Cuatro lecciones del 18F y una reforma electoral pendiente

De lo útil a lo inútil 

Con los datos del primer estudio del CIS, no con su estimación, Sumar superaba ampliamente el 4,5% de los votos válidos en Galicia, lo que aseguraba al menos el 5% en A Coruña y en Pontevedra: Sumar conseguía dos actas a costa del PP con mucha probabilidad, y esto viabilizaba el cambio. Sin embargo, nuestras estimaciones con dos estudios posteriores del CIS descubrieron un retroceso de esta formación al 3,1% y al 2,8%: Sumar ya no alcanzaría el 5% en A Coruña ni en Pontevedra, mientras que el BNG progresaba por encima del 30%. El voto a Sumar había pasado de ser el más útil, porque facilitaba el cambio, al más inútil, porque dejaría sin representación a un número estimable de electores del lado izquierdo, como así ha sucedido. 

De lo inútil a lo inútil 

Los resultados de Vox y de Podemos. Nunca tuvieron posibilidades de alcanzar el 5% en ninguna de las provincias, pero allí se presentaron en un contexto preelectoral donde el cambio era posible. Los primeros podían destruir la mayoría absoluta del PP dejando sin representación a un buen número de votantes del lado derecho, mientras que los segundos, pues bueno. 

Fracaso rotundo del PSOE en Galicia 

Resultó inexplicable la presencia continuada de Pedro Sánchez en Galicia. El niño en el bautizo, el novio en la boda y, en este caso, el muerto en el entierro, porque Besteiro ha sido un buen candidato, didáctico, central, moderado o dialogante, conocedor de los problemas de Galicia,  y con un idioma gallego popular muy apreciado en el ámbito nacionalista. Una estrategia disparatada y amateur la de llevar los problemas del ámbito estatal a Galicia de la mano de Sánchez, porque los números son lapidarios. El PSdeG-PSOE empezó esta campaña en 15 escaños (+1), para terminar en 9 (-5). Peor resultado histórico y menos votos que en pandemia invitan a una autocrítica profunda que no se producirá.

Ganadores: el PP, el BNG y Democracia Ourensana 

El resultado del PP está ahí, un escaño mejor de lo que cabía suponer. Lo que viene a subrayar la fortaleza de la marca PP y su organización en Galicia más allá de los liderazgos, los dimes y los diretes.  

El acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez y de legislatura, si lo hay, no se resuelve con la conllevanza característica de la generalidad de los dirigentes del PSOE. El BNG nos enseña que la sociedad gallega es plurinacional y que esto va en serio, o no va a ningún lado.

Con permiso del CERA, lo de Democracia Ourensana está consolidado. Un fenómeno a estudiar.

Una reforma electoral pendiente 

No es cuestión de explicar ahora por qué la ley electoral que rige estas elecciones sobrerrepresenta a la población de Ourense y Lugo en el Parlamento de Galicia, tiene que ver con la asignación del mismo número de escaños fijos a cada provincia y la distribución de los restantes de modo proporcional a la población, como explicábamos aquí. Basta con comprobar en las tablas adjuntas que el BNG necesitó 21.992 votos para conseguir un escaño en A Coruña, mientras que en Lugo le bastó con 11.644 votos, para comprender que algo está fallando. Y esta no es una cuestión de derechas o de izquierdas, porque al PP le costó cada escaño 22.224 votos en A Coruña votos y 12.350 en Lugo. El sistema está sobrerrepresentando en Galicia a los censados en Ourense y Lugo, en detrimento de los que votan en A Coruña y Pontevedra. En Galicia está pendiente una reforma electoral. 

18F en Galicia: el coste en votos de cada escaño

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Jaime Miquel es analista electoral.

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