El futuro del PSOE
Los barones críticos cuentan votos para tumbar a Sánchez y montar una gestora
Los seis barones socialistas –todos los presidentes autonómicos salvo la balear Francina Armengol, única afín a la actual dirección– tienen decidido que el tiempo de Pedro Sánchez al frente del partido ha acabado y están dispuestos a explorar todas las vías posibles para buscar su salida de forma inmediata. El objetivo que persiguen es su destitución y que una gestora pase a dirigir el PSOE hasta la elección de un nuevo líder. Así lo ha han confirmado a infoLibre diversas fuentes de las federaciones que apoyan este movimiento.
Los críticos con el actual secretario general, que está en el cargo desde el verano de 2014, consideran que la sucesión de malos resultados electorales y sus últimos movimientos internos –especialmente, la pretensión de que el Comité Federal que se celebrará el sábado convoque un congreso del partido previa consulta exprés a la militancia sobre el secretario general el 23 de octubre– son circunstancias que justifican la necesidad de un cambio de rumbo en la dirección del PSOE.
En la noche de este lunes eran dos las fórmulas que exploraban para buscar la salida de Sánchez: la dimisión de la mayoría de los miembros de la Ejecutiva del partido, lo que, según los estatutos, induce directamente al cese de la dirección; o, en segundo término, buscar el fracaso de la propuesta de convocar el congreso en el Comité Federal previsto para el sábado intentando que la mayoría de sus casi 300 miembros voten en contra.
La dimisión de la mayoría de la Ejecutiva
La primera de las vías en la que trabajan los barones para buscar la salida de Sánchez es la dimisión de la mayoría de los miembros de la Ejecutiva federal, el órgano de dirección del partido. El artículo 36 de los estatutos del PSOE prevé que cuando queden vacantes la mitad más uno de sus miembros, el Comité Federal –el máximo órgano del partido entre congresos– deberá convocar un congreso extraordinario para la elección de una nueva Ejecutiva, es decir, de una nueva dirección del partido.
De la Ejecutiva forman parte, con atribuciones plenas, los 26 dirigentes que tienen áreas de responsabilidad más nueve vocales sin cartera asignada. En total, 35 dirigentes, así que para forzar la salida de Sánchez sería necesario que dimitieran 18 de ellos. Los críticos con Sánchez están convencidos de que cuentan con los aliados suficientes para lograr la caída del secretario general, aunque admiten que las cuentas en este órgano están "más ajustadas". Miembros de la Ejecutiva no alineados claramente con ninguno de los dos bandos han admitido a infoLibre que les han sondeado para saber si presentarían su dimisión.
Por otro lado, hay otros cuatro miembros de la Ejecutiva que tienen voz en este órgano, pero no voto. Se trata de los portavoces en el Congreso y en el Senado, Antonio Hernando y Óscar López; el secretario general de Juventudes Socialistas, Nino Torre; y el alcalde de Vigo Abel Caballero, que ocupa un puesto por su condición de presidente de la FEMP. No obstante, estos dirigentes resultan irrelevantes en esta operación por no tener derecho a voto en las deliberaciones del órgano. En consecuencia, no cuentan a efectos de la aplicación del artículo 36 de los estatutos.
El PSOE reunió este lunes en Ferraz a la comisión permanente de la Ejecutiva federal, la versión reducida de la dirección socialista, en la que están los 26 dirigentes que tienen áreas de responsabilidad más otros tres miembros con voz pero sin voto. En total 29 miembros. La versión ampliada es el plenario de la Ejecutiva mencionada anteriormente, formada por los 29 dirigentes más nueve vocales sin cartera asignada.
Pues bien, de los 29 dirigentes que integran la comisión permanente, este lunes acudieron 26. De ellos, la única dirigente que no tomó la palabra fue la consejera de Sanidad valenciana y secretaria de Igualdad, Carmen Montón. Por tanto, intervinieron 25 personas, incluido el propio Pedro Sánchez. 15 lo hicieron para respaldar al secretario general y nueve para censurar su gestión.
Aunque no se trata del mismo órgano –el lunes se reunió la versión reducida de la dirección y no el plenario– estas intervenciones sí dan una ligera idea del ajustado reparto de fuerzas que existe ahora mismo en la cúpula del PSOE. Además, la relación de fuerzas en la permanente se podría invertir en el plenario de la Ejecutiva, ya que la mayoría de los nueve vocales sin cartera son del sector crítico.
