Entrevista al alcalde de Zaragoza

Pedro Santisteve: los barones del PSOE “forman parte de una clase de zombis políticos”

Pedro Santisteve: los barones del PSOE “forman parte de una clase de zombis políticos”

Pedro Santisteve (Zaragoza, 1958) es alcalde de Zaragoza desde junio de 2015, después de que la candidatura Zaragoza en Común (ZeC) quedase segunda en las elecciones de mayo superando al PSOE, que junto a Chunta Aragonesista le dio su apoyo para suceder en el puesto al socialista Juan Alberto Belloch. Abogado penalista de profesión, Santisteve presume de no haber realizado recortes y haber promovido políticas de transparencia durante el poco más de un año que lleva al frente del ayuntamiento. En ese período, no obstante, también se ha visto envuelto en algunas polémicas: la más conocida de ellas ha sido la provocada por haber cargado facturas por valor de en torno a 1.000 euros, entre la compra de un frasco de gomina y un viaje a A Coruña para participar en diversos actos con otros alcaldes de la órbita de Podemos.

Santisteve estuvo en Madrid el pasado martes junto a representantes de los consistorios de Madrid, Barcelona, A Coruña, Cádiz, Valencia, Pamplona y Vinaròs para presentar, junto al grupo parlamentario de Unidos Podemos, una proposición de ley para derogar la reforma local aprobada por el Gobierno en 2013. Un día después, el regidor atendió telefónicamente a infoLibre en una conversación en la que se refirió tanto la situación de la política estatal, marcada en los últimos días por la crisis del PSOE, como al presente y el futuro del ayuntamiento de Zaragoza, donde Santisteve mantiene una relación tirante con los socialistas.

PREGUNTA: Llevan ya más de un año en el Gobierno municipal. ¿Qué balance hacen de ese período?

RESPUESTA: La valoración que hacemos es positiva, hemos dedicado el año a estabilizar y sanear las cuentas. Nos hemos encontrado con varias sentencias que a las que hemos tenido que hacer frente, que en muchos casos tenían que ver con una deficiente gestión de gobiernos anteriores, como la infradotación de contratas o los contratos que estaban prolongándose sistemáticamente con precios de 2005, lo que suponía un agujero financiero para el ayuntamiento. Hemos amortizado 53 millones de deuda, que pronto van a ser 90 y tantos, después de una década vamos a salir de los números rojos y del plan de ajuste, y esto lo hemos hecho sin recortes. El trabajo ha servido para sentar las bases que nos permitirán avanzar este año en proyectos de creación de empleo, la rehabilitación del mercado central de Zaragoza, planes de inserción social, rehabilitación de viviendas y ahorro energético…

P: Pero Zaragoza es la segunda ciudad más endeudada de España en términos absolutos, y la primera por habitante, y la deuda sigue creciendo. ¿Cómo le van a poner solución a este problema?la segunda ciudad más endeudadala deuda sigue creciendo

R: En primer lugar, yo cuestiono esos datos. Nosotros solo tenemos un 3% de deuda en sociedades municipales, y otros muchos ayuntamientos encubren su deuda ahí. A nosotros nos han computado, porque la UE lo exigía así, 200 millones de un tranvía que estamos pagando año a año, y eso es un mero efecto contable. Nuestra idea es salir del plan de ajuste y cumplir con la regla de gasto este año, y eso quiere decir que nosotros estamos haciendo un esfuerzo por despejar todas esas incógnitas que a veces nos sitúan como una ciudad endeudada. Además, nosotros venimos de una Expo [la que se celebró en Zaragoza en 2008] que tuvo un gran coste para las arcas municipales.

P: Este martes presentaron, junto a otros ayuntamientos gobernados por las plataformas en las que participa Podemos, una proposición de ley para derogar la reforma local. ¿Qué buscan con ello?

R: Los ayuntamientos disponemos del 12,8% de los recursos, el resto es para las comunidades autónomas y el Estado central, y con ese porcentaje tenemos que atender a las necesidades básicas de la gente en materias que igual no son competencias nuestras, como educación, salud o prestaciones sociales, pero en las que los ayuntamientos siempre han estado en la primera línea de actuación. Necesitamos un nuevo modelo de financiación de los ayuntamientos, que igual nos dé un tanto por cien del impuesto sobre la renta de los ciudadanos o plantée otras fórmulas. Nos parece fundamental, porque además de toda la situación de asfixia económica en la que se encuentran los ayuntamientos, en el caso de las ciudades del cambio está siendo utilizada por [el ministro de Hacienda, Cristóbal] Montoro para coartar nuestra acción política. El problema, sin embargo, viene de la transición. La autonomía local ha tenido un desarrollo normativo que no se ha traducido en los impuestos, porque los que tenemos son limitados y además se nos impide aplicarlos con progresividad fiscal. Por eso queremos tener un margen de decisión propio, como corresponde a una institución que está siempre en primera línea.

P: Uno de los problemas que se achacan a las plataformas municipalistas es que, al estar participadas por varios partidos, son inestables. ¿Cómo gestiona usted tener concejales de IU, de Podemos o independientes en el mismo grupo?

