Feijóo y el narco (III)

Cristina P. Marcote

Como contaba en la segunda parte de la serie Feijóo y el narco, el entramado de empresas, la mayoría inactivas, que compró Marcial Dorado a través de su testaferro, Manolo Cruz, con la inestimable ayuda de cargos del PP como Evaristo Juncal o Juan Juncal, todos ellos amigos de Alberto Núñez Feijóo, era una tapadera para blanquear dinero procedente del narcotráfico, como quedó demostrado en sede judicial.     

Comencemos por el principio. A nombre del narco Dorado aparecían en el Registro Mercantil las siguientes empresas: Palanquin S.L., Efectos Navales Arousa S.L., Inmobiliaria Marli S L., Anfra Sistemas S.L. , Herfani S.L., Astilleros Hércules S.L., Xastelas S.A., Mitulo S.A., Avenida Da Ponte S.L., Programallo S.A., Petrogalicia S.L. e Xatevin S.L.

La primera fecha con un contrato de la Xunta de Galicia es 1990, con Manuel Fraga de presidente, cuando Xatevín S.L. recibe una concesión para instalar una “estación de servicio para suministro de carburantes” en la Illa de Arousa. En 1991, en la propia Illa, Efectos Navales Arousa, S.L. obtiene la concesión para instalar una “nave para suministro de efectos navales de reparación de motores marinos”, tal y como aparece en este artículo de elDiario. Comprobando los informes de gestión de Portos de Galicia, actualmente encuadrado en el organigrama de la Consellería do Mar, existen al menos tres concesiones, dos con la empresa Xatevín, S.L. y una más con Efectos Navales Arousa.

Romay Beccaría era conselleiro de Sanidad y Servicios Sociales en el Gobierno de Fraga y nombró a un joven Feijóo secretario general de ese departamento. Más tarde ascendería siempre de la mano de Beccaría, que ha sido su mentor. A partir de ahí comenzó Feijóo a relacionarse con el mundo de los empresarios.

Cuenta elDiario que “cuando Feijóo navegaba con Marcial Dorado era ya el jefe del Sergas y el responsable de los expedientes mediante los cuales la Xunta adjudicó a las empresas de Dorado el suministro de la gasolina de las ambulancias del Servizo Galego de Saúde y del combustible para la calefacción de los hospitales gallegos”. Hospitales y ambulancias que por aquel entonces no tenían el servicio privatizado como hoy en día.

El combustible también se suministraba para camiones y narcolanchas. Las descargas de tabaco, hachís y cocaína compartían la misma empresa suministradora con la Xunta de Galicia: la estación de servicio de Marcial Dorado a la que habían otorgado la concesión. La otra concesión otorgada para “nave para suministro de efectos navales de reparación de motores marinos” ya se pueden imaginar qué motores marinos reparaba.

Cuando las fotografías de Feijóo con Dorado aparecen en 'El País', Feijóo ya presidía la Xunta de Galicia desde 2009. A él le constaba que existían esas fotos porque el delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, se lo había "chivado"

También la Xunta concedió a la mujer de Marcial Dorado, a través de la empresa Mitulo, permiso para la explotación de bateas de mejillones en 1995 y 1998, los años en los que amistad entre Feijoo y Dorado se hallaba en su cénit. Cuenta laSexta, en un reportaje, que “los mejilloneros saben muy bien cuál era la primera fuente de ingresos de muchas bateas. ‘Antes los flotadores eran de madera y se metía la mercancía dentro y allí metían la droga o el tabaco´, cuenta Yesi Romero, mejillonero”.

Marcial Dorado consiguió también una concesión para bateas en 2003, cuando ya estaba siendo investigado por narcotráfico y Feijóo era el presidente de Correos nombrado por Aznar. En esa época todavía tenían contacto, como quedó demostrado en las grabaciones telefónicas que reconoció el juez Taín , ¿recuerdan?

Cuando las fotografías de Feijóo con el narco Dorado aparecen en El País en el año 2013, Feijóo ya presidía la Xunta de Galicia desde el año 2009. A él le constaba que existían esas fotografías desde que se hizo el registro en el domicilio de Dorado en el año 2003. El delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa y amigo común de Manolo Cruz y Feijóo, se lo había "chivado".

Tras meses en que Feijóo negara públicamente que existían esos contratos con Dorado, la Xunta tuvo que reconocer que existían y acabó por mostrar parte de la documentación. Obviando, eso sí, la relativa al Sergas en los años en que lo dirigía Feijóo

Ante la publicación de las fotografías y las insistentes preguntas de la oposición en el Parlamento de Galicia, dijo que la Xunta no conservaba los contratos que había otorgado a su amigo. “Dijo que los expedientes anteriores a 2003 habían sido destruidos, práctica habitual, según él, en la Administración”. Pero mentía porque la Ley de Patrimonio Documental impide la destrucción de documentos. 

Tras meses de peticiones y de que Feijóo negara públicamente que existían esos contratos, tuvo por fin que reconocer que existían y la Xunta acabó por mostrar parte de la documentación requerida, pero obviando la relativa al Servizo Galego de Saúde en los años en que lo dirigía Feijóo. Los mismos años de amistad con Marcial Dorado.

JF Oil era una de las distribuidoras de combustible a las que Feijóo había adjudicado contratos y cuyos expedientes jamás ha aparecido. Feijóo no quería mostrar el soporte documental para evitar confirmar si el Servizo Galego de Saúde contrataba o no a las compañías del narcotraficante cuando eran íntimos amigos y él, en aquel entonces, era el máximo responsable del Sergas. Puso todo tipo de excusas, desde que eso colapsaría el sistema, hasta que tendría un coste muy alto buscarlos y ya, por fin, reconoció que una inundación deterioró los contratos y había optado por destruirlos, como recogieron varios medios, entre ellos infoLibre.

El País publicaba en 2014 que "los supuestos contratos de la Xunta con las empresas de Marcial Dorado fueron solicitados al tribunal al comienzo del juicio contra el narco Dorado”, pero los magistrados acabaron rechazando solicitar esas pruebas por entender que su abogada defensora “no los reclamó en tiempo ni en forma”.

“El abogado de Dorado, en su estrategia, sin embargo, no llegó a plantear esta petición porque siempre negaron que existieran tales contratos con la Administración desde mediados de los noventa, coincidiendo con la relación de amistad que mantuvo con el presidente Feijóo. Su abogado prefería plantear dudas al tribunal sobre las acusaciones de la Fiscalía de que las empresas del contrabandista operaban en una trama de blanqueo”. Evidentemente no lo consiguieron, y fue condenado por blanqueo de capitales al poder demostrarse que sus empresas se dedicaban al lavado de dinero procedente del narcotráfico.

¿Nunca sabremos la verdad, señor Feijóo?

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Cristina P. Marcote es la autora del libro 'Feijóo y el narco'.

Aquí puedes leer la primera y segunda parte de este artículo.

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