del Gobierno?", dijo García. "Mientras impulsamos unos sectores, protegemos otros de regiones [en referencia a Asia] que entran con una gran competitividad de precio para no quedarnos sin ellos", añadió el alto cargo.
Además del inversor solar, la industria española es potente en la fabricación de plataformas que sostienen los paneles, puesto que traer desde Asia estas estructuras grandes y pesadas es demasiado caro. Sin embargo, los empresarios chinos cada vez se ven más fuertes incluso en productos donde antes no eran competitivos. La compañía Lever (Haining, China) ha aterrizado este año por primera vez en Genera para vender sus sistemas de montaje fotovoltaico, con los que aspira a competir con las ingenierías españolas.
"Vender en España es un win-win para todos porque podemos suministrar a la industria estructuras entre un 10% y un 15% más baratas", explica una comercial en Ifema. "Empezamos vendiendo en el extranjero por nuestra diferencia de precio, pero poco a poco hemos mejorado el producto y ahora competimos también en calidad", añade. Por otra parte, confiesa que España es su mercado internacional más importante, porque es también un lugar al que vienen comerciales de toda Europa.