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MOCIÓN DE CENSURA DE VOX Y TAMAMES

El Gobierno confía en que el 'efecto moción' movilice a su electorado después de lograr una alta audiencia

Pedro Sánchez, en la segunda y última jornada del debate de la moción de censura.

La fracasada moción de censura de Vox abre un nuevo capítulo en la agitada vida política española. A dos meses de las elecciones autonómicas y municipales del 28M, La Moncloa cree que estos dos días en el Congreso desembocan en un clima de “buen estado de ánimo” para el Gobierno y tendrán un efecto movilizador para el electorado progresista.

Uno de los principales temores en el PSOE es la participación de sus votantes (su electorado está menos movilizado que el del PP, según el último barómetro del CIS). Y entienden en La Moncloa que la moción de censura ha supuesto un “chute” para los progresistas porque se ha visto lo que hay “enfrente”. “Tiene que movilizar”, insisten en el entorno del presidente. “No se puede quedar nadie en el sofá”, comentan.

En el Gobierno entienden que salen más fuertes después de esta moción: “Objetivo cumplido”, “ha ido mejor de lo esperado”. Reflexionan en La Moncloa que se ha visto perfectamente que en las próximas elecciones se tendrá que elegir entre dos modelos: una coalición progresista con medidas para la gente frente a un posible Gobierno de la derecha y la extrema derecha que supone la involución.

Moncloa detecta el interés creciente en los datos de audiencia

En el Ejecutivo piensan que, a pesar del “show” de Ramón Tamames y Santiago Abascal, la moción tiene ese efecto entre sus votantes, un interés que se ha visto, subrayan fuentes del Gobierno, en los datos de audiencia de la moción. El debate ha sido ampliamente seguido por todos los medios y con programas especiales que han abarcado horas en pantalla. Y ha causado interés entre los ciudadanos, señalan las fuentes, al comprobarse los datos de audiencia. Por ejemplo, añaden, en TVE se llegaron a conectar en algún momento en directo para ver el debate 5,6 millones de personas (con una cuota de pantalla del 24% en la primera parte). El interés fue mayor que en la moción que también presentó Vox en octubre de 2020.

El electorado de izquierdas suele movilizarse más tarde que el de la derecha. Por eso ven tan importante ese interés en las audiencias por un debate en el que el Gobierno se ha afanado en mandar varios mensajes, como la defensa de lo que se ha hecho durante estos más de tres años y todo lo que queda por hacer.

Además, esperan en La Moncloa que el tique Sánchez-Díaz que ha funcionado durante el debate de la moción sirva también como efecto movilizador ante la opción Feijóo-Abascal. El presidente y la vicepresidenta, reflexionan las fuentes, han puesto en valor su gestión, a pesar del ruido de las últimas semanas. Como defienden en el ala socialista: “Hemos tenido sólo una discrepancia de doscientas leyes”. El papel de Díaz, indican, es un “refuerzo muy importante” de la coalición. Los discursos están sincronizados entre los dos. “Se ha visto lo que queda por hacer, otra legislatura para afianzar estos logros”, añaden las fuentes.

Moncloa cree que al PP también le pasará factura

Piensan que también calará el mensaje del papel que ha jugado el PP, de perfil durante estos dos días. "¿Abstenerse ante esto?”, se preguntan irónicamente en el Gobierno. Para La Moncloa, se ha demostrado que el PP y Vox son la “nada”, sin ninguna propuesta ofrecida durante el debate de la moción.

Esta ha sido una de las obsesiones del Gobierno durante estos dos días de moción, evidenciar que el PP, a pesar de su abstención, ha ligado ya su futuro a Vox y que pactará en todos los sitios que sea posible tras el 28M, además de La Moncloa si le hacen falta los votos. Quieren convertir esto en uno de los principales motivos para que sus votantes vayan a las urnas y con este objetivo han lanzado la campaña “Defiende lo que piensas”.

Sánchez y Díaz se han esforzado en recordar los motivos para ir a votar a los partidos de la coalición: reforma laboral, nuevo sistema de pensiones, la subida del salario mínimo hasta los 1080 euros, el ingreso mínimo vital, los ERTE, el estado de alarma que salvó miles de vidas, la mayor partida de becas de la historia, la nueva ley de memoria democrática y la aprobación de tres presupuestos generales del Estado en tiempo y forma, entre otras medidas.

Y son conscientes en el Gobierno de que Feijóo está desplegando una estrategia para atraer votantes socialistas pero también para que muchos de los progresistas se queden en sus casas ante el ruido constante. En un ciclo electoral reñidísimo, donde ninguno de los bloques emergen con holgura sobre el otro en las encuestas, cualquier voto puede ser vital. Las derechas han intentado forzar elecciones anticipadas (ese era el principal motivo de la moción, aunque a Ramón Tamames olvidó mencionarlo), pero Sánchez tiene la intención de llegar hasta el final y convocar para finales de año. Durante el segundo semestre España se encargará de presidir la UE, algo que también espera rentabilizar el presidente de cara a las urnas.

El escenario tras la moción

El jefe del Ejecutivo, después de la moción, encara una apretada agenda intencional, con su participación en el Consejo Europeo este jueves y viernes en Bruselas, trasladándose directamente luego a Santo Domingo para participar en la Cumbre Iberoamericana. Luego regresará a España, donde llevará a cabo en los próximos días una remodelación de Gobierno para sustituir a Reyes Maroto y Carolina Darias, que dan el salto a los ayuntamientos de Madrid y Las Palmas, respectivamente. Según ha confesado el propio presidente, ese cambio se limitará a los ministerios de Industria y de Sanidad.

Para ese ciclo electoral será de vital importancia la organización final del espacio a la izquierda del PSOE. Yolanda Díaz tiene previsto anunciar su candidatura, al frente de Sumar, en un acto en Madrid el próximo 2 de abril. Podemos está apremiando a la ministra de Trabajo a firmar un acuerdo para las listas antes de los comicios del 28M.

En el ala socialista, según confiesan fuentes gubernamentales, esperan que haya un acuerdo entre Díaz y Podemos y ponen mucho valor a esa imagen de Gobierno cohesionado que se ha visto durante la moción de censura. Esta es la manera, entienden, de lograr que el bloque progresista logre superar al de las derechas.

En el Gobierno reconocen que era difícil elegir la estrategia con un candidato como Ramón Tamames, al que querían tratar con respeto pero también señalar todas las contradicciones y el hecho de que se haya dejado utilizar para blanquear a la ultraderecha. “Tamames se representaba a él mismo”, comentan las fuentes, que indican que el objetivo era retratar al PP y Vox. La moción también ha servido, señalan fuentes del PSOE, para dar aire al grupo parlamentario socialista, que recibió con grandes aplausos el discurso también de su portavoz, Patxi López, en el que quiso defender su importancia y su trabajo frente a los intentos de extender las sombras por parte de la derecha después del caso del tito Berni.

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