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El futuro de la izquierda

Los candidatos a las primarias de IU deberán reunir un 5% de avales de militantes y ciudadanos

Cayo Lara interviene en el acto de IU en Medina Sidonia (Cádiz), el pasado 27 de abril.

Izquierda Unida ya anda trabajando en su reglamento de primarias abiertas para la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno primarias abiertas para la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno. Y aunque no hay un documento definitivo, sí tiene algunas ideas claras, como la creación de un organismo que vigile el proceso, el sistema de voto o la campaña de información. Pero también el número de avales que se exigirá a los candidatos para poder competir: tendrán que recoger entre un 5% y el 20% del censo electoral. Censo que se compone no sólo por los militantes, sino también –y aquí está la novedad– por los simpatizantes que se inscriban en el proceso. 

Hace unas semanas, la Comisión Federal de Organización y Finanzas, que incluye a todos los jefes del aparato de todos los territorios, estudió un primer borrador. Entonces ya se volcaron algunas aportaciones. Con ellas se hizo un segundo documento, más perfilado, de 10 folios, y al que ha tenido acceso infoLibre. El texto, en principio, no se analizará hoy sábado en la reunión de la Presidencia Ejecutiva Federal (PEF), que integran más de 70 dirigentes, sino que se deja ya para el próximo otoño. La razón es que todavía no hay un calendario pactado, aún hay flecos por cerrar y se quiere que arranque el proceso de convergencia con otras fuerzas, capital en la nueva andadura de IU tras las elecciones europeas. 

El borrador de reglamento tiene la pluma de Miguel Reneses, secretario federal de Organización, y se basa en buena medida en el texto en el que se utilizó en las primarias abiertas andaluzas, que acabaron eligiendo a Antonio Maíllo como candidato a la Presidencia de la Junta. Tampoco dista demasiado de la regulación aprobada por el Comité Federal del PSOE para sus primarias abiertas, aunque lógicamente hay diferencias. 

Y una de ellas radica, precisamente, en la recogida de avales y la configuración del censo. Según el artículo 4 del texto de IU, este lo conforman los militantes que se encuentren "en situación de activo" –unos 50.000 ahora mismo, según fuentes oficiales– y aquellos que se inscriban. "Cualquier ciudadano o ciudadana podrá solicitar ser simpatizante de IU cumplimentando la ficha correspondiente de manera presencial o a través de la web de IU". Simpatizantes y afiliados podrán "debatir en las asambleas de base y votar" al candidato a la Moncloa. 

Doble vía para ser aspirante

La federación aún no tiene cerrado cuánto tiempo tendrá abierta la ventanilla de inscripción de ciudadanos. Pasado el plazo, se sabrá el número de firmas que tendrán que recoger aquellos que quieran concurrir. Para ser candidato, les hará falta "contar con el aval de al menos un 5% del censo, no pudiendo recoger más de un 20% de avales una misma persona candidata". Con ello se persigue que un aspirante no acapare todas las rúbricas y deje en la cuneta a otros contrincantes. Ningún integrante del censo podrá avalar a más de un aspirante. 

Pero también se habilitará otra vía para lograr ser candidato: contar con el apoyo de al menos el 25% del Consejo Político Federal, el máximo órgano de poder de IU, en el que se sientan más de 200 dirigentes. Todos los que quieran concurrir deberán firmar un "compromiso de respeto al programa electoral y de apoyo a la candidatura que obtenga la designación". Además, los aspirantes "podrán ser revocados por el mismo cuerpo electoral que los elige, con los mecanismos que dispongan los órganos de IU", precisa el documento. 

Aquí se aprecian, pues, algunas diferencias respecto al reglamento socialista. Este exige reunir entre el 5% y el 10% del censo de militantes de PSOE y PSC (198.123 en total). No se tiene en cuenta a los ciudadanos que se quieran apuntar. Es más, el censo no se abre a la participación hasta que estén proclamadas dos o más candidaturas. En el PSOE no hay más vía para recabar rúbricas que los respaldos de los afiliados, no vale con el de ningún órgano. Tampoco está prevista la revocación del candidato. En el caso de IU, el censo se abre en cuanto arranca el proceso. La finalidad, según fuentes de la dirección, es facilitar "al máximo" la participación. 

No se pide dinero

Para inscribirse en el censo de simpatizantes, IU no exigirá ni un céntimo (el PSOE pide dos euros)(el PSOE pide dos euros). Lo que no está claro es si después de la recogida de avales y de la proclamación de las candidaturas, se volverá a abrir el censo para que más ciudadanos se puedan subir al carro y emitir su voto, ni con qué antelación, en ese caso, se cerrará. La dirección federal, preguntada por este diario, reconoció no haber pensado en este extremo, y prometió estudiarlo. En todo momento dejó claro que el documento de trabajo es un mero borrador, al que le quedan aún unas cuantas vueltas.

Este dato no es menor. En los modelos de primarias abiertas, hay básicamente dos categorías: censo abierto –todos los interesados pueden registrarse hasta el mismo día de la votación; así las hace el Partido Democrático en Italia o las hizo el PSC en Barcelona este invierno– o censo cerrado –se prohíben nuevas inscripciones tiempo antes de la jornada electoral, lo que según los expertos merma la participación–. El PSOE optó por esta última fórmula. No hay que confundir, no obstante, el proceso de primarias abiertas con la consulta a la militancia para la elección del secretario general, que eso fue lo que se celebró el pasado domingo, 13 de julio, y que ganó Pedro Sánchez. Consulta en la que sólo participaron los afiliados socialistas y en el que no había tope máximo de avales (sólo había que reunir el 5% del censo).

