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Izquierda alternativa

La izquierda europea desinfla su propuesta de que no se pague la deuda soberana “ilegítima”

Pierre Laurent, con los cinco miembros de su presidencia (Margarita Mileva, Alexis Tsipras, Diether Dehm, Marisa Matias y Maite Mola), este 15 de diciembre en la clausura del IV Congreso del PIE, en el hotel Auditórium de Madrid.

Una de las propuestas más rotundas que lucía el Partido de la Izquierda Europea (PIE) a la entrada de su IV Congreso, el pasado viernes, era la promesa de arbitrar una "auditoría ciudadana" para analizar las cuentas públicas, a partir de la cual se cancelaría la parte "ilegítima" de la deuda, se promovería una quita o, directamente, no se pagaría la deuda. El objetivo era liberar a los ciudadanos de la "esclavitud" del pago de un agujero que ellos no han producido y que han engordado, en buena medida, los "mercados", la gran banca, los especuladores. Esa propuesta ya no existía este domingo, en la clausura del cónclave. Ha quedado diluida. "Descafeinada", "desinflada", como reconocían con cierto pesar diversos miembros de la delegación española

Ayer sábado, Maite Mola, vicepresidenta del PIE y mano derecha del mando supremo, el francés Pierre Laurent, ya aseguraba que el debate se estaba "animando", y lo que parecía ser una balsa de aceite, una discusión cerrada, ya no era tal. La propuesta de la deuda, una de las principales medidas que integraba la llamada Plataforma programática –o sea, un documento de mínimos que engarce a los 26 partidos miembros del PIE y a los siete observadores–, era una de las sometidas a revisión. En ese punto se visualizó además la división Norte-Sur: mientras que los países más pujantes, los nórdicos y los centroeuropeos, eran más partidarios de buscar fórmulas de "solidaridad", otros defendían desprenderse de la parte "ilegítima" de la deuda soberana (y algunos de ellos, incluso, no pagar nada en un principio). 

Al final, y tras una reunión anoche entre los jefes de todos los partidos, se llegó a un consenso de mínimos y se asumió el planteamiento de la coalición griega Syriza, liderada por Alexis Tsipras, según fuentes de la dirección del PIE. La redacción definitiva es esta: "La deuda no es un problema nacional. Necesitamos encontrar una solución solidaria europea. El PIE organizará una conferencia monográfica sobre la reestructuración de la deuda pública". 

Mola, reelegida en su cargo, explicó en rueda de prensa que, en vista de que no había cuajado un acuerdo más ambicioso, se había impuesto una "definición más general". "Una alternativa de izquierdas debe tener una solución europea para un problema que es europeo, no de cada uno de los países –completó su compañera portuguesa Marisa Matias, que continúa también como vicepresidenta del PIE–". Ambas destacaron que el debate no se cancela, sino que se pospone para ser estudiado con profundidad en la conferencia del próximo marzo, previa a las elecciones europeas. Laurent, por su parte, señaló que ese foro supondría marcar la "pista de salida de la austeridad". 

Aparte de este punto de la deuda, el cambio más importante sufrido tanto en el documento político como en la Plataforma programática reside en el reforzamiento de las cuestiones ambientales. Una demanda liderada por el Parti de Gauche francés –la formación copresidida por Jean-Luc Mélenchon y Martine Billard–, Syriza (Grecia), Die Linke (Alemania), Bloco de Esquerda (Portugal) y la Alianza Roja y Verde (Dinamarca), que presionaron para que el "giro ecosocialista" estuviera "en el corazón" de un proyecto "moderno de izquierdas". Así, el programa de mínimos experimentó un cambio sustancial: de los cinco ejes claves originales (Resistir la austeridad. Por un nuevo modelo de desarrollo; Retomar el poder por el pueblo. Por una revolución ciudadana; Por una Europa social, la Europa de los derechos; Para el comercio justo con el mundo y Por una Europa de la paz) a seis vértices. Se incorporó todo un epígrafe titulado Un nuevo modelo para el desarrollo ecológico y social

Energías renovables, transporte público, salvaguarda del mar

En el texto original, las medidas verdes estaban más diseminadas, y ahora se han concentrado en un nuevo capítulo específico, ganando en visibilización. Entre las iniciativas reflejadas, el ahorro energético, desarrollo de las energías renovables, potenciación del transporte público, lucha contra las emisiones de carbono, garantía de la soberanía alimentaria y la agricultura ecológica, protección del mar y rechazo a la privatización de los recursos naturales. 