R: Este es el gran reto que tienen las plataformas ciudadanas municipalistas, que agrupan a diferentes corrientes. Nosotros intentamos, con toda esa pluralidad de opiniones, generar una inteligencia colectiva que contribuya a definir las líneas de acción. Estamos contentos, aunque eso no quita que cada uno arrastra su experiencia, su mochila, sus inercias positivas o negativas… Pero nosotros siempre hemos planteado que estas confluencias ciudadanas eran un laboratorio de participación democrática, eso lo trasladamos a la acción de Gobierno y creo que tenemos un Gobierno municipal totalmente cohesionado.

P: Pero al final los partidos son maquinarias con sus propios intereses y sus propias dinámicas internas ¿Se ha sentido presionado alguna vez por ellos?

R: No he sufrido esas presiones. Otra cosa es que hayamos vivido unos tiempos muy convulsos, con tantos procesos electorales, y bueno, a mí me hubiera gustado que en el caso de Aragón la confluencia hubiera sido un marco donde hubieramos podido trabajar el resto de partidos y formaciones. Pero en unos procesos electorales, con unos tiempos tan medidos, a veces las cosas se organizan desde los centros de decisión de los partidos, y o lo tomas o lo dejas.

P: Supongo que se refiere a que la organización de las campañas se decidió desde Madrid

R: Claro, pero nosotros intentamos demostrar que estábamos ahí porque formamos parte también de ese movimiento de cambio, y nos ofrecimos a cerrar la candidatura para que se viera que no teníamos más pretensión que apoyar a esas candidaturas.

P: Volviendo a la gestión de los ayuntamientos que gobiernan: uno de sus grandes caballos de batalla son las remunicipalizaciones, una propuesta que llevaban en los programas electorales pero que en muchos casos no se está cumpliendo. ¿Ustedes están llevando a cabo municipalizaciones de servicios?no se está cumpliendo

R: En Zaragoza tenemos el problema añadido de que el PSOE se ha plantado en una política incomprensible de obstruir cualquier municipalización. Nosotros tenemos muy claros los criterios: siempre y cuando se ahorre dinero, mejore la calidad y la subrogación de los trabajadores no suponga enfrentarse a los criterios de mérito y capacidad de acceso a la administración de los funcionarios, hay que apostar por la municipalización. Hemos tenido hace poco un pleno muy desagradable en el que se planteó la remunicipalización de la depuradora de Zaragoza –estábamos hablando sólo de 24 trabajadores que llevaban en algunos casos 20 años trabajando para el ayuntamiento– y en el que nos hemos encontrado con que el PSOE ha votado junto al PP en contra de municipalizar el servicio, pese a que implicaba un ahorro de 500.000 euros para el ayuntamiento. Para nosotros es algo completamente incomprensible que ciudades como León, gobernadas por el PP, planteen municipalizaciones en servicios como la limpieza y aquí el PSOE esté bloqueándolas.

P: Pero usted es alcalde gracias a que el PSOE votó a su favor el año pasado. ¿Son malas las relaciones con ellos en el ayuntamiento?

R: El PSOE no ha asumido que son la tercera fuerza en este ayuntamiento, y tiene que aclararse con respecto a quién acompañan: si a las políticas obstruccionistas del PP o a los procesos de cambio que estamos intentando introducir nosotros. Por eso digo que el PSOE tiene que iniciar un proceso de reflexión que no ha iniciado después de más de un año, porque yo creo que las bases del socialismo están claramente de acuerdo en las políticas de cambio y también en no dejar que el señor Rajoy sea el que gobierne.

P:¿Qué es lo que no han podido sacar adelante por no entenderse con el PSOE?

R: Nada más comenzar la legislatura nos encontramos con que no aceptaron el cambio de protocolo en materia de laicidad, y en Huesca se produjo el mismo cambio ocho meses después, pero como aquí hay una actitud obstruccionista y allí no… Con las ordenanzas fiscales del año pasado ocurrió lo mismo, intentamos llegar a un acuerdo con el PSOE y al final hubo un acuerdo en materia de IBI entre el PP y el PSOE. Aquí intentas hablar y llevar las cosas a término y te encuentras con que, a la vuelta de la esquina, recibes una puñalada trapera.

P: ¿Les está afectando la falta de Gobierno a nivel estatal?

R: Claro, eso afecta a todo el mundo. En Zaragoza, además, el hecho de que el PSOE fuera la tercera fuerza y nosotros los desplazáramos del gobierno ha generado una situación en la que [el portavoz del PSOE municipal, Carlos] Pérez Anadón tiene que hacer un esfuerzo para superar la indefinición y las políticas de obstruccionismo, de desgastar al Gobierno y pactar con el PP.

P: Pero le preguntaba más en términos económicos ¿Cómo les afecta la falta de Gobierno a nivel estatal?

