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Crisis del coronavirus

Alegría en las salas de cine, teatros y actores por las ayudas del Gobierno: críticas de productores y música en directo

Una librería sevillana, durante el primer día de apertura desde que se decretó el estado de alarma por la crisis del coronavirus.

El sector llevaba semanas esperando que el Gobierno anunciara medidas específicas para la Cultura. La primera rueda de prensa del ministro José Manuel Rodríguez Uribes durante el estado de alarma, en abril, donde el Ejecutivo debía explicar el porqué de la falta de ayudas concretas para el sector, lo soliviantó en lugar de apaciguarlo. Hasta el punto de que se convocó una inusual huelga, el "#ApagónCultural". Tal fue la reacción, que el Ministerio volvió sobre sus pasos y se puso a trabajar en un paquete de medidas pensadas para la industria, una de las más tocadas por el coronavirus, ya que para muchas de sus actividades se exige la presencia de público, y en ocasiones de un público masivo. Con el Real Decreto aprobado este martes en Consejo de Ministros, el Gobierno aspiraba a enterrar el hacha de guerra con el sector. En gran medida, ha funcionado. Pero no para todos. Así se han tomado el anuncio las distintas ramas de la industria cultural. 

El cine: entre la alegría de las salas y el desconcierto de los productores

"Estamos muy contentos", die Borja de Benito, director de comunicación y portavoz de Federación de Entidades de Empresarios de Cine de España. El Real Decreto prevé 13,25 millones en ayudas directas para ellas, destinadas a cubrir, por ejemplo, los gastos en medidas sanitarias y en desarrollar campañas para llevar al espectador de nuevo a su butaca. "Ten en cuenta que es la primera vez que nos dan ayudas de este tipo", lanza sobre unas medidas que considera "bien enfocadas". El detalle sobre el acceso y el reparto de las ayudas tendrá que ser desarrollado por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), con cuyo trabajo los exhibidores se encuentran muy satisfechos, pero ya se sabe que las dependerán del número de pantallas de cada cine y que se exhigirá cumplir con el ratio de emisión de cine europeo.  

En el otro lado están los productores, que se muestran "desconcertados" por las medidas. Este eslabón de la industria cinematográfica no tendrá subvenciones directas extraordinarias, y la nueva normativa que le afecta tiene más que ver con la flexibilización de la justificación de las ayudas ya concedidas, como la ampliación de los plazos de estreno en salas o que se considere estreno comercial también los realizados en televisión o plataformas. "Estas son cosas básicas, que tenían que aprobar sí o sí si no querían verse con un lío administrativo por la devolución de las ayudas", explica Jose Nevado, director general de la Asociación Española de Cinematografía, principal organización de los productores.

Tampoco se quedan muy tranquilos con la aprobación de incentivos fiscales para la inversión internacional: "Hay compañeros que ni siquiera pueden cerrar las inversiones de películas que estaban ya en marcha, este año nadie va a querer poner dinero porque saben que va a ser difícil obtener beneficios". Por eso, la asociación considera que esta medida "no sirve para nada", y cree que el Gobierno debería haber ampliado no los beneficios fiscales para inversores extranjeros, sino para los propios productores españoles. No entienden por qué ellos no han entrado en las ayudas directas: "En las conversaciones con el Ministerio se nos dijo que no eran la mejor manera de encauzarlo porque no se iban a conceder, no las pedimos... y a lo mejor tendríamos que haberlo hecho", se lamenta Nevado, que cree que el sector atraviesa una "situación gravísima" que puede obligar a cerrar incluso a los mayores productores del país. 

Empresarios de las artes escénicas y actores, "satisfechos"

"Estamos moderadamente satisfechos", dice Jesús Cimarro, presidente de FAETEDA, la federación de empresas de artes escénicas, y responsable de la productora Pentación. "Por primera vez se habla de medidas específicas para la cultura, y más concretamente para las artes escénicas". El paquete aprobado por el Gobierno incluye ayudas extraordinarias directas por valor de 27,3 millones para artes escénicas y música, de los cuales 13,35 millones irán destinados al teatro y al circo. A falta de la orden que regule las concesiones, el empresario considera que esta cantidad puede paliar parte de las pérdidas sufridas durante los meses de clausura y ayudar a "mantener las estructuras del sector, que se han visto muy tocadas", aunque "dependerá de cuándo y cómo" se reabran las salas.

