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Las contradicciones del líder de Vox

La fundación que dirigió Abascal en 2013 destinó a personal el 90% de su gasto total y no cumplió ninguno de los objetivos marcados

El líder de Vox, Santiago Abascal.

Alicia Gutiérrez

Casi 204.000 euros –el 90% del gasto total– destinados a salarios y retribuciones a profesionales independientes y una sola "actividad fundacional" cumplida: la gestión de una beca anual para un estudiante de periodismo en una agencia de noticias, Servimedia, beca que se renovaba de manera automática cada septiembre. Esos dos hitos resumen el balance de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social en 2013, último año de vida de esa entidad pública madrileña y justo el periodo en que tuvo como gerente a Santiago Abascal. Entonces, el hoy líder de Vox era todavía un destacado militante del PP afín a Esperanza Aguirre, que años antes ya le había asignado un primer puesto público dependiente del Gobierno autonómico: director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid.

Dominado por altos cargos de la Comunidad de Madrid, el patronato de la fundación decidió disolverla por sorpresa el 17 de diciembre de 2013. Es decir, dos semanas antes del cierre del ejercicio. El Gobierno madrileño sostiene que el hecho de que el acuerdo de extinción fuese adoptado cuando aún no había finalizado el año hizo que las cuentas de 2013 no se depositaran nunca en el Registro de Fundaciones, de carácter público. En poder de la Consejería de Políticas Sociales, esas cuentas y la memoria que las acompaña habían permanecido hasta ahora fuera de alcance. infoLibre las ha obtenido finalmente tras una solicitud cursada al amparo de la Ley de Transparencia. En octubre, un informe de la Cámara de Cuentas dejó constancia de que ni siquiera había podido fiscalizar la extinta fundación.

Este lunes, infoLibre informó a los portavoces de Vox de que las cuentas de la fundación relativas a 2013 certificaban que el gasto en retribuciones había superado los 200.000 euros y que, sin embargo, solo la beca de periodismo, que llevaba años concertada con Servimedia, figura como objetivo cumplido. Los responsables de comunicación de la formación ultraderechista declinaron ofrecer la versión de Abascal. Vox ha convertido la denuncia de los llamados chiringuitos, especialmente si los considera controlados por organizaciones feministas, en uno de los ejes centrales de su discurso.

Aunque de manera muy escueta, el balance, la cuenta de resultados y la memoria de la fundación de 2013 constatan que el chiringuito público que tuvo bajo su mando Santiago Abascal como gerente y secretario de la fundación no cumplió en la práctica más que un fin en su último año de existencia: dedicar 143.369 euros a "gastos de personal" en una plantilla que formaban el propio Abascal –cuyo sueldo anual se había fijado en 82.491 euros– y una segunda persona; y librar otros 60.586 euros a "servicios de profesionales independientes". O sea, a autónomos o empresarios que realizaron alguna tarea por encargo de la fundación. Así, salarios y retribuciones coparon el 90% de los 226.190 euros que la fundación declaró ese último año como gasto total. 

El líder de Vox asumió el cargo de gerente de la fundación pública madrileña en febrero de 2013. Y, según el Ejecutivo madrileño, cesó a petición propia en enero de 2014.

Ese último año de vida, la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social de la Comunidad de Madrid, a la que su última memoria se refiere por las siglas FMPS, anotó como "realizadas" cuatro "actividades fundaciones". Y aparecen definidas en el documento de la siguiente forma: "Patrocinio directo: beca de periodismo"; "Fomento del Patrocinio Social"; "Captación de Patrocinio" y "Obtención de fondos: ingresos provenientes del Coro de Mayores de la CAM [Comunidad Autónoma de Madrid]".

Solo la primera, la de la beca anual para un estudiante de periodismo en la agencia Servimedia, aparece en la memoria como objetivo cumplido. "La persona becada ha realizado un mínimo de dos reportajes semanales sobre la actividad social en la Comunidad de Madrid", dice el texto, que despeja así cualquier eventual duda sobre el número de becarios apadrinados por la fundación.

