El legado de Almudena Grandes en sus columnas: "Ahí dejó otros 'Episodios nacionales' monumentales"

Almudena Grandes

Contarnos nuestra propia historia colectiva, la grande, la compartida, a partir de todas esas (aparentemente) pequeñas cosas que hacen del día a día algo cotidiano, individual, aparentemente sin importancia. Eso es lo que hizo Almudena Grandes durante 17 años, desde otoño de 2004 hasta aquella última columna escrita con todo el compromiso de sus últimas energías y publicada el 28 de noviembre de 2021, un día después de su muerte. 

Una columna que acompañó a los lectores durante todos esos años en las páginas de 'El País Semanal' con el título de Escalera interior. Desde ahí, desde el patio de luces donde todo se escucha y la vida es una amalgama de ruidos, olores, conversaciones cruzadas y ropa tendida, la escritora diseccionaba cada quince días un país partiendo de historias personalísimas. La universalidad de lo singular, ya se sabe.

Las estaciones de un tren eléctrico, Una famosa tarta de chocolate, La pobre Adelaida, Adela y el aquagym, El triunfo del profesor Salgado, La herencia de la tía Charo, Elke y Matías, Mercedes la de los Grifos, Los ojos de Miguel, La excursión de Emilio, El verano en mi nevera, Los derechos de las minorías, Mi marido nos hace la foto... muchos nombres, muchas vivencias que retratan el devenir de todo un país a través de acontecimientos comunes y corrientes. La verdadera Historia, por tanto.

Columnas que fueron apareciendo en prensa con rigurosa regularidad y que ahora llegan a las librerías en forma de libro en, claro, Escalera interior (Tusquets Editores, 2025). La obra que completa el legado de la autora. El susurro que recoge nuestra rutina, la de la gente de a pie, en esas realidades pequeñas que son las que esconden las grandes historias, las que nos convierten en comunidad al vernos reflejados los unos en los otros y que, a través de la mirada y la voz de Almudena Grandes, nos convierten en el país que somos.

"Almudena siempre defendió que la literatura y la vida van de la mano y que si los historiadores hacen la interpretación de fechas, de acontecimientos y de contexto, la literatura se mete dentro de la vida de la gente en la que se encarna la historia, y cuenta cómo se vive por dentro un conflicto, una crisis social, una ideología... mezclando los acontecimientos de la Historia con las situaciones amorosas, los miedos, las desgracias... Eso tiene que ver con los artículos en los que Almudena miraba la realidad y se metía en la vida de la gente y contaba lo que hay en el corazón de las costumbres cotidianas", explica a infoLibre su marido, Luis García Montero.

"Leer los artículos de Almudena es escucharla a ella otra vez, con la pasión, la calidez, la ternura o la fiereza con la que contaba en cada artículo la historia a través de la vida cotidiana", tercia la periodista Pepa Bueno, directora de El País, tratando de resumir la esencia de estas columnas a las que ahora ha regresado con "mucha emoción" al tener la sensación a través de ellas de "recuperarla entera y escuchar su voz". "Era una maestra en contar el momento histórico a través de la vida cotidiana. Me da mucho alegría volver a comprobarlo", apostilla a infoLibre.

Reconoce igualmente Bueno sentir "mucha alegría" cuando se encuentra con alguna historia que no recordaba, como esa columna sobre un chaval a cuya familia desahucian en "lo peor de la crisis y con trece años se ponían a pensar en fabricar cócteles molotov, siendo tan pequeños, inocentes e indignados con lo que pasa". También se muestra de nuevo emocionada al reconocerse en otros textos que le resultan conocidos, "como los artículos sobre los veranos en Rota, que era el tiempo que compartía más con ella" porque estaban ambas "más libres" y podían verse más.

