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Casi la mitad del personal de la sanidad pública gallega era temporal cuando Feijoo dejó la Xunta

Una mujer se quita la mascarilla al salir del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, a 10 de enero de 2024.

David Lombao

Aquí puedes leer el artículo original en gallego.

El año 2022 fue el último que empezó con Alberto Núñez Feijóo en la presidencia de la Xunta. A principios de marzo de aquel año anunció que optaba –sin rivales– a reemplazar al defenestrado Pablo Casado y a finales de abril dimitió efectivamente del puesto, convertiéndose en el primer presidente en abandonar el cargo por voluntad propia en la historia de la autonomía.

Del año 2022, precisamente, están llegando al Parlamento diversos informes del Consello de Contas, órgano fiscalizador de las finanzas públicas gallegas y equivalente al Tribunal de Cuentas. Estos documentos, que en buena parte detectan errores y aciertos de los que ya habían advertido en ejercicios previos, sirven también como radiografía del estado en que dejó la Administración gallega quien ahora es líder del PP. Por ejemplo, en la sanidad pública, una de las áreas en las que más se implicó directamente y en la que casi la mitad del personal era temporal cuando abandonó la Xunta.

Ese fuerte peso de la temporalidad queda acreditado en el análisis de la cuenta general del Sergas (Servicio Gallego de Salud) publicada este 6 de mayo por el Consello de Contas. El ex-presidente se fue con la sanidad pública aumentando cuadro de personal –en buena medida, debido a la ola expansiva de la pandemia del covid. Algo más de 43.000 personas de las que el 48,3% ejercían su labor en un puesto de trabajo temporal, según este informe.

Como demuestran los gráficos que acompañan estas líneas, construidos a partir de las cifras publicadas por Contas, en aquel 2022 trabajó en el Sergas una media diaria de 43.444 personas. Dentro de ellas, 22.480 eran profesionales con una plaza en propiedad, un 1,8% menos que en el año previo. Mientras, el personal eventual se había reducido notablemente (5.254, un 13,6% menos que en 2021), pero había aumentado el que está cubriendo de manera temporal puestos concebidos para ser fijos, estructurales, con casi un 15% de profesionales en régimen de interinidad o temporalidad: en total, 9.294.

Si a estas cifras se añaden las 6.416 personas que, de media, ejercieron cada día de 2022 como personal substituto (cubriendo bajas, por ejemplo), la temporalidad en el Sergas aumentó en aquel año en 1,5 puntos, según destaca el Consello de Contas. Si en 2021 había un 53,3% del cuadro con plaza en propiedad y un 46,7% en algún régimen de temporalidad, en 2022 pasó a haber un 51,7% hizo frente a un 48,3% temporal.

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Las diferencias son aún más acusadas al comparar con el año 2020, el primero de la pandemia. En aquel momento, el personal del Sergas con plaza en propiedad era, en cifras redondas, un 54% y el temporal, el 46%. Tan innegable resulta el incremento de personal en esos años –de una media de unos 41.500 a los últimos 43.444– como el hecho de que, en buena medida, el incremento vino de la mano de la temporalidad.

El incremento de personal es aún más relevante al retroceder más en el tiempo. En este informe Contas se retrotrae hasta 2018, año en el que el número medio diario de efectivos ejerciendo en el Sergas era de 38.651. El incremento fue superior a un 12% en cuatro años.

En este sentido, no obstante, el órgano fiscalizador de las cuentas públicas también advierte de que, de manera recurrente, el Sergas presupuesta menos plazas de las que finalmente necesita, con las consecuentes modificaciones presupuestarias año tras año. "La diferencia se marca en contrataciones coyunturales que han situando año tras año el número de efectivos aproximadamente en un 16% por encima del cuadro dotado presupuestariamente", resalta, para advertir a la Xunta de que "la recurrencia de estas contrataciones desvirtúa su carácter de coyuntural".

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