EL ESCÁNDALO DE LOS CONTRATOS EN PANDEMIA

El equipo de Almeida rehúsa explicar a la oposición por qué no contactó con una empresa bajo sospecha de estafa

Fotografía de Twitter de Philippe Solomon junto a sus firmas.

No tengo más que añadir”. Esa fue este miércoles la respuesta literal del director general de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Enrique López Ventura, a la pregunta que en la Comisión Permanente Ordinaria de  Seguridad y Emergencias acababa de lanzarle Más Madrid sobre el segundo contrato de mascarillas bajo sospecha de estafa, el adjudicado a la empresa estadounidense Sinclair&Wilde a comienzos de la pandemia.

Lo anterior ocurrió cuando el concejal Miguel Montejo inquirió a López Ventura sobre por qué el consistorio no contactó con Philippe Solomon, dueño de Sinclair&Wilde, cuya supuesta estafa por la venta de mascarillas de nula calidad a cambio de 2,5 millones había provocado la apertura de diligencias en un juzgado de Madrid tras una denuncia interpuesta por la propia Policía Municipal. Al empresario se le dio por desaparecido. Y fue ese factor el que derivó en el archivo provisional de las diligencias judiciales.

A Solomon lo localizó infoLibre hace menos de un mes, apenas semanas después de conocerse la existencia de este segundo caso de supuesta estafa por suministro de material defectuoso para la protección frente al covid. El caso de Sinclair&Wilde se unía así al de los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño, que se embolsaron seis millones de euros a través de los contratos con la compañía malaya Leno para el suministro de equipos de protección que costaron al erario municipal más de 11 millones de euros.

El edil de Más Madrid había recordado en su intervención cómo Solomo había llegado al Ayuntamiento a través de una consultora madrileña [Araceli Vida] que a su vez desembarcó gracias a su contacto con un concejal del PP. "Los periodistas –agregó Montejo– hablaron con Solomon, estaba muy sorprendido de que el Ayuntamiento no lo localizara porque la jefa de compras, Isabel Collado, tenía su teléfono". Y finalizó su intervención con una pregunta directa a López Ventura: “Comprenda que es razonable que nos preguntemos qué está pasando, si no es que no había muchas ganas de encontrarlo”.

Y fue ahí cuando el director general de Emergencias cerró el bucle anunciando que nada tenía que añadir. Su silencio contrasta con un dato clave en este caso: que la denuncia de la Policía Local contra Sinclair&Wilde acabó en los tribunales precisamente porque López Ventura había dado meses antes la voz de alerta sobre la pésima calidad de sus mascarillas.

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