Asumir la democracia

Felipe Sicilia

Empezó la semana con un nuevo caso de violencia machista que ha acabado, una vez más, con la vida de una mujer y de su hija. Con el ingreso en prisión de un famoso futbolista por serios indicios de haber violado a una chica y con una nueva llamada de atención sobre la necesidad de un mayor y mejor cuidado a la salud mental, especialmente a la de los más jóvenes.

Y es que en nuestra sociedad sigue habiendo problemas. Sigue habiendo personas con necesidades y como país son muchos los retos que tenemos por delante. Sin embargo, ninguno de estos temas estaba entre las razones de la manifestación que la extrema derecha convocó el pasado sábado en Madrid.

No protestaban por las de pensiones, que han subido como nunca en la historia. No protestaban por el alza de los precios, ante lo que el Gobierno ha bajado el IVA de muchos productos. Tampoco protestaban por el precio de la energía, que gracias a la excepción ibérica está reduciéndose y es de los más bajos de Europa.

Tampoco se manifestaron contra la presencia y protagonismo de nuestro presidente en la Cumbre de Davos, ni por la firma de un acuerdo de primer nivel con nuestro país vecino, Francia.

Protestaban porque el Gobierno elegido en las urnas democráticamente, gobierna. Porque no quieren que un gobierno de izquierdas y progresista gobierne, aunque sea la opción que más votos tuvo en las urnas y más apoyo obtuvo en el Congreso de los Diputados.

Si algo nos demostró la manifestación de la extrema derecha en Cibeles es que una cosa es ser constitucionalista y otra bien distinta ser demócrata. Basta ver cómo se llamaba a defender la Constitución con banderas de la España franquista

Por eso llama más aún la atención que se manifestaran, supuestamente, en defensa de la Constitución, porque ha sido precisamente el cumplimiento de la Carta Magna lo que ha hecho posible que hoy Pedro Sánchez sea presidente. La Constitución y el voto mayoritario de las españolas y los españoles.

Pero si algo nos demostró esta manifestación de la extrema derecha en Cibeles es que una cosa es ser constitucionalista y otra bien distinta, ser demócrata. Basta ver cómo se llamaba a defender la Constitución con las banderas de la España franquista ondeando entre los manifestantes.

Y es que a la derecha de nuestro país le cuesta asumir lo que es la democracia, y tratan de esconderse bajo una supuesta defensa de nuestra Constitución, la cual se pasan por el forro cada vez que les interesa, como con la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

Una prueba más de lo mucho que le cuesta a la derecha asumir la democracia es la propuesta de Feijóo, de hace unos días, para que gobierne la lista más votada. Una propuesta que el PP vende como un avance para la calidad democrática de nuestro país.

Pero cabe entonces preguntarse: si tan buena es la medida para nuestra calidad democrática, ¿por qué implantarla solo en los ayuntamientos? Si tanto mejorase nuestra democracia, ¿por qué no implantarla también para las elecciones autonómicas y las generales?

La primera en responder a estas preguntas fue precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, recordándole a Feijóo que ella fue presidenta sin haber ganado las elecciones.

Pero lo más destacado en esta idea que Feijóo presenta como una mejora de la calidad democrática no son las contradicciones, que ya todos sabemos, pues son varias las comunidades autónomas y ayuntamientos en los que el PP gobierna sin ser la lista más votada. Lo que más llama la atención es cómo quieren vender como mejora de la democracia una medida que sin duda la empeoraría en tanto en cuanto restaría fuerza a unos concejales frente a otros. Se acabaría con la idea de que todos los votos valen igual porque eligen a concejales que tienen la misma capacidad de representación.

Dicho de otra manera, estaríamos dando una mayoría absoluta a quien ha obtenido una mayoría simple. Estaríamos diciendo que da igual que los ciudadanos de un pueblo conformen con su voto un pleno municipal plural y con varios partidos, porque al final esa representatividad se perdería pues la lista más votada gobernaría, aunque no tuviera la mayoría.

Y es que ser la lista más votada no supone tener la mayoría, de la misma manera que ser constitucionalista no supone ser demócrata.

Si Feijóo de verdad quiere una democracia mejor, antes que hablar de la lista más votada tendría que dejar de apoyar las manifestaciones de Vox en las que se llama ilegítimo a un gobierno elegido en las urnas. Debería empezar por algo tan sencillo como asumir la democracia. 

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Felipe Sicilia es diputado del PSOE por Jaén.

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