Alexis Tsipras, líder de Syriza, durante el plenario del IV Congreso del PIE, este domingo 15 de diciembre en la sesión de clausura, en el hotel Auditórium de Madrid | JOSÉ CAMÓ

Mola y Matias enfatizaron la importancia del alto consenso alcanzado tanto en el documento político como en el programa base para las europeas: el primero lo apoyaron el 93,3% de los delegados (con un 5,5% de voto en contra y un 1,2% de abstención) y el segundo, el 86,4% (con un 7,1% de abstención y 6,5% de rechazo). "Que 26 partidos de Europa, con ideas muy diferentes, hayamos sido capaces de acordar la política prácticamente en un 100%, y hayamos fijado posición en mociones a favor de Venezuela o Cuba o contra la OTAN, es un éxito. Y el segundo éxito es el de las votaciones de la presidencia [colegiada]", analizó la española. Laurent, también secretario nacional del Partido Comunista Francés (PCF), fue reelegido como líder del PIE por un 78,6% de respaldo (y un 14,3% de noes y un 7,1% de abstención), un aval en la línea del que recibieron sus cuatro vicepresidentes (Mola, Matias y Tsipras, más la búlgara Margarita Mileva, nueva en la cúpula) y el tesorero (Diether Dehm, de Die Linke). A Mola no le faltaba razón: el PIE –European Left, en inglés– amalgama a 33 formaciones de 23 países distintos y de pelaje y sensibilidad muy diferente: socialistas, comunistas, ecosocialistas y otras fuerzas democráticas de izquierdas.

"Una cuestión de coherencia"

Esa diversa piel, y el enfrentamiento directo entre Laurent y Mélenchon explica otro de los contratiempos de este congreso: la salida temporal, hasta después de las elecciones municipales francesas de marzo, del Parti de Gauche del PIE. El detonante de la guerra interna entre las dos formaciones capitales de la coalición Front de Gauche –cuarta fuerza en las presidenciales francesas de 2012 (11,10% de los votos), con Mélenchon como candidato– ha sido la decisión del PCF de integrarse en la candidatura socialista en París, que capitanea Anne Hidalgo, en primera vuelta. "En otros puntos de Francia, el PCF también ha decidido cobijarse bajo las listas del PS, y ya lo advertimos, pero cuando Laurent se metió en la de París, ya por ahí decidimos no pasar. Es una cuestión de coherencia, de principios. No se puede decir que nos oponemos a las políticas neoliberales, que rechazamos las políticas impuestas por socialdemócratas y conservadores, y luego ir de la mano de Hidalgo. Los votantes pierden la confianza en nosotros si no somos coherentes, y más en estos momentos", señalaba a infoLibre Martine Billard, en los pasillos del hotel Auditórium de Madrid. Los rojiverdes del PG, nacidos en 2009, se nutrieron de antiguos cargos socialistas y ecologistas. 

