Religión
El PP evita abrir un frente con Abascal tras sus ataques contra la Conferencia Episcopal
Santiago Abascal se reconoce "perplejo" y "entristecido". El líder de Vox no entiende que la Conferencia Episcopal Española pidiera respetar el derecho a la libertad religiosa y apoyara a la comunidad musulmana de Jumilla después de la moción promovida por su formación y enmendada posteriormente por el Partido Popular para impedir que celebraran las festividades religiosas en el polideportivo municipal. "No es solo su posición en materia de inmigración o frente al islamismo extremista que avanza, sino su silencio ante muchas políticas de este Gobierno", dijo ante los micrófonos de Bipartidismo Stream, un canal de Youtube creado por Vox, al que Abascal ha concedido múltiples entrevistas en los últimos meses huyendo de la prensa tradicional.
El presidente de Vox pasó después a conjeturar sobre los motivos detrás de esa crítica de los obispos españoles. "No sé si se debe a los ingresos públicos que obtiene la Iglesia y que le dificultan combatir determinadas políticas de los gobiernos (...) a los casos de pederastia dentro de la Iglesia que la tienen absolutamente amordazada ante las acciones de determinados gobiernos liberticidas y que van contra nuestra identidad, incluso contra la libertad religiosa y contra la fe en muchos casos", dijo. Y añadió: "Probablemente no todo el dinero va a esas personas supuestamente necesitadas, sino también al sostenimiento de estructuras".
Unos ataques contra la Iglesia católica que el ultraderechista nunca había verbalizado de ese modo pero que no le han comportado un reproche por parte del PP, su aliado en cientos de ayuntamientos. "Creo que queda poco que aportar. Evidentemente, no merece más análisis", fue la lacónica respuesta del vicesecretario de Hacienda, Juan Bravo, en rueda de prensa desde Génova, desde donde dijo que "respeta" a "todo el que manifiesta sus opiniones". "Los que estamos intentando buscar siempre una convivencia somos el PP”, añadió, en referencia a Jumilla. "Hay partidos que buscan la confrontación continua, un titular, un espacio que no tienen".
En el citado podcast, Abascal afirmó que "una parte" de la Iglesia española "habla poquito" de "las políticas de género, del derecho a la vida de los no nacidos y de los ancianos al final de su vida", dijo, en alusión al derecho al aborto o la eutanasia, un listado en el que también enumeró "su posición ante el Valle de los Caídos" y el "reproche" del secretario general de la Conferencia Episcopal cuando Vox "propuso que se escuchara el latido fetal", en alusión a la propuesta del exvicepresidente castellano-leonés, Juan García Gallardo, como medida de disuasión hacia las mujeres que quisieran abortar.
Por su parte, Bravo defendió la decisión del PP en Jumilla y dio por buenas las explicaciones de su alcaldesa, Severa González, alegando que la enmienda aprobada hace dos semanas no señala expresamente a ninguna confesión. "Lo que se aprobó definitivamente no habla de confesiones", señaló el dirigente de la formación de Alberto Núñez Feijóo, que insistió en que su partido defiende "la libertad de culto" pese a que la decisión de la localidad murciana fue mantener la enmienda con rectificaciones.
Vox y el lobby ultracatólico: el caso de Lourdes Méndez Monasterio
Abascal ha elevado el tono contra los obispos españoles por primera vez, pero hace años que critica el "catolicismo social" pese a que él mismo se identifica con esa religión como señaló en Bipartidismo Stream. En el pasado cargó abiertamente al papa Francisco, al que se refería como el "ciudadano Bergoglio" para dar a entender que no lo reconocía como sumo pontífice. Vox lo deseñó por apoyar una renta mínima y por mostrarse contra las políticas migratorias duras. “Que el papa acoja en el Vaticano a cuantos inmigrantes ilegales quiera”, llegó a decir el exportavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. El partido está alineado con el ala más dogmática del conservadurismo moral católico.
La formación ultraderecha, con el líder de Vox a la cabeza, practica un discurso de cariz integrista y nacionalcatólico, que vincula el ser español con la fe de Cristo. El partido reivindica abiertamente discriminar a los inmigrantes según su adhesión a "nuestra cultura", unos valores a los que cree que se tienen que ceñir todos los migrantes para demostrar que quieren "integrarse" en nuestro país. Los ultraderechistas son especialmente beligerantes con los procedentes de Marruecos y África subsahariana, a los que vinculan con delincuencia e inseguridad, pero son más generosos con los procedentes de países latinoamericanos.
Hay destacados dirigentes de Vox que participan en el lobby ultracatólico. Una de ellas es Lourdes Méndez Monasterio, diputada y hermana del asesor de cabecera de Abascal, Kiko Méndez Monasterio. Fue diputada del PP entre 2004 y 2016. En 2015 rompió la disciplina del PP en el Congreso, disconforme con la reforma del aborto que impulsaba su propio partido, no lo suficientemente restrictiva, a su juicio. Vox le acabó ofreciendo una plataforma mejor que el PP para expresarse. Hay otros exmiembros del PP como Jaime Mayor Oreja, exministro del lnterior con José María Aznar entre 1996 y 2001, que fue eurodiputado y vicepresidente del Partido Popular Europeo entre 2009 y 2014, que también forman parte del mismo movimiento integrista.
Según su ficha del Congreso, Méndez Monasterio pertenece al grupo de expertos de One of Us, un lobby y think tank de ámbito europeo, dedicado a promover políticas que defiendan la vida "desde su concepción". En 2013 el grupo recogió casi dos millones de firmas para exigir a la UE que terminase con las actividades que implican la destrucción de embriones humanos, incluso con fines científicos. One of Us, con presencia en 19 países, tiene sede en Bélgica, porque pone especial énfasis en el lobby ante las instituciones comunitarias. Méndez tiene, además, una relación estrecha con Hazte Oír, miembro destacado del citado lobby, que en 2016 la premió por su "defensa del derecho a la vida".