Librepensadores

Couso

Antonio García Gómez

Un españolito con el corazón helado.

Se cumplieron 14 años, el pasado 8 de abril, de su muerte violenta. Mientras trabajaba como reportero español de Telecinco, como camarógrafo para que nosotros pudiéramos contemplar, tranquilos en nuestros hogares, la guerra de agresión en directo, un disparo certero, un proyectil de 120 milímetros lanzado desde un tanque norteamericano acabó con su vida.

José Couso, asomado a un balcón del hotel Palestina exclusivo para periodistas extranjeros, cometió el error de enfocar con unos prismáticos. Unos prismáticos que, según la versión estadounidense, confundió al mando que ordenó disparar hacia donde sabía que no debía.

Catorce años después la familia de Couso sigue reclamando "justicia" en un país en el que la justicia, o mejor dicho la injusticia, se enfanga en charcas de ranas y de impunidad. Como aquella que dictó y sentenció un gobierno del PP para negar e inutilizar "la justicia universal", porque (¿)"no era eficaz"(?)

Para así olvidarse a la carrera de casos incómodos, como el de Couso, Guantánamo, Ruanda, Tíbet... Porque el delito de Couso tal vez fue dejarse matar, por haberse asomado. Aunque hasta entonces nos hubiera retratado el horror del infierno en directo.

Y así se va consintiendo la arbitrariedad y consolidando el olvido. El sobreseimiento por pereza inmoral, sin sentido patriótico alguno. Por tantos compatriotas caídos. Por tantos seres humanos maltratados por la injusticia "universal"... Aceptando que pueden perder la vida mientras trabajan, informan bajo un ejercicio de impunidad flagrante.

Y así se obvian los aniversarios prescritos y se pasa de cualquier atisbo de responsabilidad política, personal.

Mientras se desvanece hasta el concepto perdido y negado de "justicia universal" y sólo se abona el miedo y el odio.

Concluye la familia de José Couso que "cualquier avance sobre el asesinato del reportero pasa por la derogación de la reforma de justicia universal, algo que está exclusivamente en manos del Congreso de los Diputados".

Pero de verdad, ¿no se ha convertido ya en una anécdota inerme y fatigosa aquella muerte tan lejana y ajena de un compatriota español?

Mientras, un supuesto gran estadista español aún presume de foto, palmeado por otro supuesto gran estadista metido a pintor granjero, flanqueados por otros dos supuestos que también supieron sacar rédito a la foto.

Y José Couso aguarda el respeto y reconocimiento de sus compatriotas. _______________

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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