Un año de la dana

La pérdida de apoyo de Génova y la declaración de Vilaplana ponen a Mazón contra las cuerdas

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (i) y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

La imagen del presidente valenciano, Carlos Mazón, increpado por familiares de víctimas en el funeral de Estado que se celebró el miércoles pasado en València ha supuesto un antes y un después para la dirección del Partido Popular encabezada por Alberto Núñez Feijóo. En Génova eran conscientes de que no sería una jornada fácil —y por ese motivo convocaron al día siguiente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la comisión del Senado—, ya que los propios familiares habían pedido a Mazón que no acudiera, como máximo responsable de la Generalitat el día que fallecieron 229 personas en la región a causa de la dana.

Sin embargo, fuentes del PP reconocen ahora que no calibraron bien el enfado de las víctimas —que creyeron harían extensible también al propio Sánchez— y que recibió en solitario Carlos Mazón. "¡Asesino!, "¡Rata cobarde!", "¡Vete a la jueza, cabrón!", "¡Comiendo con la periodista, qué vergüenza, cuando estaba la gente ahogándose!", fueron solo algunos de los gritos que lanzaron en la Ciutat de les Arts i les Ciències. Feijóo, ubicado unas filas más atrás que Mazón, fue testigo de ello.

No lo captaron las cámaras, pero el líder del PP saludó de manera breve a su barón autonómico, aunque no se prodigó en afectos como sí ha hecho en otras ocasiones. Durante este último año, Feijóo ha ignorado las multitudinarias manifestaciones que se han celebrado para reclamar la dimisión de Mazón pero no ha podido evitar ver en directo la desesperación de los familiares de las víctimas, a las que la Generalitat ha ninguneado. Las asociaciones no solo han reclamado la dimisión del presidente valenciano, sino que han solicitado su imputación en la causa que instruye la jueza Nuria Ruiz Tobarra.

Un Carlos Mazón más cuestionado que nunca

Las fuentes consultadas por infoLibre tanto en la dirección nacional como en el PP valenciano coinciden en que Mazón está ahora más débil y cuestionado que nunca, un año después. A la presión de las víctimas y las calles se le ha sumado la de la derecha mediática, con duros editoriales por parte de medios como el ABC, El Mundo o Esradio, que reclaman directamente a Feijóo que deje caer al valenciano. A eso se le unen las últimas encuestas, que reflejan el desgaste del presidente valenciano entre sus propios votantes frente a la intención de Mazón de resistir e incluso de repetir en el cargo.

Algo que ahora mismo no parece viable. Este viernes se reunieron en Alicante el secretario general del PPCV, Juanfran Pérez Llorca, síndic del partido en Les Corts Valencianes, y los tres presidentes provinciales del partido, a su vez presidentes de las diputaciones provinciales, Vicent Mompó (Valencia), Marta Barrachina (Castellón) y Toni Pérez (Alicante) para abordar la situación. Y de esa reunión salió un nombre de consenso, Vicent Mompó, con el respaldo de las tres provincias, para sustituir a Mazón en caso de que se produjese algún cambio respecto a la situación del actual jefe del Consell. 

Horas antes, la portavoz parlamentaria del PP, Ester Muñoz, dejaba el viernes en manos de Mazón la decisión de si debe dimitir de su cargo, lo que supone un cambio respecto a la estrategia de la dirección nacional, que siempre ha defendido su continuidad hasta finalizar con los trabajos de "reconstrucción". Muñoz señaló en una entrevista en La Sexta que "es al señor Mazón al que le corresponde tomar una decisión" sobre si debe dimitir. La portavoz contestó que "no sabía" si debía hacerlo, pero que esto únicamente "le competía" a él. "Sí puedo decir que las víctimas tienen derecho a expresar su frustración", dijo, en contraste con la "politización" denunciada por el valenciano Vicent Mompó.

Las excusas de Génova

La dirección nacional evita, así, dar por sentada la continuidad de Mazón al frente de la Generalitat. Tras la catástrofe, Feijóo decidió mantenerlo en el cargo pese a sus recelos iniciales. Del jefe del Consell llegó a decir que estuvo "noqueado" los primeros días, que no "estuvo a la altura", equiparando su responsabilidad con la del Gobierno central. Mazón siempre ha defendido su continuidad y, aunque tras el funeral aseguró que se "hacía cargo" de lo ocurrido, desde su entorno recalcaron que no está en sus planes dimitir.

Hasta la fecha en Génova se han escudado en que un presidente nacional no puede forzar la dimisión de uno autonómico —aunque es, precisamente, lo que hizo el entonces líder del PP, Mariano Rajoy, con el presidente valenciano Francisco Camps en 2011—, pero en estos meses Feijóo ha evitado aumentar la presión sobre él apartándolo de la presidencia del PP valenciano para impulsar, en su lugar, una gestora para aupar a su sucesor.

