Elecciones 20-D

La alternativa endiablada de Rajoy: o el apoyo de C's y los nacionalistas o un acuerdo con el PSOE

Mariano Rajoy, acompañado de los dirigentes del PP en el balcón de la sede del partido, en Génova.

España puso fin a 38 años de bipartidismo. Por primera vez en la historia cuatro partidos han logrado el 20-D más del 13% de los sufragios y ninguno ha llegado al 30%. El PP fue el partido más votado, pero Mariano Rajoy no tendrá fácil formar gobierno. Con el 99,8% escrutado, PP (123) y Ciudadanos (40) suman 163 escaños. Por su parte, PSOE (90) y Podemos (69) alcanzan 159 actas. IU-UP logra dos escaños por Madrid. La igualdad entre los dos bloques es máxima.

Mariano Rajoy ha perdido casi 3,7 millones de votos en una legislatura, quedando ahora ligeramente por encima de los siete millones. Sin embargo, el PP logra una ventaja de 33 diputados y casi siete puntos sobre los socialistas, así que el actual presidente será el primero en intentar formar gobierno. Para lograr la investidura se necesita mayoría absoluta en primera votación –176 escaños– o mayoría simple en la segunda. La fórmula para Rajoy es a priori prácticamente imposible: además del voto a favor de los 40 diputados de C's, necesitaría también el apoyo de la única diputada de Coalición Canaria y la abstención del PNV y de los independentistas catalanes (9 de ERC y 8 de Democràcia i Llibertat, la marca bajo la que se presentó la CDC de Artur Mas). La suma de PP, C's y CC se eleva a 164 escaños. El probable rechazo a Rajoy de PSOE, Podemos, IU y EH Bildu se quedaría en 163 diputados. 

Igual de difícil –o más– parece la formación de un gobierno de izquierdas. PSOE, Podemos e IU suman 161 diputados. El voto en contra de PP y C's llegaría a los 163, de forma que para lograr una mayoría simple Pedro Sánchez necesitaría también el apoyo de los 6 escaños del PNV. Y además la abstención de ERC y de Democràcia i Llibertat. En sus primeras palabras tras conocer el resultado, Sánchez señaló que corresponde al PP "intentar formar gobierno".

Con este reparto de escaños no parece arriesgado aventurar que surgirán voces que reclamen una gran coalición entre PP y PSOE, que pese al desplome del bipartidismo siguen sumando una cómoda mayoría absoluta de 213 diputados, y más con el telón de fondo del desafío independentista catalán. Eso sí, esta fórmula ha contado de momento con el rechazo rotundo por parte de la mayoría de los dirigentes y militantes socialistas. Otra posibilidad más light de acuerdo lightentre los dos principales partidos sería que el PSOE optase por abstenerse en la sesión de investidura de Rajoy con el argumento de facilitar la gobernabilidad y evitar la repetición de las elecciones.

El actual presidente del Gobierno anunció que intentará formar Gobierno y que buscará que sea "estable". Las Cortes se constituirán el próximo 13 de enero. No hay fecha para la primera votación de investidura, pero desde que se celebre hay un plazo de dos meses para que un candidato a presidente logre la mayoría. Transcurrido ese plazo, se convocarían elecciones de forma automática. En el PSOE había dirigentes que no descartaban nuevas elecciones en mayo del año que viene.

Una revolución en el mapa electoral

Los resultados del 20-D dejan muchos datos para la historia democrática de España, pero entre ellos destacan tres que dibujan un mapa electoral completamente diferente al conocido hasta ahora. Jamás un partido ganó las elecciones con tan pocos diputados: 123 de un Congreso de 350 (hasta ahora la victoria más corta habían sido los 156 escaños de José María Aznar en 1996). Jamás el bipartidismo había aglutinado tan poco apoyo, dado que PP y PSOE sólo superan por décimas el 50% de los votos, cuando hasta ahora nunca habían bajado del 65% de las papeletas (en 1977). Y jamás cuatro partidos habían logrado más del 13% de los votos, de hecho el tercero en discordia nunca había conseguido llegar al 11% (el PCE en 1979 e IU en 1996 se quedaron justo por debajo de esa cifra).

El PP ha protagonizado el segundo mayor desplome de un partido desde la recuperación de la democracia. Los escándalos de corrupción y la forma de afrontar la crisis económica, con fuertes recortes en sectores como la educación y la sanidad y un importante incremento de la desigualdad, ha diezmado a las huestes de Rajoy. El PP ha pasado de 186 a 123 escaños, una pérdida de 63 actas que equivale al 33% del Grupo Popular. Sólo UCD sufrió un batacazo mayor, cuando en 1982 pasó de 168 a 11 diputados.

Por comunidades, el partido de Rajoy se mantiene como primera fuerza en todas salvo en Andalucía, Cataluña, Extremadura y el País Vasco. En seis de ellas logró superar además el 35% de las papeletas: en Murcia (40,4%) –donde logró el mejor resultado de toda España–, Castilla y León (39,1%), La Rioja (38,3%), Castilla-La Mancha (38,1%), Galicia (37,0%) y Cantabria (36,9%).

La otra cara de la moneda la representa Podemos. En las primeras elecciones generales a las que se presenta ha logrado el 20,65% de los votos y 69 escaños, un éxito sin precedentes. Pablo Iglesias ha pasado de ser un desconocido en política hace año y medio a disputar al PSOE el segundo puesto, al quedar a poco más de un punto de los socialistas (que rozan el 22% de las papeletas).

