ALEMANIA

Las cuatro razones por las que Merkel aprueba la mayor subida de las pensiones en 23 años

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El Gobierno de Angela Merkel subirá la pensión a los jubilados alemanes a partir del 1 de julio: un 4,25% a los del Oeste y un 5,95% a los del Este. El mayor aumento de los últimos 23 años y, a buen seguro, la envidia de los 8,5 millones de pensionistas españoles. En números reales: para un jubilado alemán del Oeste que cobre una pensión de 1.200 euros brutos al mes, el alza será de 51 euros; para uno del Este, de 71,4 euros. Mientras, el Gobierno español ha subido este año las pensiones sólo un 0,25%: 1,6 euros las mínimas –hasta 636 euros– y 6,4 euros las máximas –hasta 2.567 euros–.

Es el tercer año consecutivo en que la subida de las pensiones es la mínima establecida en la última reforma del sistema público: si las cuentas de la Seguridad Social tienen déficit, el alza está topada. Cuando tengan superávit, en cualquier caso, la subida no podrá superar la suma del IPC y un 0,50%. Ambos límites y la introducción del factor de sostenibilidad, prevista para 2019, así como el progresivo retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años y la ampliación del periodo de cálculo de los 15 a los últimos 25 años de la vida laboral, van a recortar la cuantía de las pensiones españolas. Invirtiendo la tendencia de constante aumento que habían disfrutado desde los años 80.

Alemania reformó su sistema público de pensiones ya en 2001. En 2004 introdujo su propio factor de sostenibilidad. Y congeló las prestaciones durante cuatro años: de 2004 a 2006 y también en 2010. Eso sí, suspendió la aplicación del factor Riester –que subvenciona fondos privados de pensiones– en 2008 y 2009 para impedir que la cuantía de las pensiones disminuyera.

PARO BAJO MÍNIMOS, SALARIOS AL ALZA

Ahora, gracias a que la tasa de paro está en mínimos –un 4,7%–, los salarios han crecido –un 3,8% en el Oeste y un 5,5% en el Este– y la economía alemana crecerá un 1,6% este año, Angela Merkel se puede permitir una alegría para sus 20 millones de pensionistas. Con una inflación que se prevé no supere el 0,1% al final de año, la subida permitirá una significativa ganancia de poder adquisitivo para un grupo de ciudadanos especialmente castigados por los tipos de interés a cero.

EFECTO ESTADÍSTICO

Pero el buen estado de salud de empleo y salarios no es el único factor que determina la generosidad del Gobierno alemán con sus pensionistas. Ésa fue la explicación que dio públicamente la ministra de Trabajo, Andrea Nahles, al anunciar la medida.

Aunque ya se esperaba un alza cuantiosa, ha sido incluso superior a lo previsto porque incluye la subsanación de un error estadístico en el cálculo de los salarios alemanes el año pasado. En 2015 se midieron un punto porcentual por debajo de su cuantía real y este año se han corregido al alza. En Alemania, la subida de las pensiones se vincula cada año a la de los sueldos, por lo que ese punto repercutió en una menor subida de las prestaciones en 2015.

En todo caso, ha habido otros años en que estas prestaciones públicas han disfrutado de aumentos generosos: en 2015 subieron un 2,10% en el Oeste y un 2,50% en el Este; en 2009, un 2,41% y un 3,38%; en 2013 crecieron sólo un 0,25% en los Länder occidentales, pero un 3,29% en los orientales.

SUPERÁVIT PÚBLICO DEL 0,6%

Además, a diferencia de España –con un déficit público del 4,5%–, el Estado germano se beneficia de un superávit en sus cuentas del 0,6%, que le permite derrochar con sus pensionistas. Así, la ministra Nahles destacó que la histórica subida no va a afectar al presupuesto estatal, sino que se financiará con cargo a los fondos del sistema público de pensiones. Tampoco se traducirá en un aumento de la cuota que los trabajadores en activo pagan de su salario para sufragar las prestaciones. Seguirá siendo del 18,7%, después de bajar dos décimas en 2015.

SEGUIRÁN CRECIENDO UN 2% ANUAL

Las previsiones gubernamentales calculan que las pensiones públicas seguirán subiendo en los próximos años, a un ritmo del 2% anual. Aun así, en Alemania la cuantía de estas prestaciones equivale por término medio al 48% de los salarios que se cobran. En España, la llamada tasa de sustitucióntasa de sustitución alcanza el 74% y llegó a estar en el 82% en 2009. En 2030 se prevé que la tasa alemana baje aún más, hasta el 43%. Para compensar esa caída continuada, ya en 2001 el Gobierno de coalición de los socialdemócratas y Los Verdes creó las pensiones Riester –bautizadas con el apellido del entonces ministro de Asuntos Sociales, Walter Riester–. El Gobierno incentiva que los trabajadores cedan parte de su salario a fondos privados de pensiones permitiéndoles no cotizar a la Seguridad Social por esa aportación. Se supone con ese complemento privado la tasa de sustitución se elevará hasta el 50% o 52% en 2029. Sin embargo, este modelo no está teniendo el éxito esperado y el número de quienes optan por las pensiones Riester lleva años estancado en 16 millones de trabajadores. Con los bajos salarios de los últimos años, los alemanes con peores salarios no tienen mucho dinero para dedicar a este tipo de ahorro. O prefieren destinarlo a las pensiones públicas.

De hecho, la víspera del anuncio de la ministra Nahles el diario Frankfurter Rundschau publicaba una encuesta, realizada a instancias del sindicato IG Metall, que revelaba que sólo uno de cada tres alemanes cree que disfrutará de una pensión digna cuando se jubile. Y los que menos confianza tienen en ello son los jóvenes de entre 18 y 34 años. Eso sí, casi el 75% de ellos están dispuestos a aumentar sus cotizaciones a la Seguridad Social para garantizarse una pensión suficiente en el futuro. Al tiempo, piden que funcionarios y autónomos contribuyan también. En Alemania, otra diferencia con España, las pensiones de los funcionarios se consignan en los Presupuestos del Estado. Y no todos los autónomos están obligados a cotizar.

DEBATE SOBRE LA SUFICIENCIA DE LAS PENSIONES

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En Alemania se ha duplicado en una década el número de jubilados que viven de pensiones asistenciales. En 2014 ascendían a 512.000. La culpa, según explica el periódico bávaro Süddeutsche Zeitung, es de la caída de la tasa de sustitución y del cada vez mayor número de carreras profesionales, sobre todo de mujeres, interrumpidas con periodos sin cotizar. El Gobierno, al menos la parte en manos del SPD, defiende un Pacto de Solidaridad para aumentar las pensiones más bajas: a partir de 876 euros al mes en el Oeste y de 812 euros en el Este. La subida costará 180 millones de euros a partir de 2017 –año electoral–.

“LA SUBIDA DE ESTE AÑO, UNA ANOMALÍA”

Sí comparten España y Alemania la polémica en torno a un tema tan sensible. La oposición, al menos Die Linke y los Verdes, creen que las pensiones públicas del futuro no están en absoluto aseguradas. Y critican la subida de este año como una excepción, una “anomalía” después de muchos años de pensiones decrecientes, en palabras del responsable de Pensiones de Los Verdes, Markus Kurth, citado por Süddeutsche Zeitung. Para el dirigente de Die Linke Matthias W. Birkwald, no tiene sentido que “en uno de los países más ricos del mundo”, se conviertan las pensiones de subsistencia en “un fenómeno masivo”. Por eso pide al Gobierno que suprima tanto el factor Riester como el de sostenibilidad, que limitan la subida de las pensiones.

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