Nadadora se tira a la piscina 12 años después: "Antes estábamos encasillados, ahora no hay etiquetas"
Nadadora marcó la escena del indie-pop español cuando ésta se abría paso, allá en los 2000. Su separación en 2013, tras diez años de trayectoria, conmocionó a un público que cada vez era más numeroso. Tras un largo parón, han vuelto con más fuerza y, dicen, "más equilibradas con el universo". Su nuevo disco, Mañana y siempre, promete un sonido que recuerda al viejo Nadadora, pero con esa madurez que da el paso de los años.
En el LP, Sara Atán (voz y guitarra), Gonzalo Abalo (voz y guitarra), Edu Romero (bajo), Montxo Couselo (teclado) y Daniel Abalo (batería) cuentan con colaboraciones como la del también gallego Xoel López. "Lo más importante para nosotros es la honestidad". Un regreso orquestado bajo la batuta de Ernie Records, la discográfica que les acompañará de nuevo y que lleva a otros artistas como Alba Reche, Shego o Grande Amore. "Hemos intentado hacerlo sin seguir patrones ni modas", aseguran.
Sara y Gonzalo se han acercado a la redacción de infoLibre para contar cómo están viviendo esta vuelta al circuito, los cambios que observan en la industria musical y cómo va a ser la gira que preparan con mucho cariño para 2026.
Para comenzar, un pregunta casi por protocolo, porque ya lo han contado más veces: ¿cómo fue el reencuentro de la banda?
SARA: Bueno, en realidad decidimos volver a tocar y empezamos a montar canciones Gonzalo y yo hace casi dos años. Y cuando ya teníamos material que nos apetecía grabar, involucramos a todos y nos pusimos a trabajar... hace más de un año.
G.: Sí, un reencuentro que fue muy natural. Nos lo fue pidiendo la vida, ella sola nos llevó hasta aquí, ¿no?
S.: Todos podíamos y queríamos. Así que fue premeditado, porque estuvimos trabajando antes y nos apetecía mucho grabarlo y tener un nuevo registro sonoro a día de hoy. Hace ya muchos años... Queríamos reflejar lo que somos ahora.
Cuando nosotros hacíamos el último disco, Spotify acababa de lanzarse en España
Después de esta vuelta, ¿cómo se describirían?
S.: La portada del disco representa con el Kintsugi esos quiebros que provocan una rotura. [El Kintsugi es una técnica japonesa de reparación de objetos de cerámica que utiliza una laca mezclada con polvo de oro para unir los fragmentos rotos; una técnica que no busca ocultar las fracturas, sino resaltarlas].
G.: Y esa rotura se muestra, no se oculta.
S.: No es que la celebre, pero la acepta de alguna forma. Han pasado muchos años desde que no estamos toda la banda y a cada uno le ha pasado de todo en la vida. Es un poco esa muestra de que somos distintos porque nos han pasado muchas cosas. Cosas buenas, cosas malas. Y tenemos heridas que han cicatrizado y otras que todavía no. Esto también es una especie de sanación individual y que ayuda a catalizar un poco todo.
G.: Lo que nosotros somos hoy va cambiando y va evolucionando, así que se tiene que reflejar en la música. La música tiene que ser un reflejo muy honesto de lo que somos en este momento.
Antes todos estábamos mucho más encasillados, y ahora lo rico es precisamente lo contrario, que no haya tantas etiquetas
¿Y qué son en este momento?
G.: Mejores personas, o más equilibradas con el universo...
S.: Bueno, no sé si mejores personas...
G.: Más equilibradas con el universo, borra lo otro [risas].
S.: Mejores, no. Lo que pasa es que el momento vital es muy distinto. Nuestras vidas han cambiado mucho y hemos tenido que aprender a ser muy resilientes, a ser fuertes, a tener más responsabilidades. Y eso te lleva a priorizar de otra forma. Ha cambiado mucho la forma de grabar también. No solo hemos cambiado nosotros, es que ha cambiado mucho la escena. Y con las redes y tal... las etiquetas... que gracias a Dios ya no existen...
G.: Si me preguntas si la escena está más equilibrada con el universo, yo creo que no.
S.: Nosotros lo que intentamos es un ejercicio de equilibrio en el universo. Yo creo que es un intento de aceptación de lo que eres e intentar que suene lo más honesto posible.
Después de 12 años, habrá más cosas que habrán encontrado cambiadas. ¿Qué sienten que es distinto en la industria?
S.: Todo. Desde la producción, preproducción, grabación [...]. El tema de las redes también ha cambiado.
G.: La forma de consumir la música ha cambiado mucho. Cuando nosotros hacíamos el último disco, Spotify acababa de lanzarse en España. Es decir, las plataformas de streaming no eran el consumo mayoritario de música ni de lejos. Había mucha piratería en aquella época, y el principal reproductor era el CD. Joder, parece que estamos hablando de los años 60.
S.: Es que no hace tanto, claro. Antes todos estábamos mucho más encasillados, y ahora lo rico es precisamente lo contrario, que no haya tantas etiquetas. Que todo pueda suceder y que tengas todo ese acceso. También está la parte de los algoritmos y cómo funcionan... No sé cuán aleatorio realmente es, no conoces los sesgos... Antes eran de otro tipo. Era la prensa musical o lo que te decían los críticos de tu disco.
