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Radiografía del ‘método MÁR’ para que Ayuso siempre salga airosa

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, participa en un encuentro con empresarios e inversores chilenos este sábado.

En plena guerra entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado por la crítica al cobro de comisiones de su hermano en la compra de mascarillas, la presidenta de Madrid fue a degüello contra el líder de su partido. Le acusó de querer “destruirla” y actuar de forma “cruel” contra ella. El enfrentamiento mediático llegó a tal punto de no retorno que acabó con la carrera política de Casado, hace dos años. 

Antes, en mayo de 2020, el escándalo por el apartamento de lujo en el que se alojaba durante la pandemia adquirió gran dimensión mediática. Una de las primeras reacciones de Ayuso ante el revuelo generado fue arremeter contra el Gobierno de Pedro Sánchez: "Esperen a que la gente salga a la calle porque lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma", sentenció en la Asamblea de Madrid.

La imputación por dos presuntos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad documental de su pareja, Alberto González Amador, ha generado un tsunami de informaciones periodísticas que han hecho temblar los cimientos de la sede de la Comunidad, en la Puerta del Sol. Sin embargo, la forma en la que han enfrentado este escándalo ha vuelto a ser la misma que otras veces: buscar la confrontación para desviar la atención hacia otro tema que genere una polémica mayor.

Este método que aplica MÁR , como se conoce a Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de gabinete. Lo desempolva siempre que peligra el liderazgo de su jefa y está basado en el libro de estilo del aznarismo. Un manual que “diseñó” cuando era director de comunicación del PP y secretario de Estado de Comunicación con José María Aznar. Aunque es complicado adivinar hasta qué punto va a funcionar esta vez, Rodríguez sofistica esta forma de entender la comunicación política que tiene algunas luces y muchas sombras. 

1/ Desviar el foco: la culpa es de los medios y de los periodistas

En los primeros días, cuando saltó el escándalo, la estrategia del PP de Madrid fue errática. Sin duda, se palpaba el nerviosismo. Ayuso salió a desmentir muy pronto las informaciones afirmando que su novio sufría “una inspección salvaje y sacada de quicio”. Además, negó los delitos, aunque más tarde, trascendiese que la propia defensa de Alberto González los había admitido ante la Fiscalía. 

En gestión de crisis, lo primero que hay que hacer cuando la imagen y a la credibilidad de un político se ve afectada es conocer el alcance y la gravedad los hechos y llevar a cabo una respuesta coherente y unitaria. Sin embargo, la estrategia de MÁR ha vuelto a tomar otro camino más efectista. En la última semana, hemos pasado de ver cómo Ayuso defendía la honorabilidad de su pareja a referirse a él como un “particular” y cómo jugaban de nuevo a la confrontación total.

Rodríguez recuperaba el control convirtiéndose él en el protagonista y poniéndose a sí mismo en el foco. Lo hacía sacando a pasear una estrategia de bulos y beligerancia contra los medios. La coacción, el exabrupto, la amenaza de cerrar , la filtración de los nombres y las fotografías de periodistas de y la acusación falsa de que iban encapuchados se convertía en el tema de la semana y desviaba la atención de los negocios de Alberto González Amador y de su relación con su jefa.  

2/ Una comunicación trumpista: victimismo, bulos y declaraciones explosivas

El señalamiento a periodistas y el victimismo está también en el ADN del trumpismo. Una forma de concebir la política que ha vuelto a convertir a Donald Trump en candidato, a pesar de las causas judiciales que tiene abiertas. Suele decir que, aunque disparase a gente en la Quinta Avenida, no perdería votos. Una percepción de impunidad que, salvando las distancias, también experimenta Ayuso. La presidenta de Madrid ha sobrevivido a crisis tan delicadas como ‘el protocolo de la vergüenza’ que, según un informe reciente, podría haberse cobrado la muerte de 4.000 personas en las residencias de mayores.

El estilo de Ayuso desde que llegó al poder en 2019 ha sido atrevido y muy combativo. Suele protagonizar declaraciones explosivas y desde su equipo se ha fomentado su sobreexposición mediática, es decir, buscar la notoriedad sin importarle el riesgo de desgaste. Todo en su carrera ha sido una huida hacia adelante, aunque para ello tenga que respaldar bulos como el que reconoció MÁR sobre los periodistas de y . El jueves en la Asamblea de Madrid apoyó su actuación diciendo que son los partidos de izquierdas los que más presionan a los medios. 

3/ La cara visible de la oposición a Sánchez

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Con tres elecciones consecutivas a las puertas, y la corrupción del ‘caso Koldo’ como telón de fondo, puede que nos encontremos ante un punto de inflexión en los niveles de crispación en España. Ante esta estrategia llevada a cabo por la oposición, el PSOE ha decidido entrar en el cuerpo a cuerpo. El propio Pedro Sánchez no deja de pedir la dimisión de Ayuso a Alberto Núñez Feijóo. 

Una petición que también da alas a una de las estrategias que más rédito le ha proporcionado a la presidenta madrileña: ser la cara visible de la oposición a Sánchez y estar en contra, desde Madrid, de todas sus decisiones. “Le preocupa dónde duermo porque le quito el sueño, es una obsesión que tiene conmigo”, decía esta semana en la Asamblea. “Pablo Escobar, a su lado, es un principiante”, añadía.

Los estudios dicen que este tipo de estrategia de confrontación potencia el apoyo de los seguidores más fieles, pero que desgasta a los más moderados. La influencia del aznarismo en la comunicación de Isabel Díaz Ayuso seguirá siendo una constante mientras MÁR siga al frente de su gabinete. Ahora solo queda esperar si sigue funcionando o si, por el contrario, pierde eficacia y acaba pasándole factura.

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