La derrota vía Comité Federal
La otra vía que exploran los seis barones socialistas para sacar a Sánchez de la secretaría general del PSOE es que la mayoría de los casi 300 miembros del Comité Federal que está convocado para el próximo sábado 1 de octubre no respalden con su voto la convocatoria del congreso para principios de diciembre, como pretende el líder socialista. De esa forma, entienden, Sánchez y la Ejecutiva no tendrían más remedio que dimitir, pues su posición quedaría deslegitimada por el máximo órgano del partido entre congresos.
Si aun así, el actual secretario general se negara a dimitir, existe la posibilidad de una moción de censura. Sánchez podría quedar expulsado de la secretaría general si la mayoría absoluta del Comité Federal vota a favor de sacar adelante una moción de censura contra él, para lo que sería necesario que un 20% de los dirigentes de este órgano solicitase esa moción, según se contempla en los estatutos del partido. La mayoría del Comité Federal tendría que apoyarla en la votación para que saliese adelante.
Este método se puso en práctica, por ejemplo, en el año 1997 en la Comunidad Valenciana, cuando varios dirigentes presentaron una moción de censura contra el entonces secretario general del PSPV, Joan Romero, que no llegó a debatirse porque éste aceptó integrar en los órganos de dirección al sector crítico.
Los críticos con Sánchez están convencidos de que tienen una "mayoría amplísima" en el Comité Federal, con una ventaja de más de 50 votos, lo que les permitiría cumplir sus planes sin demasiados problemas. Señalan que el hecho de que seis barones estén detrás de la operación garantiza un alto número de respaldos. Los afines a Sánchez, por su parte, aseguran estar convencidos de que la mayoría de los miembros del Comité Federal respalda al actual secretario general. Si hay algo cierto, no obstante, es que ambos bandos se van a emplear a fondo esta semana para recabar los apoyos que les hagan lograr su objetivo: tumbar a Sánchez o que se mantenga en su puesto.
Este lunes por la noche, preguntado por Àngels Barceló en el programa Hora 25 de la Cadena Ser, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, señaló que si en este órgano hay más votos en contra de la propuesta de Sánchez que a favor será posible tumbar los planes del secretario general y añadió que él estaba dipuesto a trabajar para que así fuera. Asimismo, aseguró haber hablado con la líder andaluza, Susana Díaz, con la que coincide en que "no se puede trasladar a la gente que el partido está por delante de España".
La dirección del PSOE andaluz –una de las federaciones más beligerantes contra la actual cúpula socialista– ha convocado para el próximo jueves tanto a su ejecutiva como a su Comité director, el máximo órgano del partido entre congresos. La intención de su líder, Susana Díaz, es que los todos los cargos de la federación andaluza que acudan al Comité Federal del sábado lo hagan con el mandato de oponerse a la celebración del congreso en octubre.
¿Qué ocurrirá si cae Sánchez?
La última cuestión clave es saber qué futuro inmediato le espera al PSOE en el caso de que triunfen los planes del sector crítico para hacer caer a Sánchez y su equipo. Los desafectos a la actual cúpula y otros dirigentes no alineados expresamente con ellos asumen que la única salida para el partido es la constitución de una comisión gestora que dirija la formación hasta la elección de un nuevo líder.
Sánchez no dimitirá aunque los críticos le impidan convocar el congreso
Ver más
Estas fuentes admiten que un partido descabezado y sin un liderazgo claro no podría ir a una nueva repetición electoral, así que su apuesta pasa por exigir al PP unas condiciones "duras" a cambio de la abstención de los diputados socialistas. Los dirigentes consultados señalan también que el PSOE no están en condiciones de exigir a los conservadores un relevo en el liderazgo y por eso, en principio, descartan plantearles como exigencia la cabeza de Mariano Rajoy, posibilidad que sí planteó el expresidente Felipe González.
Los planes de los dirigentes socialistas también tocan tangencialmente a Podemos, pues es una de las fuerzas en las que Sánchez dice confiar para intentar una alternativa de izquierdas. Pase lo que pase, en la formación morada son pesimistas respecto a la posibilidad de que se pueda articular ese Gobierno alternativo.
En el entorno de Pablo Iglesias subrayan que, en el caso de que Sánchez saliera vivo de estas operaciones en su contra, apenas tendría una semana para fraguar un acuerdo que le permitiera presentarse ante Felipe VI con los apoyos necesarios para ser investido. Y es que la fecha que la dirección socialista baraja para su consulta a la militancia sobre el secretario general es el 23 de octubre y el plazo para intentar otra investidura expira el 31 de octubre, ocho días después.