R: Nosotros nos hemos encontrado el problema de que Lambán adeuda al ayuntamiento de Zaragoza cerca de 50 millones de euros, que si se nos hubieran abonado nos hubieran permitido no ir a un plan económico y financiero. Nosotros cumplimos con el Gobierno de Aragón en materia de impuestos y pagos, pero [el presidente del Gobierno de Aragón, el socialista Javier] Lambán no está cumpliendo con la palabra dada. Ellos podrán estar condicionados y en una situación económica complicada por culpa del Gobierno de la nación, pero nosotros estamos también en una situación complicada porque la ley de racionalización nos marca una serie de criterios a veces imposibles de cumplir, y estando en el mismo barco, no entendemos que no haya una lealtad institucional y un trabajo común para superar esos graves déficits económicos que nos impone el Gobierno central.

P: ¿Se refiere a que la falta de Gobierno estatal perjudica a las comunidades y esto, a su vez, repercute en los ayuntamientos?

R: O a que conscientemente el Gobierno de Aragón se niega a abonar el dinero que le debe al ayuntamiento de Zaragoza por esa política obstruccionista que yo le atribuyo al señor Pérez Anadón pero a la que juega también el señor Lambán.

P: ¿Creen que les afectará la falta de entendimiento a nivel nacional entre el PSOE y Podemos en la gestión municipal?

R: La situación política que se vive a nivel estatal, obviamente, ya nos está afectando. Y la relación entre el PSOE y Podemos a nivel estatal tiene que ver con que el régimen del bipartidismo que proviene de la transición ha sido puesto en cuestión desde el 15-M, y también por ciertos ayuntamientos del cambio en los que algunas plataformas ciudadanas estamos demostrando una mejor capacidad de gestión que una clase política profesionalizada, muy poco defensora de lo público pero muy defensora de sus sillones y sus puestos. Yo no quiero intervenir en el debate que ahora tiene que afrontar el PSOE, pero va en esa línea, en la que todo lo que intente superar el bipartidismo va a generar resistencias. Esa es la encrucijada en la que se encuentra el PSOE: sus militantes lo tienen más que claro, la encrucijada la tienen sus barones, que no quieren darse cuenta de lo que ha cambiado, de que muchos de ellos llevan 30 años en política y forman parte de una clase política de zombis políticos.

P: Pero el secretario general de Podemos Aragón, Pablo Echenique, dijo hace unos días que si Lambán apoyaba la abstención al PP habría “consecuencias” para su Gobierno en Aragón. ¿Peligra también la estabilidad en el ayuntamiento de Zaragoza?

R: Si Pablo Echenique le dice eso al señor Lambán es porque tiene sobradas pruebas de que no cumple con su palabra, y nosotros también tenemos sobradas pruebas de que el señor Lambán no es de fiar, por su impago de la deuda o porque no quiere reunirse conmigo para hablar de los grandes temas que afectan a la ciudad y a la región, pese a que Zaragoza está peleando por la apertura de comunicaciones o la exportación de sus industrias. Lambán se tendrá que aclarar y decidir si está más preocupado por su partido y por su sillón como secretario general o si es una persona que quiere aspirar a ser un estadista y comportarse como un presidente de Gobierno regional.

P: Vista la situación actual, en la que Mariano Rajoy tiene muchas opciones de convertirse en presidente del Gobierno, ¿cree que fue un error que Podemos no apoyase la investidura de Sánchez con su acuerdo con Ciudadanos la pasada legislatura?

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R: Ahí cada uno tendrá que hacer sus autocríticas. Si Pedro Sánchez se echó en las manos de Ciudadanos fue para no afrontar el reto de pujar por un Gobierno de izquierdas, porque si su voluntad hubiera sido esa no hubiera encontrado ninguna oposición por parte de Podemos. Pero si te juntas con una fuerza de derechas, pactas un programa y se lo intentas imponer a un tercero sin mantener criterios de igualdad en ese diálogo, es una forma de excluirlo a priori. Probablemente todos tengan parte de culpa en que eso no cuajara, pero a Pedro Sánchez le venció su indefinición a favor de un Gobierno de izquierdas, probablemente por los impedimentos de sus propios barones.

P: Pero incluso en esas circunstancias, ¿no hubiera sido mejor eso que un Gobierno de Rajoy?

R: Es que ahora estamos hablando a tiro pasado. ¿Y si Rajoy hubiera dimitido después de diciembre, que es lo que debería haber hecho, qué habría sucedido con el PP, se habría partido? ¿Y si Pedro Sánchez, nada más ser elegido secretario general, hubiera iniciado un debate sobre los cambios que necesita el PSOE, estaríamos en esta situación? A tiro pasado todos podemos hacer valoraciones. El PSOE tiene que darse cuenta de que hubo un 15-M en este país, de que en unas elecciones en los ayuntamientos los ciudadanos que componen un 15 o 20% de la población de todo el país están exigiendo una profundización en la democracia, una abolición de las leyes del PP en materia de educación, de ley mordaza, de reformas laborales… Y eso es lo que habría que afrontar, pero nos hemos metido en un ciclo electoral en el que hemos hablado de todo menos de cómo profundizar en esas políticas de cambio. El certificado de defunción del régimen de la transición y el bipartidismo lo dieron los ayuntamientos del cambio.

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