Hacer de la política meme y del meme dinero: así afecta la nueva regulación y el $TRUMP al mercado cripto

Una internauta utiliza una plataforma para invertir en criptomonedas, en Madrid (España).

Rojo y blanco sobre fondo azul y un Donald Trump de figura atlética, en traje y levantando el puño derecho. Esta es la imagen de la página web donde se puede comprar la moneda meme que el presidente de Estados Unidos puso en el mercado días antes de su investidura. El anuncio lo hizo a través de sus redes sociales y cuando llevaba menos de 48 horas en el mercado, el $TRUMP se elevó a los cielos de los criptoactivos: el frenesí de compras llevó a este memecoin a un máximo de 15.000 millones de dólares en capitalización y lo convirtió en el 15º más grande del mercado. “Donald Trump no solo utilizó memes en sus campañas políticas, sino que llevó esta estrategia un paso más allá con la memecoin $TRUMP, mezclando economía digital y comunicación política”, explica el analista de la plataforma de inversión eToro, Javier Molina. Este tipo de productos financieros son diferentes de las criptomonedas como Ethereum o Bitcoin y altamente peligrosas para quienes invierten, pero el movimiento de Trump creando la suya propia refuerza el imaginario que se ha ido labrando para ser uno de los gurús de este sector. El dibujo del político, puño en alto, corre por las redes y los inversores más aventurados o sus seguidores más fieles, comienzan a comprar la moneda con su imagen.

Las criptomonedas, cuyos inversores mantienen la vista fija en lo que hará Estados Unidos, viven un momento de ebullición y eso lo corroboran también quienes operan en el mercado español. Hay muchos avances positivos, explica el analista de Bitpanda, Álvaro Cisneros: “el incremento de la adopción de activos digitales por parte de inversores minoristas, la regulación del mercado cripto en Europa, los recortes en los tipos de interés de los bancos centrales y la integración de las criptomonedas en los sistemas financieros tradicionales”, concluye. Y a todo esto se suma la afinidad del presidente Trump por este tipo de activos, de hecho, esta misma semana firmó una orden para promover el uso de moneda digital y crear una “reserva estratégica nacional de activos digitales”, tal como explica la Casa Blanca en un comunicado. Por otro lado, ya había anunciado que formará un grupo de trabajo sobre estos activos dentro de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC por sus siglas en inglés). 

Las cifras del mercado español alcanzaron los 73.356 millones de euros en transacciones entre julio de 2023 y junio de 2024, un 18% más que el año anterior, según los datos de Chainalysis. Es un sector que crece, pero que está por detrás del promedio europeo, que aumentó las transacciones en un 44%. A nivel mundial, España es el país número 25 en cuanto al uso de criptomonedas. “Lo que vamos a vivir todo este año es una ola de movimientos de regulación permisiva para permitir que la adopción de las tecnologías blockchain se incremente”, explica Cisneros, quién apunta además, que pese a las diferencias de regulación entre Europa y EE UU “habrá algunas similitudes” y estos movimientos tienden a mejorar el comportamiento de estos activos también en los mercados nacionales. Así, “regularizar” tiende a ser sinónimo aquí de “normalizar” y eso atrae más inversores.

Los memes han dejado de ser simples bromas visuales para convertirse en un fenómeno cultural, político y económico. La clave de su éxito está en su inmediatez, viralidad y capacidad para captar tendencias

