39º Congreso Federal del PSOE

Sánchez pretende "representar" al 15M y acusa al PP de "corromper" la Constitución

Pedro Sánchez, nuevo secretario general del PSOE, durante el acto de clausura del Congreso Federal del partido, celebrado hoy en Madrid.

Ibon Uría

La militancia lo aupó a la Secretaría General y entre militantes quiso despedir el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el 39º Congreso Federal, con un discurso plagado de guiños a la izquierda y al 15M y duras críticas al PP. Desde este domingo el secretario general tiene todo el poder en sus manos: controla la ejecutiva —donde se ha rodeado de afines sin espacio para la integración, a excepción de Patxi López—, y ha decidido la hoja de ruta política, económica y orgánica para los próximos años casi sin oposición.

Lo habitual en los congresos socialistas era cerrar con un discurso ante los delegados. Sánchez, en su lugar, protagonizó un acto público en un pabellón del recinto ferial de Ifema, en Madrid, donde la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, presentó su candidatura a las primarias. Este domingo el secretario general, en tono de mitin, rodeado de militantes —8.500, según la organización— y de la nueva dirección socialista, proclamó que los socialistas no tienen "miedo" y están dispuestos a "liderar el cambio"

Sánchez se dirigió al 15M, a quienes "se convocaron hace seis años al grito de 'no nos representan'". "Vamos a arremangarnos", les prometió: "Vuestra demanda de regeneración, aún insatisfecha, pronto será una realidad (...). Aspiramos a representar a quienes gritaban que nadie les representaba. Y añadió un agradecimiento a la militancia: "Durante estos últimos tiempos olvidamos quiénes éramos, y quiero daros las gracias porque os levantasteis para recordárnoslo: somos la izquierda, España nos necesita".

El líder socialista arrancó aplausos del auditorio al citar palabras de Ángel Gabilondo y Pedro Zerolo, fallecido en 2015. Del primero de ellos rescató la idea de proporcionar "soluciones justas", para la mayoría de la sociedad y no para "unos pocos". Del segundo, la noción de una "izquierda valiente". "Cuando somos valientes acertamos siempre, seamos valientes", proclamó. Sánchez tuvo igualmente un recuerdo para el exministro José Antonio Alonso y la consejera castellanomanchega Elena de la Cruz, ambos fallecidos este año.

La dirigente catalana fue la más aplaudida. La referencia llegó al final del discurso: "Quiero terminar mi intervención recordando a una mujer extraordinaria: Carme Chacón. En su discurso de presentación a la Secretaría General del partido, Carme dijo: si decimos izquierda, hagamos izquierda; si decimos cambio, hagamos cambio". Aquello sucedió en 2012. Chacón acabaría perdiendo contra Rubalcaba por 22 votos. Cinco años después, Sánchez se presentó como su heredero: "Las palabras de Carme están tan vivas como su recuerdo, porque los socialista hemos decidido seguir el camino que ella nos señaló".

Enmienda a la totalidad al PP

Además de los guiños a la izquierda, el otro pilar del discurso de Sánchez fue la crítica al Gobierno del PP. Los "enemigos" de los socialistas son quienes "corrompen" la Constitución y las instituciones y "las quieren someter al servicio de sus intereses privados", avisó. Y de eso precisamente acusó a los conservadores: de ofrecer medidas "sin justicia" y "sin derechos". Recortes, precariado, reforma laboral, amnistías fiscales, abandono a la dependencia, ataque a la cultura, falta de respuesta ante la vioencia machista... enumeró Sánchez.

Especialmente duro se mostró con los casos de corrupción que afectan a los conservadores. "España sufre una condena de seis años de precariedad, desigualdad y corrupción", afirmó. Recordó que Rajoy tendrá que declarar como testigo ante la Audiencia Nacional por la financiación irregular del PP, acusó al Ejecutivo de "perseguir a jueces y fiscales" y se preguntó "cuántos Bárcenas, Granados o Ignacio González hay escondidos, sin pillar aún", en las filas del PP.  

Por eso, en su discurso, prometió que trabajará por una mayoría parlamentaria que acabe con la "etapa negra" de Gobierno del PP, un Gobierno "injusto que sólo ha traído precariedad y desigualdad". El líder socialista insistió, eso sí, en que el cambio depende de tres fuerzas políticas, en referencia a PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos. "Si continúan los vetos, pediremos a los españoles que con su voto hagan que el cambio dependa de uno: el PSOE", añadió.

El secretario general socialista prometió "ganar al PP", "devolver la autoestima a todos los españoles" y ser el líder capaz de "vertebrar el cambio" político. "Miremos a nuestros hermanos portugueses. La política puede si la política quiere, y nosotros queremos", dijo el número uno del PSOE, que apostó por "otra forma de gobernar", con "rigor" pero "pensando en quien más lo necesita". "Es otra forma de gobernar, otra forma de hacer: se llama socialdemocracia, y que se escuche bien: ser socialista es ser de izquierdas, y nosotros estamos orgullosos de ser de izquierdas".

Nación de naciones

En el congreso de este fin de semana el equipo de Sánchez dio un nuevo giro en la posición del partido en relación a Cataluña y apostó por el perfeccionamiento del reconocimiento de la pluralidad del Estado que, a su juicio, ya está presente en la Constitución. En su intervención, el secretario general se dijo "a favor de España y del catalanismo" y rescató la noción de "nación de naciones" de Gregorio Peces Barba, aunque fue contundente al rechazar cualquier referéndum de independencia. El PSOE seguirá del lado de la legalidad y defenderá que España es "un país con un sólo Estado y con una única soberanía, la del conjunto de españoles".

Pero eso no significa, prosiguió, que apoye las acciones del Gobierno central. Tampoco, claro, la deriva independentista de la Generalitat. A ambos ejecutivos los criticó. Al primero, por su "pulsión neocentralista" y su inmovilismo. Al segundo, por utilizar "falsos argumentos" para defender la independencia. Frente a esas dos posiciones, enarboladas según Sánchez por "dos gobiernos que se envuelven en banderas" y son "dirigidos por partidos carcomidos por la corrupción", hay un "espacio de encuentro tan amplio como mayoritario a ambos lados del Ebro".

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"Ese espacio de diálogo, negociación y acuerdo es el que proponemos el PSC y el PSOE —ahondó—. No creemos en identidades homogéneas y excluyentes, somos partidarios de identidades diversas en proyectos democráticos compartidos". Sánchez defendió una vez más la reforma de la Constitución que realice "importantes ajustes" en el modelo autonómico, para "culminar su ser federal", y recordó que esa reforma deberá asentarse en los acuerdos de la Declaración de Granada, aprobada por los socialistas en 2013.

En la recta final de su discurso, Sánchez sintetizó los mensajes que guiarán su nueva etapa como secretario general: "cumplir la palabra dada", "volver a ser la izquierda" y "la alternativa al Gobierno de la derecha", "creer en la política". "Hemos dicho izquierda, hagamos izquierda. Hemos dicho cambio, hagamos realidad el cambio. Adelante, rumbo a la Moncloa".

Así concluyó la clausura del Congreso Federal socialista, a cuyo comienzo entraron los 49 miembros de la dirección, llamados uno a uno y aplaudidos por los asistentes. También se conocieron los resultados de la votación a la Comisión Ejecutiva Federal, el Comité Federal y la Comisión Federal de Ética y Garantías. La dirección se aprobó con el voto a favor del 70,5% de delegados, unos quince puntos menos que en 2014. La lista al Comité Federal obtuvo el mismo resultado. La lista a la Comisión Federal de Ética y Garantías logró un 73%.

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