Localizan 19 narcolanchas mientras esperaban para recibir cocaína al Oeste de Madeira y Canarias
En el mes de febrero de este año, el Centro de Análisis de Operaciones Marítimas sobre Narcotráfico (MAOC-N) que entonces dirigía el neerlandés Sjoerd Top acogió una reunión secreta entre los responsables antidroga de los distintos países allí representados. Se acordó la creación de un grupo de trabajo conjunto para constatar una realidad de la que ya había dado cuenta Narcodiario en varias ocasiones: la presencia de narcolanchas en el Atlántico para recoger cocaína, incluso a grandes distancias de la Península.
El resultado de la acción, concluida este mes de octubre, fue la localización de hasta 19 de estas embarcaciones en la zona objeto de vigilancia, la mayor parte de ellas en actitud de espera y otras ya cargadas con combustible para abastecer en altamar a sus compañeros de faena. La guinda fue la interceptación de una que, al Norte de la isla de Madeira, se dirigía a Galicia después de haber recogido 2.400 kilos de cocaína. Los arrestados y la droga fueron trasladados, como se sabe, al puerto de A Coruña. El área de vigilancia es amplísima, situada entre los grandes archipiélagos del Atlántico Este: desde el Norte de Cabo Verde hasta el Norte de Madeira, pasando por el Oeste de Canarias y el Sur de las Islas Azores.
El operativo ha servido para constatar que existe una amplísima flota de narcolanchas, embarcaciones de unos 14 metros y cuatro motores de potencia dotadas con antenas starlink para su conexión en cualquier lugar que, además, se coordinan entre sí para mantenerse en la zona, de un modo similar a lo que ocurre en el Estrecho de Gibraltar para la introducción de hachís, pero en este caso para la cocaína. Es cierto que es una práctica más propicia en estos meses que ahora finalizan, con el buen tiempo, pues la llegada del invierno en el Atlántico complicará las jornadas de presencia en altamar a la intemperie, o con el solo abrigo de sombrillas o pequeñas tiendas de campaña instaladas en la cubierta de las embarcaciones.
El objetivo de estos criminales es claro: aguardar el momento de la llegada de los barcos nodriza para dirigirse a ellos y recoger la cocaína. Detrás de estas prácticas se hallan traficantes españoles y marroquíes, principalmente, como quedó acreditado tras los arrestados en la tripulación que fue trasladada al puerto de A Coruña.
Los países miembros del MAOC-N aunaron esfuerzos para llevar a cabo la operación conjunta, que fue denominada Galgo. La contribución de todos ellos, en particular Portugal, Francia, España, Estados Unidos y el Reino Unido, que aportaron una amplia gama de recursos operativos, garantizó una respuesta multinacional coordinada y eficaz.
Dada la vasta área marítima que abarcaba la operación, los países participantes desplegaron tres fragatas, tres aviones de vigilancia y dos helicópteros, que fueron distribuidos en múltiples zonas predeterminadas guiadas por inteligencia como parte de un esfuerzo transnacional combinado.
Esta acción coordinada permitió detectar las citadas embarcaciones rápidas en aguas internacionales, hasta 19, incluyendo la interceptación de la que transportaba 2,4 toneladas de cocaína. Dado que estas embarcaciones suelen desobedecer las órdenes de las autoridades de detenerse, la unidad naval francesa que participó en la interceptación tuvo que emplear la fuerza para inutilizar los motores.
El equipo de abordaje francés detuvo a los cuatro tripulantes e incautó la carga ilícita, que posteriormente fue entregada a las autoridades españolas en un ejemplo sobresaliente de cooperación judicial internacional.
La Operación Galgo involucró una estrecha cooperación entre varios socios internacionales, incluyendo la Marina francesa, la Oficina Antidrogas francesa (OFAST), la Unidad de Inteligencia Aduanera francesa (DNRED) y el Servicio de Guardacostas (SGCD), la Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido (NCA), la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) y el Grupo de Trabajo Interinstitucional Conjunto - Sur, la Marina portuguesa, la Fuerza Aérea, la Policía Judiciária (PJ), el Comando General y el Grupo de Operaciones Tácticas (GAT) de la Policía Marítima, la Policía Nacional y la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional.
"El éxito de la Operación Galgo es prueba fehaciente de la fuerza del esfuerzo colectivo. Este resultado refleja el compromiso, la experiencia y la determinación compartidos de todos los socios involucrados, cuyos esfuerzos coordinados fueron cruciales para superar los importantes desafíos asociados a la interceptación de embarcaciones de alta velocidad. Estas operaciones son complejas, de alto riesgo y exigentes por su propia naturaleza, y este resultado constituye una victoria conjunta para todos los socios involucrados", concluye el MAOC-N.