"Ya no quiero esconderme": Jakub Jankto, futbolista del Getafe, hace historia al revelar que es gay

El futbolista Jakub Jankto, en un partido entre el Getafe y el Levante.

"Soy homosexual y ya no quiero esconderme". Con esta frase, Jakub Jankto, jugador del Getafe actualmente cedido al Sparta de Praga, anunciaba en sus redes sociales que es gay, convirtiéndose así en el primer futbolista de un equipo de Primera División en España en salir del armario. Lo ha hecho a través de un vídeo en el que el centrocampista checo ha añadido que quiere "vivir" su vida "en libertad".

"Como todos los demás, tengo mis fortalezas, tengo mis debilidades, tengo una familia, tengo a mis amigos, tengo un trabajo que lo he estado haciendo lo mejor que puedo durante años, con seriedad, profesionalismo y pasión. Como todos los demás. Yo también quiero vivir mi vida en libertad. Sin miedos. Sin prejuicios. Sin violencia. Pero con amor", ha destacado en el vídeo, al que su actual equipo ha reaccionado casi inmediatamente.

"Jakub Jankto habló abiertamente sobre su orientación sexual con la directiva, el entrenador y los compañeros del club hace algún tiempo. Todo lo demás se refiere a su vida personal. No hay más comentarios. No mas preguntas. Tienes nuestro apoyo. Vive tu vida, Jacob. Nada más importa", ha publicado el club. El Getafe, por su parte, ha mostrado "máximo respeto y apoyo incondicional" al jugador.

Pocos precedentes: un tabú dentro del deporte de élite

El anuncio de Jankto no ha sido el único dentro del fútbol profesional ni dentro del deporte de élite. Sin embargo, el tabú que todavía pesa dentro de lo deportivo hace que cada vez que un jugador revela ser homosexual el discurso tenga un gran peso simbólico. Por eso y porque los precedentes tampoco son demasiados. En octubre de 2021, Joshua Cavallo, jugador del club australiano Adelaide United, se colocó también delante de una cámara para anunciarlo. "Estoy cansado de esta doble vida", dijo. "Soy futbolista y estoy orgulloso de ser gay", añadió.

El futbolista inglés Justin Fashanu lo hizo mucho antes, a principios de los noventa, y marcó un antes y un después: la fecha de su nacimiento es recordada cada año como Día Internacional contra la LGTBIfobia en el Deporte. Fashanu se quitó la vida a finales de la década en la que reveló su homosexualidad.

Cuando una figura como Jankto o Cavallo da un paso al frente, los apoyos llegan de manera casi instantánea. Al hacerlo el australiano, figuras tan destacas como Pau Gasol, Antoine Griezman o Gerard Piqué aplaudieron el gesto. "En 2021, esto no debería ser noticia. Gracias por este paso adelante para el deporte", clamó el retirado jugador de baloncesto. "El mundo del fútbol está muy atrasado. Tú nos haces avanzar", añadió el exdefensa del F. C. Barcelona.

Ahora, con la confesión del checo, han reaccionado equipos como el Milan o el Arsenal y hasta la UEFA. "Bien hecho, Jakub. Eres una verdadera inspiración y el fútbol europeo está contigo", ha destacado el organismo. "Estamos todos contigo, Jakub. El fútbol es para todos", ha reaccionado la FIFA.

Sin embargo, y a pesar de que a priori todos los clubes y futbolistas muestras su apoyo y respeto a la condición sexual de los jugadores, todavía sigue habiendo mucho terreno por abonar para eliminar por completo la LGTBIfobia del mundo deportivo. Según el último informe Homofobia de Estado, publicado en diciembre de 2020 por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), 69 países miembros de la ONU todavía criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. En 2021, la UEFA prohibió iluminar con los colores del arcoíris el estadio de Munich durante el partido entre Alemania y Hungría. Durante el último Mundial que tuvo lugar en Catar, la FIFA consiguió que los capitanes de ocho selecciones no lucieran el brazalete con la bandera arcoíris tras amenazar con "sanciones" si algún futbolista llevaba a término la protesta surgida contra la violación de los derechos humanos del país árabe.

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En nuestro país, el pasado mes de octubre, los más de nueve millones de seguidores con los que entonces contaba el exportero del Real Madrid Iker Casillas en Twitter vieron cómo el exfutbolista publicaba en su perfil el siguiente mensaje: "Espero que me respeten: soy gay". Unos segundos después, borró el comentario. Y media hora más tarde, se justificó: "Cuenta hackeada. Por suerte todo en orden. Disculpas a todos mis followers. Y por supuesto, más disculpas a la comunidad LGTB".

Su excompañero de Selección Carles Puyol le siguió el juego al primer tuit.  "Es el momento de contar lo nuestro, Iker", publicaba el catalán, junto a dos emoticonos de corazones. Puyol terminaría, poco después, por pedir perdón: "Me he equivocado. Perdón por una broma torpe sin ninguna mala intención y absolutamente fuera de lugar. Entiendo que puede haber herido sensibilidades. Todo mi respeto y apoyo a la comunidad LGTBIQA+".

Las disculpas de ambos exdeportistas llegaron después del revuelo que surgió en las redes sociales. "Bromear y burlarse de la salida del armario en el fútbol es decepcionante", escribió el propio Cavallo. La broma, entendieron las redes entonces, escondían la homofobia que todavía mantiene cerrados los armarios del fútbol. Un estudio de UGT determinó precisamente que el 68% de la discriminación al colectivo LGTBI en el entorno laboral se expresa a través de bromas

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