El éxito de Podemos y sus aliados ha sido especialmente significativo en Cataluña, donde ha ganado con 12 de los 47 escaños en juego. La desilusión de los comicios autonómicos del pasado 27 de septiembre se ha convertido en una alegría desbordante el 20-D. Pocas dudas hay que de que en el éxito ha influido que se volcase en la campaña Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, una de las dirigentes con mayor capital político en España en este momento.

También han sido espectaculares los resultados de Podemos en Madrid, donde se ha convertido en la segunda fuerza, superando claramente a los socialistas (ocho escaños frente a seis). La confluencia de Podemos con fuerzas afines ha cosechado también resultados importantes en los otros dos lugares donde se logró dicho acuerdo, además de Cataluña. En Marea se convirtió en Galicia en la segunda fuerza en votos, por delante del PSOE, con 6 diputados y más del 25% de los sufragios. Y en la Comunidad Valenciana, Comprimís-Podemos también ha logrado quedar por delante de los socialistas, al conseguir 9 diputados y el 25% de apoyo electoral.

Los socialistas han retrocedido en votos y en escaños respecto a 2011, pero el hecho de que permanezca como segunda fuerza en votos y escaños ha evitado la sensación de debacle en la sede del PSOE. Los socialistas han bajado desde los 110 escaños de 2011 hasta los 90 actuales, pero logró reunir el 22% de las papeletas. 

La letra pequeña de los resultados es especialmente preocupante para Pedro Sánchez. En Madrid, donde encabezaba la candidatura, ha quedado en cuarto lugar tanto en votos como en escaños. Su hundimiento es tal que cosechó 150.000 votos menos que Ángel Gabilondo en las elecciones autonómicas. En porcentaje de voto, ha retrocedido del 25% de la autonómicas a menos del 18% en las generales.

Los socialistas han logrado ganar las elecciones en dos autonomías: Andalucía y Extremadura. Susana Díaz consiguió el 31,5% de los votos, casi diez puntos más que la media estatal del PSOE. Y casi una cuarta parte de los diputados socialistas en el Congreso serán andaluces (22 de 90).

El mejor resultado del PSOE en toda España, en porcentaje de voto, lo obtuvo en Extremadura, con el 36%. Un resultado que le sirvió para imponerse por un margen estrecho al PP, que se acercó al 35% de los sufragios.

Ciudadanos, por su parte, ha vivido la noche electoral con un sabor agridulce. Sus resultados son ciertamente buenos para un partido que hace un año no aparecía en las encuestas, y que ahora tiene casi el 14% de los votos y 40 escaños. Pero cuando empezó la campaña algún sondeo llegó a acercar al partido de Albert Rivera al primer puesto. Finalmente ha sido cuarto.

Especialmente doloroso para la formación naranja fue el revés en Cataluña, donde quedó en quinto lugar y sólo obtuvo el 13% de los votos, cinco puntos menos que en las elecciones autonómicas celebradas el 27-S. C's logró representación en 13 de las 17 comunidades, todas salvo Extremadura, Navarra, País Vasco y La Rioja, de forma que el partido de Albert Rivera avanzó en su objetivo de lograr una extensa implantación nacional. El mejor resultado lo obtuvo en Madrid, donde cosechó el 18,8% de los votos y quedó como tercera fuerza por detrás de PP y Podemos.

Las otras dos fuerzas estatales que estaban representadas en el Congreso han tenido un resultado muy desfavorable. El empuje de Podemos casi hace desaparecerIzquierda Unida-UP, que sólo matiene dos escaños por Madrid. Hace cuatro años IU había obtenido 11 diputados en toda España y casi el 7% de los votos, que ahora se han visto reducidos al 3,6%.

UPyD se queda fuera del Congreso con un resultado catastrófico, que le deja incluso por detrás del Partido Animalista contra el Maltrato Animal (Pacma). Las dos formaciones han quedado por debajo del 1% de los sufragios.

Cinco fuerzas nacionalistas

El Congreso se completa con otras cinco fuerzas nacionalistas, que se reparten 26 escaños.

Es significativo lo ocurrido en Cataluña, donde ERC y Democràcia i Llibertad han intercambiado sus posiciones. Esquerra Republicana ha multiplicado su respaldo, al pasar desde los 3 hasta los 9 escaños, convirtiéndose así en la primera fuerza independentista. Por el contrario, Democràcia i Llibertad ha sufrido un enorme varapalo al pasar de 16 a 8 escaños. Es decir, ha perdido la mitad de sus diputados. En conjunto, el nacionalismo catalán pierde fuerza en el Congreso: tenían 19 escaños y se queda ahora en 17.

... Pero yo voto

También ha perdido fuelle el nacionalismo vasco. Y también se ha producido un cambio en el reparto interno de poder. La izquierda abertzale, que obtuvo 7 diputados bajo la marca Amaiur en 2011, se queda ahora reducida a dos escaños. Le supera el PNV, que gana un diputado y llega a 6 actas.

Por último, Coalición Canaria mantiene uno de los dos escaños que tenía en la Cámara baja.

Se quedan sin representación el Bloque Nacionalista Galego, que pierde sus dos diputados arrollados por En Marea, y Geroa Bai, que se deja su único escaño.

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