Nada sobre los debates

Una vez proclamados los candidatos, comenzará la campaña en IU. No está decidida aún la duración de la misma. El reglamento añade que los rivales tendrán que "mantener en todo momento un comportamiento adecuado con los principios" de la organización, respetar los estatutos. Asimismo, los actos deberán "garantizar unos criterios básicos de unidad de imagen corporativa". Nada se dice de los debates electorales. Ni una palabra. Otra diferencia con el PSOE, que sí se compromete a promover los careos entre los distintos contrincantes. 

El procedimiento es el esperable. Todas las sedes de IU se convertirán en colegios electorales, se conformarán mesas y se podrán designar apoderados de las candidaturas. Las urnas, el día de la votación, estarán abiertas entre las diez de la mañana y las nueve de la noche. Para "facilitar la participación de militantes y simpatizantes", se pondrán en marcha "los mecanismos para el voto no presencial, fundamentalmente online". También se permitirá el voto por correo. El reglamento socialista sólo permite emitir el sufragio físicamente. 

IU prevé la creación de una Junta Electoral Federal (JEF), que se encarga del "correcto desarrollo del procedimiento, el cumplimiento de la normativa aplicable, la transparencia y objetividad del proceso y el respeto al principio de igualdad". La JEF estará integrada por cinco miembros elegidos por la ejecutiva federal de IU, a los que se sumarán un representante de cada candidatura con voz pero sin voto. 

En conjunto, la duración del proceso se prolongará entre un mínimo de 60 y un máximo de 90 días

La remodelación del organigrama

Aún no está fijado el calendario. Dentro de IU, hay quienes sostienen que no es buena idea cerrarlo ya, habida cuenta de que la máxima prioridad para la federación es la confluencia con otras izquierdas, el alumbramiento del proceso constituyente, un nuevo proyecto de país. Desde esa perspectiva, no se entendería que se diera una fecha y se eligiera a un candidato presidencial sin saber cómo acabará la convergencia y qué otras personas emergerán. Pero también se ha cruzado el intento del Gobierno de reformar el sistema de elección de alcaldes que, de salir adelante, revolucionaría el sistema y la política de alianzas. 

En la Presidencia de este sábado sí se aprobará la remodelación del organigrama. Los cambios más importantes ya estaban avanzados. Entre ellos, el ascenso del diputado Alberto Garzón y la periodista Clara Alonso, ambos jóvenes dirigentes. Él ya ejerce como secretario ejecutivo de Proceso Constituyente y ella, como responsable de Comunicación. Garzón es, precisamente, uno de los más que probables candidatos a las primarias. Él nunca se ha descartado, como tampoco lo ha hecho el propio coordinador, Cayo Lara. 

Los ajustes que restan no son tan de calado. Todos los responsables de las secretarías ejecutivassecretarías ejecutivas –Organización, Miguel Reneses; Política Electoral, Ramón Luque; Política Económica, José Antonio García Rubio; Institucional, Montse Muñoz; Áreas, Marga Ferré, y coordinación de la Presidencia, José Luis Centella– se mantienen. El área de Internacional, al dimitir Willy Meyer de sus cargos y de su escaño en Bruselas, se queda de momento sin un titular al frente. En esa comisión de política exterior, no obstante, trabajarán Javier Couso, Enrique Santiago, Fran Pérez o Tasio Oliver (de Izquierda Abierta).

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La portavocía en Bruselas

Gaspar Llamazares mantiene su cartera (Políticas Sociales) pero gana rango, al convertirse en secretario ejecutivo. Ricardo Sixto, que como Santiago dejó su cargo en junio, sigue en la ejecutiva, pero como simple vocal. IzAb, por su parte, cambia a Javier Alcázar por Tasio Oliver (que asume Política Industrial, Pymes y Economía Social) y a Concha Moreno por Esperanza Martínez (Movimiento Ciudadano). La novedad también estriba en que se da vida a un equipo de trabajo del día a día, al que se suman Alonso y Garzón. 

Algunos dirigentes esperaban ayer que la Presidencia resolviera asimismo la cuestión de la portavocía del grupo parlamentario en la Eurocámara. Meyer no tomó posesión de su acta por el escándalo de la sicav –y dejó sus cargos, pero no su silla en los órganos federales–, así que dejó vacante ese puesto. Aquí se libra la pugna entre la nueva y la vieja generación, entre la castellonense Marina Albiol y la exdirigente de CCOO Paloma López. Albiol concurrió como número cuatro en la lista del 25-M, pero el acuerdo entre las dos facciones de la mayoría la situaba, de facto, como la segunda de Meyer, por delante de la número dos de la candidatura, López. La lista de Meyer logró seis escaños en los comicios, pero uno de ellos, Ernest Urtasun (ICV) se integró en el grupo de Los Verdes. Además de Albiol y López, consiguieron acta Javier Couso, Ángela Vallina y Lidia Senra (Anova). 

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