A nosotros lo de crear contenido por crear contenido también nos abruma
¿Sienten que ahora hay una gran parte del esfuerzo que tienen que poner en visibilidad más que en la música? ¿Lo llevan como una carga?
G.: Sí. Yo lo llevo como una carga, sin duda. De hecho, es algo que no me gusta y con lo que no me siento cómodo.
S.: Porque no estamos acostumbrados. A nosotros lo de crear contenido por crear contenido también nos abruma. Llega un momento en que satura porque además tiene que ser contenido de valor.
¿Qué les inspira para crear música?
G.: Yo creo que la inspiración fundamental son las cosas que te van ocurriendo en la vida. Aquellas que tienen un impacto emocional lo suficientemente grande para que tú las quieras canalizar en un instrumento, que es una canción, y que llegue a todo el mundo. De hecho, la música de Nadadora es reconocible porque tiene esa interpretación poética que nos gusta dar a la vida, esa cierta "otoñalidad" y una sensación pausada y más tranquila, pero con impacto.
S.: Yo creo que lo que más te inspira es cómo te hace sentir al hacerlo. Cómo te sientes físicamente cuando eres capaz de expresarte. Antes decía que, afortunadamente, todo el mundo habla con mucha más libertad de las emociones [...]. Yo creo que lo que más te inspira es que, de repente, abres una puerta y sale una parte de ti, y es una sanación, también, o una búsqueda de identidad. Y luego, esto también te saca de muchos sitios.
¿Y qué grupos musicales les inspiran o cuáles tienen como referencia?
G.: Yo te voy a decir tres que tengo en la cabeza siempre que toco, siempre, siempre. Uno son los Cocteau Twins, que siempre están en mis dedos. Y los otros son The Cure y Trembling Blue Stars.
S.: Sí que tengo un disco fetiche, es como un bálsamo. Cuando tengo un mal día hay dos cosas que me funcionan, este disco y Doctor en Alaska. Es el de "Prefab Sprout" de Steve McQueen. Durante estos dos años ha sido más difícil conocer música porque el tiempo que tenemos lo dedicamos a Nadadora, y eso tiene su parte buena y su parte mala. Te documentas poco, pero es bueno porque no te dejas influir demasiado. Al no estar tan apegado a referentes externos, te obliga a ir sacando lo tuyo con una cierta atemporalidad. Sin seguir patrones ni modas.
¿Cómo ven el panorama de los grupos gallegos?
S.: Yo creo que ha crecido y está en un buen momento.
G.: Sí. Y de hecho, nuestro sello (Ernie Records) creo que tiene mucho que ver en eso. Xoel López, por cierto, colabora en una de las canciones del disco. Toca la guitarra y canta en la última canción. Estamos muy contentos. Creo que el panorama es muy rico, mucho más que nunca. La presencia de grupos, no solo gallegos, sino que también cantan en gallego, es muy relevante. Hay mucha más presencia de la que yo diría que hubo nunca fuera del folk. Y Ernie Records tiene mucho que ver con esto.
S.: Sí, y la profesionalización que ha habido. Es gente que vive de la música. Fuera de lo que es el folk, quiero decir. Yo he escuchado folk en mi vida por todos lados, por eso me gusta mucho cómo se ha rescatado y se ha hecho esa nueva fusión de tradición con pop o con otros registros, que ahora está tan de moda. También es el idioma... es todo. Y luego también hay ciertos artistas, también de nuestro sello, que desprenden ese sentimiento de orgullo con la identidad propia. Que tú lo ves y dices: "Es gallego".
G.: Y hay muchos artistas que se consagraron en estos años. Xoel es un ejemplo, cuando tocábamos con él aún estaba en el grupo Deluxe. Otro ejemplo también es Iván Ferreiro. Y todo suma. Estos grandes referentes que han seguido creciendo se suman a un montón de nuevos referentes que están creando una estructura.
¿Y ustedes volverán a cantar en gallego?
G.: Sí.
S.: Sí. Aparte yo creo que es súper agradecido.
G.: No lo hemos hecho en el último, pero nos toca ya hacer algo. Tiene que ser natural, y cuando tenga que surgir, surgirá.
¿Cuál es su relación con las expectativas? ¿Tienen alguna para esta nueva etapa de Nadadora?
G.: Recibir este aprecio de la gente que lo escucha y cómo se convierte en un pequeño tesoro para ellos es la recompensa para mí. Y creo que para mí la expectativa es eso, es que se convierta en un pequeño tesoro para todo aquel que lo quiera abrazar.
S.: Claro, a ver, es complicado cuantificar la expectativa. También depende como te levantes ese día. Creo que las expectativas son que la gente se emocione, que se pongan la canción y le haga sentirse casa.
¿Habrá gira?
G.: Sí, sí la habrá. No va a ser una gira muy extensa, van a ser poquitas fechas, muy cuidadas, con mucho mimo. Queremos que sean pequeños tesoros y así está planteada. A lo largo del 2026 habrá una gira no muy grande.