Para forzar su marcha, Feijóo debería pactar un candidato alternativo con Vox, ya que Mazón gobierna en minoría parlamentaria. Eso implica que la extrema derecha ha de dar su visto bueno a investir a un nuevo candidato del PP que ya cuente con un asiento en Les Corts si Génova no quiere un adelanto electoral. La favorita de Feijóo siempre ha sido la alcaldesa de València, María José Catalá, aunque es una operación que cuenta con riesgos y que no estaría avalada por Vox. Es más, el propio Santiago Abascal ha defendido con mayor vehemencia a Mazón que sus propios compañeros de partido. "Es repugnante contemplar la mascarada que organizó ayer Moncloa para conseguir el linchamiento de Carlos Mazón y, ¡a la vez! el indulto de Pedro Sánchez", dijo el pasado jueves.

Tensión ante la declaración de Vilaplana

El PP de momento, aguarda a la espera de nuevos acontecimientos como el que se producirá este lunes, 3 de noviembre, con la declaración de la periodista Maribel Vilaplana ante la jueza de Catarroja. Las revelaciones de Vilaplana sobre las horas que compartió con Mazón el día de la tragedia preocupan a la dirección nacional, que este mismo lunes celebra Comité Ejecutivo Nacional, en el que va a reunir a todos los presidentes autonómicos del PP, incluido Mazón. Aunque algunos medios apuntaban a que el valenciano estaría fuera en un viaje a EEUU, fuentes del PP lo desmienten, pero sí señalan que está previsto que Mazón se vaya a Londres a una feria de turismo en algún momento de la semana.

La jueza de Catarroja reclamó en un auto el viernes que Vilaplana debe aportar en su declaración el tique del aparcamiento y "cualquier otro elemento" que acredite el periodo que estuvo con Mazón el día de la catástrofe, una información —la del parking— que no se conocía hasta la pasada semana. Justifica que esta prueba resulta "útil" para conocer hasta qué momento Vilaplana pudo seguir las llamadas que Mazón mantuvo con la principal investigada en la causa, la exconsellera de Emergencias, Salomé Pradas.

En caso de haber perdido el tique, cabe la posibilidad de solicitar el número de la matrícula de su coche para instar a la empresa Interparking Hispania, que gestiona el aparcamiento cercano a El Ventorro, a entregar este documento e incorporarlo a la investigación. La jueza se reserva esta posibilidad si Vilaplana no lo lleva al juzgado.

En ese mismo auto, la jueza rechaza volver a convocar a Pradas, que ya declaró ante ella en abril. Entonces defendió ante Ruiz Tobarra que no estaba al mando de nada, descargó su responsabilidad en los técnicos y exculpó a Mazón. "No procede en el presente momento", explica la jueza, aunque sí pone de manifiesto que sus "contradicciones" no constituyen "un elemento suficiente para reiterar su declaración". Con todo, no descarta volver a citar a la exconsellera tras escuchar a todos los perjudicados.

Cambio en la estrategia de Pradas

Pradas, imputada en la causa, ha cambiado precisamente de estrategia esta última semana, lo que ha aumentado el nerviosismo en la Generalitat. Desde su entorno aseguran ahora que informó a Carlos Mazón, mientras este se encontraba comiendo con Vilaplana en El Ventorro, del debate que se estaba produciendo en el Cecopi sobre el lanzamiento de el SMS ES-Alert para avisar a la población del peligro por los estragos de la dana. Un mensaje "erróneo y tardío", según la jueza. Pradas asegura ahora que el jefe del Consell estuvo "informado en todo momento" de lo que estaba sucediendo en el Cecopi.

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Un extremo que desmintió Mazón en una reciente entrevista en El Español. A la pregunta de si supo en algún momento durante esa tarde "que se iba a enviar la alerta a la población", contestó que "no" de manera tajante. "No se me informa ni soy un trámite a pasar, parecería una obstrucción técnica en el proceso que el presidente de la Generalitat sea quien tenga que enviar alertas. ¿Por qué se me iba a consultar si no viene ni en el protocolo, ni estoy en el plan de inundaciones? Es absurdo. La jerarquía, desde luego, está clara. Yo no formo parte del Cecopi", contestó. Aunque no la nombró, fue una forma de situar la responsabilidad en Pradas, a la que cesó unas semanas después del 29-O.

Pradas remitió hace ya unos meses un acta notarial al juzgado con las llamadas que realizó durante toda la jornada. De ese documento se desprende que la entonces consellera llamó desde el Cecopi a Mazón mientras este comía en El Ventorro hasta en cuatro ocasiones —a las 17:37, 18:16, 18:25 y 18:30—. Según esa documentación se produjo una llamada a las 19:10 que aparece como cancelada.

La exconsellera no logró hablar con Mazón hasta las 19:43 horas, en una conversación que no duró ni un minuto. Su última llamada es a las 20:10, un minuto antes de que sonara la alarma, conexión telefónica que el president de la Generalitat ocultó cuando dio a conocer su registro de llamadas en un desayuno informativo en Madrid.

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