Coincide García Montero en esa emoción al volver a relatos muy concretos: "Como cuando apareció un gato que vivió con nosotros muchos años y cuál fue el motivo de que le llamáramos Negrín, o cómo fue la reacción de nuestras hijas para convencer a su madre de que debíamos quedarnos con él. O, por ejemplo, cuando mi hija mayor entró a trabajar en el Museo del Prado y le hizo de guía un día a la señora que las había criado durante muchos años enseñándole todo. También los veranos en Rota, lo que significaba llegar y llenar la nevera en el supermercado, dejarla vacía y cerrarla al volver".

"La vida se llena de metáforas y los escritores lo que hacen es darlas sentido y mezclarlas con la vida cotidiana de la gente para saber que la literatura, el arte y las emociones existen porque se pueden compartir, porque los seres humanos comparten muchas cosas", continúa el poeta, recalcando al mismo tiempo que en estas columnas hay también "mucha presencia de lo que tenía ella como ciudadana y como escritora", algo que tiene que ver con su "militancia cívica". 

Como columnista cumplió una función magnífica de contar España y el mundo a través de los episodios grandes y pequeños de la vida cotidiana. Son otros 'Episodios nacionales' monumentales los que dejó en sus columnas

Pepa Bueno

"Qué duda cabe de que la presencia de los escritores en los medios de comunicación y en las columnas es una manera de defender opiniones de conciencia cívica, y desde la época clásica de la generación del 98, con Unamuno, Ortega y Gasset y tantos otros es una manera de estar y de debatir en la vida social, de divulgar y convertir en temas de conversación los debates y las preocupaciones de la conciencia", plantea.

"Es insustituible el trabajo que hacía Almudena en la literatura y en el columnismo", afirma Bueno. "Como columnista cumplió una función magnífica de contar España y el mundo a través de los episodios grandes y pequeños de la vida cotidiana de vecinos, amigos, la suya propia y cualquier ciudadano. Son otros Episodios nacionales monumentales los que dejó en sus columnas", prosigue la periodista. "Tenía una gran capacidad de hablar de cosas de tu propia vida a través de su vida cotidiana", agrega.

A veces se corre el peligro, y la política vuelve a eso constantemente, de separar la vida oficial de la vida real, cuando la literatura lo que hace es acercarnos a esa vida real, a la vida por dentro

Luis García Montero
Un viaje ilustrado por la vida y obra de Almudena Grandes "para extender su memoria"

Un viaje ilustrado por la vida y obra de Almudena Grandes "para extender su memoria"

"Esa relación entre vida e historia en las columnas afecta más al escritor, porque ahí no se escribe para informar, sino que se hace para dar una opinión y hablar desde la propia mirada, desde los propios ojos", apunta García Montero, para quien, en ese sentido, en los artículos hay mucha presencia de "la familia, los recuerdos, sus padres, sus abuelos". "También de la relación conmigo y con sus hijos", añade, lanzando otra reflexión: "A veces se corre el peligro, y la política vuelve a eso constantemente, de separar la vida oficial de la vida real, cuando la literatura lo que hace es acercarnos a esa vida real, a la vida por dentro".

Recuerda en este punto el poeta que Almudena se sentía muy "alegre" de participar en la tradición de escritores columnistas, a la que poco a poco se fueron incorporando cada vez más mujeres. Porque en la historia del periodismo, señala, las columnas las solían hacer los hombres, pero ella "siguió el camino abierto por Maruja Torres, Rosa Montero, Montserrat Roig..." "En ese sentido, siempre le interesó mucho en sus columnas la mirada de la mujer", remarca.

"La fortuna que tienen los artistas es que su obra les sobrevive y queda ahí para siempre", reflexiona Bueno: "Las suyas eran columnas muy pegadas en cuanto al trasfondo a la actualidad, como los desahucios en lo peor de la crisis, y sin embargo sobreviven muy bien al paso del tiempo porque hay mucha literatura en esas columnas. Al volver a leerlas este fin de semana me decía 'es que esto está muy vigente'. Y es así porque es muy universal, porque Almudena toca siempre fibras, sentimientos y deseos que son muy universales. Por eso sobreviven muy bien al paso del tiempo".

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