¿Cuántos "recursos humanos" dedicó la fundación a los asuntos relacionados con esa beca, que se había ido renovando año tras año al menos desde 2010, fecha de la primera memoria a la que ha tenido acceso este periódico? Pues dos asalariados –Abascal y una subordinada– y "1,5" efectivos "con contrato de servicios". Los dos asalariados le dedicaron de forma conjunta a esa actividad 176,5 horas y los 1,5 con "contrato de servicios" emplearon otras "132,375 horas". En total, 38,5 jornadas laborales de ocho horas. La memoria no explica qué gestiones derivadas de un convenio que se renovaba de forma automática requirieron más de un mes de trabajo efectivo. En total, y según el cuadro que desglosa los recursos económicos empleados en cada una de sus actividades, la fundación dedicó a la beca de periodismo 19.859 euros. 

De la segunda "actividad fundacional", la del "fomento del patrocinio social", la memoria ofrece la descripción de dos objetivos. El primero era, en sentido estricto, organizar una fiesta: la "I Gala de Premios a la Responsabilidad Social, para trasladar el reconocimiento público y necesario a las compañías que durante el curso anterior se hayan comprometido con cualquiera de los ámbitos en los que la Consejería de Asuntos Sociales ejerce sus funciones". El segundo era obtener "el beneplácito de bancos y cajas para emplear algunas piezas de su papelería corporativa como soporte publicitario". Ninguna de esas dos actuaciones "pudo ser conseguida ante la falta de medios", dice la memoria.

Del millón y medio "previsto" al cero "realizado"

De la tercera actividad programada, la denominada "Captación de patrocinio", la memoria facilita un nombre de relumbrón –Ikea– y una serie de planes poco detallados. Ikea entra en escena porque la fundación llevó a cabo gestiones con la multinacional sueca para "dotar" a un determinado inmueble de una "unidad de acogimiento familiar y un centro de atención temprana" para la consejería del área social.

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La fundación, dice el párrafo siguiente, trató de captar colaboración empresarial para fines como elaborar una guía de enfermedades raras, "patrocinar un equipo de fútbol de discapacitados", conseguir que "centros de equitación" o "criaderos de perros" cooperasen en su inserción o editar "el Estudio sobre innovación social que está siendo elaborado por Esade". "Ninguna de estas actuaciones encontró el respaldo de la iniciativa privada", concluye el apartado reservado a la referida actividad. A todo lo anterior, de lo que no hay más detalle que lo expuesto, la fundación asegura haberle dedicado en 2013 la cifra de 130.315 euros. Los potenciales beneficiarios, de los que no se especifica ni la identidad ni el perfil, habrían sido nada menos que "1.410.514" personas físicas y nueve jurídicas. Eso era lo "previsto". Bajo la casilla "Realizado" solo consta un dígito: 0.

De la cuarta y última "actividad fundacional", la dirigida a obtener fondos, la memoria aporta todavía menos datos. Tan pocos que se puede reproducir aquí el párrafo completo colocado bajo el epígrafe que promete una "Descripción detallada": "En coordinación con el Servicio General de Bienestar Social, la FMPS intentó recaudar, a través de un convenio ad hoc, los posibles ingresos derivados de las actuaciones del Coro de Mayores de la CAM". A renglón seguido, una línea más: "Por diferentes circunstancias, no se consiguió la firma de dicho convenio".

A ese futuro convenio que jamás quedó suscrito aunque la memoria ni siquiera esboza cuáles iban a ser sus líneas maestras ni por qué quedó en papel mojado, Abascal y la segunda asalariada de la fundación le dedicaron entre ambos nada menos que 706 horas o, lo que es lo mismo, 88 jornadas laborales completas. Y otras dos personas con contrato de servicios añadieron a la cuenta 529,5 horas (66 días). El coste, 43.437 euros.

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