Cimarro celebra también la llegada de la prestación extraordinaria por desempleo para los artistas del espectáculo, una de las grandes medidas del Ministerio de Cultura, afinada junto a Trabajo. Por primera vez, estos trabajadores —intérpretes de música o artes escénicas— podrán optar al paro no en base a la duración de su último contrato —suelen ser tan cortos que no les alcanza para recibir la prestación, debido a la llamada intermitencia de la profesión—, sino en base a los días cotizados en el año anterior. A partir de 20 días de alta en la Seguridad Social en 2019, los actores y actrices recibirán una prestación que disfrutarán entre 120 y 180 días. La medida aprobada por el Gobierno sigue casi al pie de la letra la propuesta de la Unión de Actores, principal sindicato del sector, que proponía sin embargo extender la prestación hasta diciembre: "Lo que hemos tenido que luchar para que se hable de intermitencia", dice resoplando su secretario general, Iñaki Guevara. "Estamos contentos porque han valido para algo estas ocho semanas de conversaciones. No es el mejor Real Decreto, pero es un buen Real Decreto". 

El sector de la música, "decepcionado" e "indignado"

"En este paquete de medidas, la música ha quedado bastante relegada", se queja Iñaki Gaztelumendi, director de la secretaría técnica de ESmúsica, Federación de la Música de España, que integra a las distintas ramas del sector. El Gobierno concede una partida de 10,35 millones a la danza, la lírica y la música, cuyo reparto y exigencias tendrá que delimitar el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM). "El sector está decepcionado", dice, ante unas medidas que considera "tardías" e "insuficientes". "Si las salas de cine y las librerías han tenido subvenciones directas muy claras en el Real Decreto, ¿por qué no hacen igual con las salas?", se pregunta Gaztelumendi.

La música en directo tiene especial interés en dos asuntos que no aborda el Real Decreto: la declaración de fuerza mayor más allá del estado de alarma, para que festivales y promotoras puedan cancelar o posponer eventos sin asumir penalizaciones de proveedores y artistas, y la flexibilización de la devolución de las entradas, cuyo importe quieren poder cambiar por un vale con validez de hasta 18 meses. Aun así, dice el representante de ESmúsica, el sector no pierde la esperanza de que ambas cuestiones se aborden en las próximas semanas. 

Aunque los músicos celebran la aprobación de la prestación extraordinaria de desempleo, no están muy convencidos de que vaya a beneficiar al grueso de los trabajadores: "En muchas ocasiones, los músicos trabajan como falsos autónomos, o cobran en negro, y nadie les da de alta", explica Adriano Galante, miembro del sindicato catalán de músicos SMAC! Debido a ese fraude de ley, contra el que luchan los sindicatos del sector desde hace años, y que ha llegado a la mesa de negociación con la patronal, cree que no muchos de sus compañeros alcanzarán ese mínimo de 20 días cotizados. Lo que critica SMAC! con dureza es la exclusión de los técnicos de esta prestación, solo disponible para artistas. "Es indignante, es un problema de base", afea Galante, "no entienden que todos estamos en las mismas, sometidos a la misma intermitencia. En los sindicatos de música tenemos claro que su lucha es la nuestra". La organización no descarta organizar acciones de protesta con las asociaciones de técnicos. 

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El mundo del libro: celebración y dudas

De los casi 42 millones de ayudas directas aprobadas el martes, 4 millones iban destinados a las librerías independientes, forzadas a cerrar sus puertas desde la declaración del estado de alarma y el eslabón más débil de la cadena del libro. "Es un primer paso", dice Alberto Sánchez, presidente de CEGAL, la asociación estatal de librerías, "y es una medida positiva, pero si se quedara solo en esto,  sí lo consideraríamos insuficiente". Libreros, editores y distribuidores, reunidos en la Asociación de Cámaras del Libro, critican que la primera industria cultural del país reciba solo el 10% de las ayudas directas. Tampoco se sienten bien representados en las líneas de crédito impulsadas por el Gobierno, que se propone lograr 40 millones de financiación por sector: consideran que, con esta cantidad fija por industria, las más pequeñas estarán sobrerrepresentadas y las más relevantes económicamente, como el libro, queden infrarrepresentadas. 

"Libreros, editores y distribuidores siguen echando en falta medidas que permitan hacer frente a la crisis derivada de la emergencia sanitaria", dicen en un comunicado conjunto. La medida favorita del sector, defendida desde el inicio de la crisis, es el impulso de compra pública a librerías, para nutrir las bibliotecas y que la inversión toque a toda la cadena del libro, pero piden también medidas de apoyo a la exportación del libro —el Gobierno sí ha aprobado deducciones fiscales para la inversión en la participación de España como país invitado en la Feria de Fráncfort— o la implantación del cheque libro para la adquisición de los libros de texto. El sector no da la conversación por terminada. 

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