Qué ven mis ojos

Tiéndeme la mano, pero antes suelta el puñal

“Elige a tus aliados teniendo en cuenta que de ellos surgirá tu peor enemigo".

La mecedora es una silla con alma de barco, dice Francisco Umbral en su Leyenda del César Visionario; y el joven ambicioso pero obediente que parecía, hasta hace nada, Pablo Casado, se ve que tenía interiores de revolucionario, tanto en un sentido político como científico: por una parte, está claro que esperaba el momento de saltarse a la torera la superioridad y hacerse con el poder en la calle Génova; por otra, le ha vendido a los suyos la fórmula para estar a la vez en misa y tocando las campanas, ya que su mensaje es que va a renovar hacia atrás la derecha, va a inventar la pólvora volviendo a las esencias. ¿Cambiarlo todo para que todo siga igual? Ya lo habíamos oído, lo dijese o no Lampedusa en El gatopardo, y sabemos lo que significa: para ellos, la democracia no es más que una palabra de diez letras, y lo que buscan no es que todos rememos en el mismo barco, sino que el barco siga siendo de los mismos de siempre.

Su camino no será fácil, porque en este momento acaba la publicidad y empieza la realidad, los hechos sustituyen a las promesas, los resultados necesitan hacerse visibles, y para que eso ocurra, aparte de ideario hay que tener ideas. El mentor del nuevo jefe es José María Aznar, y lo primero que tendrá que conseguir su discípulo es que se le vuelvan a creer las mismas cosas, entre ellas que su formación es la casa de los conservadores de aquí y de allá y que en ese edificio no hay extremos, es todo salón-comedor. No lo tendrá fácil, porque hoy existe Ciudadanos y entonces no. Hoy, el peligro está a ese lado de la raya, no en frente, sino en la misma orilla del río. Y para que el círculo de la paradoja se complete, sus mayores posibilidades están en el adversario, como siempre, pero aún más ahora que a la izquierda hay también otra bandera, la morada de Podemos, y eso no ha logrado que la autodestrucción sea otra: tiéndeme la mano, pero antes suelta el puñal, tienen que decirse el PSOE y los de Pablo Iglesias, y la historia, ya se pudo apreciar en la última derrota del Gobierno en las Cortes, termina igual que siempre: gana el lobo.

Y luego está el caso de los estudios del nuevo líder. Los profesores a los que ha preguntado dicen que “recibieron muestras de interés” o “indicaciones” de que convenía darle el título al alumno de Nuevas Generaciones, que se sacó la mitad de la carrera en cuatro meses. Lo mismo que Superman que hojeaba en tres segundos un libro, con sus ojos de rayos-X y, al devolvérselo a quien se lo acababa de dejar, decía: “Tiene dos erratas, una en la página ciento diecinueve y la otra en la trescientos once”. Pues lo mismo, sólo que aquí no hablamos de un tebeo, sino del Boletín Oficial del Estado, que es lo que aspira a publicar el vencedor de la recientes elecciones primarias del PP.

Eso sí, la aparición de una caja de documentos relativos al postgrado sospechoso en la Universidad Rey Juan Carlos, lo deja todo rodeado de interrogantes: ¿Quién la ha encontrado? ¿Dónde? ¿Por qué ahora y no antes? Pablo Casado no debe estar tranquilo: toda caja cerrada puede ser una caja de Pandora.

Más sobre este tema
stats