El PG planteó, tres semanas antes del IV Congreso del PIE, que hubiera una copresidencia hombre-mujer –un tándem como el de Mélenchon-Billard– y, por descontado, que no repitiera Laurent. Pero para entonces la Comisión de Estatutos ya había cerrado el texto, y para abrirlos para debatir esa cuestión significaba someterlo al estudio de cada uno de los partidos miembros. Así que se decidió aplazar este asunto hasta el siguiente cónclave, dentro de tres años. Ayer, hasta el último momento, el responsable de Batalla Ideológica del PG, François Delapierre, estuvo peleando por que se diera el giro. Pero no hubo forma y, según lamentó, sólo se le dio "la callada por respuesta". Los ecosocialistas pretendían que otro miembro del PCF pudiera ocupar el coliderazgo del PIE, y junto a él otra dirigente de otra formación europea. "No hay que tener miedo. No hay que temer la discrepancia. Una fuerza viva discrepa, escucha, reacciona. Se puede cambiar de rumbo. El inmovilismo no es garantía de futuro", dijo Delapierre ante el plenario. El PG, socio menor del PCF en el Front de Gauche decidió entonces suspender temporalmente su pertenencia al Partido de la Izquierda Europea, hasta que pasen las municipales de marzo. "Entonces, ya veremos. Lo sorprendente es que, cuando se quiere, se cambian los estatutos rápidamente. Por ahora, lo cierto es que tendremos listas separadas en París. No queremos aparecer en nada con Pierre, ni en una foto con él", defendió Billard. Y en este congreso no se ha visto a Mélenchon, de hecho. Ha marchado a Ecuador. 

La "tradición" del entendimiento entre las dos izquierdas

El PG salía del cónclave, al menos, con la sensación de que su presión a favor de que el PIE se mueva hacia el ecosocialismo ha triunfado: su moción a favor de situar la vertiente verde en el centro del proyecto prosperó, con un 48% de apoyo y un nada despreciable 43% de rechazo. Billard: "Nos ha costado mucho pelearlo, y lo hemos conseguido, pero nos parecía increíble que fuera tan trabajoso". 

Desde el PCF, en cambio, señalaban este domingo que la alianza con los socialistas no es algo enteramente nuevo, sino que se debe a la "tradición" de entendimiento entre las dos izquierdas. Y el pacto obedece, añadieron, a que Hidalgo asumió las propuestas programáticas básicas de los comunistas. No responde tanto al peligro de que la capital gala pueda volver a manos de la derecha. París está dirigida desde 2001 por el socialista Bertrand Delanoë desde 2001, e Hidalgo es desde entonces su primera teniente de alcalde. 

Según la delegación española, el cruce de la refriega Mélenchon con el líder del PCF ha sentado mal, porque se sentía que en el congreso del PIE no se podían ventilar vendettas nacionales. El propio Laurent tuvo que defenderse este domingo ante el plenario. Se confesó "comprometido" con que en las municipales de marzo de 2014 "progrese" el Front de Gauche. "Llevo a cabo estos combates en Europa con la misma franqueza, determinación y espíritu [que en París]", porque la clave reside en "avanzar con el puño en alto y la mano abierta" al diálogo. "Sorprende que el PG decida apartarse del PIE sin someterlo siquiera a la consulta de la militancia. Eso es más propio de un centralismo democrático que nosotros ya aparcamos", acusaban fuentes próximas al líder del PCF.

Pelea perdida por las mujeres

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Tampoco prosperó la propuesta de creación de un grupo de trabajo, dentro de la cúpula del PIE, sobre derechos de las mujeres y feminismo, impulsada por las mujeres del PCE, del PCF y de otras formaciones. Se perdió por un escasísimo margen: un 44,6% de apoyos frente a un 46,9% de rechazo

A día de hoy, las mujeres del PIE funcionan en el entorno de la red European Left Fem (EL Fem) pero, como explicaba la comunista española Cristina Simó, su voz no estaba "integrada" en el corazón del partido. Ayer en el plenario, Simó pedía situar el feminismo "como eje central" de la acción política. "No podemos hablar de justicia social ni de democracia si la mitad está excluida [...]. Es el momento del feminismo en el conjunto de la sociedad. Está en juego la vida de las mujeres". La dirigente recalcó que el grupo de trabajo pretendía, no "reemplazar" EL Fem, sino "reforzarla", para que el PIE pusiera el feminismo "como motor de la emancipación humana". Las mujeres batallaron para conseguir su objetivo de mínimos, la creación de ese grupo de trabajo. No hubo forma

Este domingo, Laurent, consciente del impacto que la derrota de la moción había generado en sus compañeras, intentó paliar el daño. "Los hombres del PIE también somos feministas", reivindicó.

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