En toda esta terminología de nicho se mezcla la jerga propia de las redes sociales con conceptos del mundo de la inversión. La idea de memecoin es simple, son monedas virtuales, como el Bitcoin, pero que se inspiran en tendencias o personajes de internet. "En los últimos años, los memes han dejado de ser simples bromas visuales para convertirse en un fenómeno cultural, político y económico. La clave de su éxito está en su inmediatez, viralidad y capacidad para captar tendencias”, explica Javier Molina. La imagen de estos activos puede ser un perro, como el Dogecoin, o cualquier otra estampa que se haya hecho popular en las redes, por lo que poner dinero aquí puede resultar peligroso. “Estos activos carecen de regulación y son altamente volátiles, por lo que el riesgo de pérdidas es elevado. Las memecoins están muy impulsadas por la comunidad y la atención, y su ciclo de vida puede ser efímero”, concluye Molina. Los expertos señalan que los precios cambian a gran velocidad: pueden dispararse al alza por el FOMO (Fear of missing out, que en inglés hace referencia al miedo a perderse algo) y pueden caer de golpe cuando la moda se pasa y el entusiasmo se desvanece. Los memecoin son un producto para inversores expertos, “este tipo de activo lo que te permite es jugar”, concluye el analista Álvaro Cisneros

En esta vorágine de alzas y caídas que se alimenta en gran medida de las redes, también Melania Trump se subió a este tren y creó el $Melania. Se calcula que la creación de estos activos al calor de la nueva administración incrementó su fortuna en varios miles de millones de dólares, ya que el 80% de los token se encuentran ligados a organizaciones de su conglomerado empresarial. Algo que además plantea cuestiones éticas acerca del conflicto de intereses entre su cargo político y sus beneficios económicos en este ámbito.

Las regulaciones

En Europa está en vigor el reglamento MiCA (Markets in Crypto Assets, por sus siglas en inglés). Una normativa pionera que se puso en marcha en diciembre de 2024 y que pretende poner orden en un sector que estaba completamente desregulado. Estas directrices ordenan cuanta emisión puede hacerse, la oferta, el intercambio, la negociación y la forma en que se transfieren. También establece normas para las plataformas y los proveedores, que deberán operar bajo la licencia de un regulador oficial, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el caso de España. Además, deberán contar con profesionales del sector. También se concreta la información que deben dar a los clientes y como deben interactuar con los usuarios. 

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Por su parte, la normativa en EE UU comenzará con la creación de un grupo de expertos que, en un plazo de seis meses, deberá entregar al presidente unas líneas de actuación. Entre las propuestas está la creación de una reserva nacional de activos. Además, tal como informa Efe, la orden ejecutiva que se ha conocido este jueves prohíbe el establecimiento de una moneda digital del banco central (CBDC, en inglés) y revoca así una medida de la Administración del expresidente Joe Biden. Por otro lado, recoge que “el crecimiento de la tecnología financiera digital en Estados Unidos no debe verse obstaculizado por regulaciones restrictivas o interferencias gubernamentales innecesarias”, dando alguna pista sobre su enfoque a este respecto. 

“Tanto Trump como Kamala Harris apoyaban impulsar la agenda de las criptomonedas. Cambiar el entorno regulatorio seguramente llevará más tiempo, así que las novedades más significativas por ahora serán los cambios de liderazgo de las agencias regulatorias”, explica Jason Somensatto, jefe de Políticas Públicas para Norteamérica en Chainalysis. El experto apunta que desde EE UU las políticas priorizarán “abordar el fraude, la manipulación del mercado y otras malas prácticas, en lugar de enfocarse en incumplimientos técnicos derivados de la falta de una regulación clara”, y matiza que esto hará “sentirse cómodas” a las empresas del sector privado para expandirse. Estas expectativas, en parte, son las que han provocado un aumento en los precios del Bitcoin.

Pese a que estos proyectos sugieren orientaciones distintas, todo lo que trata de imponer normalidad en este mercado parece gustar. “Cada movimiento tiene una correlación en la evolución del bitcoin”, explica el experto de Bitpanda. “Estados Unidos es un referente, va a tratar de ser una potencia mundial y esta apuesta estratégica, lo que hace es servir de apoyo a los mercados. Poco a poco eso hace subir las monedas en el mercado”. Lejos de chocar, las regulaciones tienen efecto positivo: “En España aumentará la inversión desde el momento que las entidades financieras reciban licencia por parte de la CNMV e implanten el producto. Habrá millones de personas que inviertan en ello, igual que lo hacen en divisas o acciones”, concluye.

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