De Moreno Bonilla a Mazón, pasando por Feijóo

Carlos Salguero Gilabert

El PP pasa por uno de esos momentos en los que todo parece normal... excepto el Partido Popular. En apariencia, gobierna con tranquilidad en varias comunidades autónomas y mantiene la tensión con el Gobierno central. Pero bajo esa fachada, la realidad es otra: los errores de gestión, las tensiones internas por la falta de liderazgo nacional amenazan con grandes problemas que Feijóo no sabe cerrar.

En Andalucía, el escándalo por el fallo en el programa de cribado de cáncer ha dejado al descubierto no solo un problema de salud, sino también político. Miles de andaluzas han visto comprometido un derecho básico: la prevención. Y mientras el gobierno autonómico intenta maquillar los datos y minimizar el daño, Moreno Bonilla ha optado por refugiarse en su imagen de “suavón”, esquivando las responsabilidades con una huida que suena a miedo electoral. La marca del PP andaluz, que presumía de eficacia, ha quedado tocada y ¿hundida?

A más de quinientos kilómetros, en la Comunitat Valenciana, el president Carlos Mazón ha demostrado que la improvisación puede ser tan destructiva como la propia tormenta. La dana de octubre de 2024 puso a prueba a su gobierno y suspendió estrepitosamente. Tarde en la reacción, descoordinación institucional, mentiras y ausencia de empatía con los municipios afectados: la gestión fue un caos. Y, lo peor, Mazón intentó culpar a todos antes de asumir su propio fracaso.

Ni Moreno Bonilla ni Mazón han sabido estar a la altura de la confianza que se les otorgó. Pero el problema de fondo es que Alberto Núñez Feijóo no ha sabido marcar un rumbo

Ambos episodios son síntomas de un mismo mal: un PP que no sabe gestionar. Ni Moreno Bonilla ni Mazón han sabido estar a la altura de la confianza que se les otorgó. Pero el problema de fondo es que Alberto Núñez Feijóo no ha sabido marcar un rumbo. Su papel como líder nacional se diluye entre líderes autonómicos que van por libre, disputas territoriales soterradas y una oposición al Gobierno que cada vez suena más hueca.

Feijóo prometió sensatez, moderación y alternativa. Hoy ofrece confusión, silencios y dependencia de Vox.

De Mazón a Moreno Bonilla, pasando por el propio Feijóo, el PP parece atrapado en su propio relato: el de un partido que habla de gestión, pero que tropieza una y otra vez con su incapacidad. Y mientras tanto, la ciudadanía toma nota.

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Carlos Salguero Gilabert es socio de infoLibre.

Carlos Salguero Gilabert

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