Real tiempo irreal

María José Carrasco

Elenco

Álvaro García

(Milenio, 2022)

Elenco es la tercera novela de Álvaro García, ganador de los premios Hiperión y Loewe de poesía y Ciudad de Barbastro de novela. Y es, sí, un retrato social, de un reparto de seres, del calor de la vida en común, pero el retrato de una sociedad y de toda vida en común en progresiva vía de abstracción, de ausencia, de virtualidad. Elenco es la novela anticipada de la conversión de toda vida en vida abstracta. La existencia humana y no sólo humana, con todo su elenco, sus amores presenciales, sus matrimonios físicos, sus viajes a sitios que llegaron a ser plenamente sitios abiertos, sus contratos artísticos, su relación normal entre generaciones, se va volviendo abstracta en el sentido literal quizá de la palabra, que no voy a consultar: quedarse fuera, quedarse sin sitio real, quedarse atrás, convertirse en un caleidoscopio de redes y de pixelados, de conversiones borrosas a lo digital como los vídeos juveniles de ballet del protagonista.

Todo el elenco de la vida con "la presencia y la figura", toda la materia de las pasiones plenamente sensoriales, el aroma de los países, el tacto de las gentes, la mirada de los animales (memorable mascota, Rudolph, a quien se dedican tantos párrafos como a cualquier novia o amante del dueño de ese loro), es un arca espectral que, despojada de algunos de sus sentidos, navega reducida a vista o a sonido hacia el pixelado sublime de la memoria, la abstracción, la ausencia que preludia un mundo como el que de hecho ya es el actual, un mundo de 2022 en el que incluso los médicos de urgencia, y las entidades bancarias de más urgencia aún, no quieren la presencia y han habilitado de hecho la redundancia de la 'cita previa'. Hasta los dentistas han comprendido que no necesitan, o no a todas horas, la presencia física del cliente o del paciente.

A efectos textuales, argumentales y de reflejo o anticipación del camino hacia la vida abstraída, abstracta, retirada de sí misma, ocurre que Elenco es clamorosa y sensorialmente una novela, casi una epopeya íntima, un canto fantasmal del roce entre lo individual y lo colectivo a lo Saint-John Perse o a lo Thomas Bernhard, pero también desde luego a lo Homero (pocas novelas habrá como esta que se pudieran haber publicado en verso, creando una absoluta novedad por vuelta a los orígenes de la literatura) y no una tesis: de ahí la presencia –sí en las peripecias impasibles de la historia- física y hasta demasiado física de las realidades que son materia del monstruo involuntario de la memoria: el sexo (cuantitativamente casi ubicuo, aunque con un enfoque igualmente espectral, de eco vital, como en el capítulo en que dos de los protagonistas se masturban uno junto al otro, cada uno en su cama, mientras una mosca va de una cama a otra "como entre dos estatuas fúnebres"), la vecindad de la madre, la amistad larga de la vecina, la convivencia algo más que animalista con la mascota longeva llena de memoria y con voz que es caja de voces como un contestador automático de ultratumba, los amigos, el ex matrimonio, los hijos de ex cónyuge, las todavía reales amigas, los todavía humanos alumnos, las alumnas, las madres y las tías de la alumnas, los hijos de los maridos de las amantes, la amistad del agente artístico, los espectáculos coreografiados por Baro pero a los que ya Baro no puede ir.

Tan físico y sensorial es el repertorio que esta novela parecerá de hecho realista o costumbrista a quienes no alcancen a ver en el elenco de seres más que un elenco de seres y no su progresiva conversión en horizonte de impasibilidad cordial, memoria pura, panteón vivo en pantallas. Una novela sobre nuestro tiempo, o sobre el que inevitablemente lo va a ser.

Inevitable como, de momento en esta novela que deja el sabor de un verano esencial que no puede volver, el retrato de las edades, de la esperanza que resiste en generaciones que afrontan de modos muy distintos la sociedad en común, el arte, el sexo, las redes. Elenco es una novela de amor y muerte, de compasión y una novela en la que hay familia, sexo, trabajo, amistad, vecindad y baile. El baile, el sexo y las ambiciones sociales ajenas resultan en Elenco el rescoldo del rescoldo de una excusa para vivir presencialmente todavía un poco más. Se revela, algo sonámbulamente, la consistencia de cada vida cuando se entrega a ecos de ritos. Tras esta historia extrañamente compleja y fluida, premonitoria en su retrato de vidas condenadas a la asepsia, incluso tras su lluvia final viene, no ya el buen tiempo de un texto que se lee con sumo placer, sino quizá el tiempo que nos espera. Narrada con una atractiva mezcla de contrapunto y soltura, nos va dejando el sabor de la coherencia en que la vida tiene sentido incluso si está abstraída o sobre todo si está abstraída. Las piezas son fragantes. El paladeo de fondo inevitable es el de la presencialidad reinventada y truncada a cada paso como se inventa y se trunca la confianza en el tiempo, en sus estaciones climatológicas y mentales, que en el texto arrollador siguen vivas, porque estamos ante una novela con carnalidad de fondo y de forma –incluso con demasiado sexo- mientras que algo en la narración y en el estilo nos sugiere el reconocimiento de nuestra progresiva espectralidad.

Antes de ponerte a escribir, lee buenos libros

Álvaro García (Málaga, 1965) es un autor "memorable y secreto" (Antonio Ortega, Abc), "original y profundamente lúcido" (Álvaro Pombo, Culturas), "adictivo" (Ainhoa Sáenz de Zaitegui, El Mundo), "magistral, apasionante" (Túa Blesa, El Cultural), "un genio en estado de gracia" (Juan Manuel Romero, Cuadernos Hispanoamericanos). Su obra narrativa, iniciada con El tenista argentino (2018) y Discurso de boda (2020), es "amena e inteligente, de una clarividencia fuera de lo común" (José María Herrera, Libros Nocturnidad y Alevosía). "Involucra al lector en un ambiente de pesadilla y lo atrae hacia el centro de la espiral, con una prosa hipnótica." (María Ángeles Robles, Diario de Sevilla). "Aquí no hay lirismo, sino poesía en el sentido que le otorgaba Octavio Paz cuando afirmaba que D. H. Lawrence y Faulkner eran grandes poetas porque atienden a criterios que no se detienen en las apariencias" (Juan Ángel Juristo, Cuadernos Hispanoamericanos).

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María José Carrasco es poeta. Su último libro publicado se titula 'Crucero' (Monosabio, 2015).

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