Luces Rojas

Por qué los mercados financieros son de Podemos

Una de las ideas que escuchamos últimamente es que si las elecciones de 2015 las ganara Podemos, los mercados financieros penalizarían esta decisión de los españoles, subiría la prima de riesgo y la situación económica del país se haría completamente ingobernable. Así, de acuerdo con varios diarios digitales, Rajoy y el extinto Rubalcaba hicieron piña ante el temor que les producían las propuestas económicas de Podemos. Por su parte, Pedro Sánchez señaló, en esta entrevista en la Cadena SER, que “algunas propuestas de Podemos llevarían a España a la Gran Depresión del 29”. La idea de que España quedaría penalizada económicamente si ganara Podemos está muy presente no solamente en el mundo político, sino también entre periodistas, intelectuales y otros analistas, fundamentalmente de la derecha, pero no solamente. El mensaje que comparten todos ellos es claro: si gana Podemos, España se hunde.

Es evidente que algunas de las propuestas económicas de Podemos necesitan perfilarse. Es evidente también que otras serán de difícil cumplimiento como consecuencia de las constricciones que nos impone nuestra pertenencia al euro y a la Unión Europea. Sin embargo, de ahí a decir que España se hundiría si ganara un partido como Podemos creo que existe una gran distancia. De hecho es posible pensar que, en algunos aspectos al menos, los mercados financieros no solamente no penalizarían el ascenso al poder de Podemos, sino que incluso lo celebrarían.

Como esta crisis en la que estamos inmersos ha demostrado con suficiente claridad, una de las cosas que los mercados financieros penalizan es que un país no haga lo que dice que va a hacer: por ejemplo, cumplir con las normas fiscales (con todas). Los mercados financieros buscan en los Estados certidumbre, claridad, coherencia, previsibilidad. Ello genera reputación y la reputación es fundamental para que, posteriormente, se decidan a invertir en tal o cual país. En este sentido, el Sindicato de Técnicos de Hacienda ha denunciado, en su informe La economía sumergida pasa factura. El avance del fraude en España durante la crisis (2013), que la economía sumergida corresponde aproximadamente a un 24% del PIB español, es decir, unos 240.000 millones de euros. Se trata de una cantidad extraordinaria, que hace que España se sitúe entre los países de la Unión Europea con mayores volúmenes de economía sumergida. La economía sumergida y el fraude fiscal no son exactamente lo mismo, pero están claramente relacionados: se calcula que con ese nivel de economía sumergida, la Hacienda española estaría dejando de ingresar unos 89.000 millones de euros. Simplemente, con rebajar en 10 puntos porcentuales el nivel de economía sumergida que hay en España, se generarían unos 38.000 millones de euros adicionales en ingresos para el erario público español, con lo que España, que tiene un déficit de entorno el 7% del PIB, conseguiría con esa recaudación adicional, no llegar al equilibrio presupuestario, pero sí entrar dentro del límite de déficit público establecido por los Tratados de la UE, es decir, un 3%. No sería necesario hacer más recortes, en definitiva. Con unas cuentas saneadas, los mercados financieros apostarían con mucha más fuerza por España (al menos esto es lo que nos repiten machaconamente desde la ortodoxia económica nacional, europea y mundial).

¿Por qué no se controla el fraude fiscal, o la economía sumergida? El informe de los Técnicos de Hacienda lo tiene clarísimo: porque hay una ausencia clamorosa de voluntad política para hacerlo. El informe es además neutro políticamente: achaca esa falta de voluntad no a este o a aquel gobierno, sino que, independientemente de su color político, ésta parece una constante en España desde el re-establecimiento de la democracia en nuestro país.

Los Técnicos de Hacienda no nos dicen a qué se debe esa clamorosa ausencia de voluntad política para luchar contra el fraude fiscal y la economía sumergida en España, pero evidentemente, si uno echa un vistazo a los auditorías que realiza el Tribunal de Cuentas sobre los partidos políticos, las razones están ahí escritas negro sobre blanco: los partidos políticos tradicionales, fundamentalmente el PP y el PSOE, tienen fuertes deudas con entidades financieras. Y como los casos de corrupción que están estallando en nuestro país ponen de manifiesto, los bancos no son los únicos acreedores de los partidos políticos; también lo son importantes compañías españolas (sobre todo del mundo del ladrillo, aunque no solamente).

La conclusión es palmaria: los partidos que tradicionalmente han gobernado en España no pueden luchar contra el fraude fiscal o la economía sumergida simplemente porque están entrampados económicamente por aquellos a los que deberían perseguir. Si actuaran, bancos y otras entidades ejecutarían sus créditos contra los partidos políticos, y éstos quebrarían o al menos quedarían en una dificilísima situación financiera. Estamos ante un caso clamoroso de captura financiera de los partidos políticos tradicionales, probablemente único en la historia de nuestro país, al menos por sus dimensiones.

¿Podrá Podemos?

¿Podrá Podemos?

Podemos, sin embargo, carece de esas ataduras que ahogan a los partidos tradicionales españoles. Acaba de presentar sus cuentas al Tribunal de Cuentas y en ellas se pone de manifiesto que no depende ni de bancos ni de empresas, solamente de las aportaciones de sus colaboradores. Ello hace de Podemos un actor muy creíble en la lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal. Si ganara Podemos, al carecer de vínculos con el sistema financiero y económico nacional e internacional, se ejecutarían inmediatamente medidas para eliminar o al menos limitar severamente ambos fenómenos. Ello sería aplaudido por los mercados financieros: al fin y al cabo, nadie puede pedir a un inversor que invierta en un país cuando ese país no invierte en sí mismo a través, por ejemplo, del estricto cumplimiento de sus propias reglas fiscales (de todas). En definitiva, los mercados financieros son de Podemos. Mucho más de lo que podamos pensar a primera vista.

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Antonio Estella es catedrático Jean Monnet “ad personam” de Gobernanza Económica Global y Europea en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha publicado recientemente España y Europa. Hacia una nueva relación (Tirant Ediciones, 2014)

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