¡La banca siempre gana! Helena Resano
En mi mesilla de noche hay siempre un libro. En los últimos meses, lo he cambiado por una Kindle, me ayuda con el tamaño de la letra, ya saben. No puedo irme a dormir sin leer un ratito sola, en el silencio de mi cuarto, mientras los demás todavía trajinan por la casa. Es mi rato de paz, mi rato para evadirme, para ayudar a la mente a irse a otros lugares, a encontrarse con otras historias, a conocer nuevos mundos y formas de pensar…
En el colegio, siendo muy pequeña, se me quedó grabado el comentario de una compañera de clase. Estaba enfadada porque su madre no la dejaba leer, le recriminaba cada vez que la veía en el sofá con un libro, le decía que “no perdiera el tiempo con libros”. En su casa, efectivamente, en las estanterías había esculturas de Lladró y poco más. Y sus padres, que no habían podido ir al colegio, estaban obsesionados con que estudiara y lograra ser alguien. Todo lo que no fuera leer, mirar y sobre todo estudiar libros académicos, para ellos era una pérdida de tiempo.
Toda la polémica que se ha generado en torno al comentario de María Pombo me ha hecho recordar aquella anécdota. Es como retroceder, no sé, ¿40 años? Entiendo que haya gente que, durante una etapa de su vida, apenas encuentre tiempo para leer. Entiendo que, muchos, dejan los libros para el verano. Es su momento de relax, de pausa. Entiendo que leer todos los días es un privilegio para muchos, con horarios de trabajo interminables. Entiendo que las pantallas nos han robado muchos minutos de lectura, lo entiendo. Lo que no entiendo es que hagas bandera de no leer.
Leer te abre la mente y te alimenta el alma. Leer te quita nubarrones de la cabeza, especialmente los que se enganchan y no quieren soltarte y te ahogan cada día
No voy a entrar a debatir si se enseña bien o mal en los colegios el hábito de lectura. No creo que el problema esté ahí, ni mucho menos. El problema está en casa. Los niños hacen lo que ven, especialmente cuando son pequeños. Son personas que repiten hábitos, imitan a los que admiran, a sus referentes, a sus padres. Y luego, cuando crecen y acceden a las pantallas, desgraciadamente imitan y copian a sus ídolos, a los que ven en redes.
Ser referente de algo tiene sus penitencias. Y me atrevería a decir que también tiene una exigencia extra en lo que se dice, ser responsable con lo que “aconsejas” o compartes con ese público.
Leer, querido lector, te hace libre. Te asoma a formas de pensar diferentes a la tuya, a vivencias nunca imaginadas, a tiempos que no vivimos, te acerca a la historia no contada, aquella que se quedó escondida o tapada por los vencedores. Leer te abre la mente y te alimenta el alma. Leer te quita nubarrones de la cabeza, especialmente los que se enganchan y no quieren soltarte y te ahogan cada día.
Leer es barato. Es accesible. Leer es de guapos.
Que no les engañen.
Tu cita diaria con el periodismo que importa. Un avance exclusivo de las informaciones y opiniones que marcarán la agenda del día, seleccionado por la dirección de infoLibre.
Quiero recibirlaAna María Shua y su 'Cuerpo roto'
Doña María Moliner: 'Hasta que empieza a brillar'
Cartas de Maruja Mallo
¡Hola, !
Gracias por sumarte. Ahora formas parte de la comunidad de infoLibre que hace posible un periodismo de investigación riguroso y honesto.
En tu perfil puedes elegir qué boletines recibir, modificar tus datos personales y tu cuota.