IGUALDAD

Académicos que apoyan al catedrático acusado de abusos hablarán de "violencia doméstica" en un foro

Manifestación contra los casos de violencia machista en la universidad.

Cuando catorce mujeres señalaron a Ramón Flecha, catedrático emérito de la Universitat de Barcelona (UB), como su abusador, sabían bien que al líder académico lo blindaba toda una red de poder construida desde hacía décadas. Pese a ello, las denunciantes consiguieron romper el silencio y otros muchos muros: fueron decenas de voces del mundo académico las que les dieron apoyo y la propia universidad decidió finalmente abrir una investigación interna. Pero todavía son muchos los que claman en su defensa, en ocasiones a través de tribunas privilegiadas donde pronunciar sin titubeos palabras de respaldo al presunto agresor.

Así lo denuncia la Assemblea Feminista de la UB. Lo hace con vistas a la Conferencia Europea sobre Violencia Doméstica (ECDV), una cita que dará comienzo este miércoles en Barcelona. A lo largo de tres días, las jornadas abordarán asuntos como la ciberviolencia sexual, el impacto emocional del acoso callejero, el consentimiento en las relaciones íntimas y la violencia en el ámbito de la pareja. Y entre los ponentes que se pondrán tras los micrófonos para exponer sus tesis al respecto se encuentran diversos académicos que pertenecen a CREA (Comunidad de Investigación sobre Excelencia para Todos, por sus siglas en inglés), el grupo de investigación que dirigía Ramón Flecha cuando ejerció los abusos denunciados. La mayoría no ha dudado en salir en defensa de su colega, una vez las prácticas abusivas salieron a la luz hace ahora dos meses, gracias al trabajo conjunto de infoLibre y otros tres medios de comunicación.

Es el caso de Rosa Valls, actual subdirectora de CREA. Valls ha mantenido una intensa actividad en redes sociales apoyando pública y explícitamente al catedrático emérito, avalando y difundiendo la idea de una estrategia orquestada por las víctimas para desacreditar al acusado. Valls estará al frente de la ponencia Violencia de género en las universidades españolas. En la misma mesa participarán Laura Ruiz-Eugenio, Olga Serradell-Pumareda y Lidia Bordanoba-Gallego, todas ellas parte del equipo de CREA.

"La verdad acaba por salir pero la falsedad de testimonios tiene efectos demoledores para el feminismo. ¿Quién creerá a las víctimas después de eso? Y lo que es peor ¿quién se atreverá a apoyar a una víctima si otros le pueden montar una campaña de difamación tan cruel?", escribió el redes sociales el pasado 5 de julio Serradell.

Un vistazo al listado de invitados basta para comprobar que la mayoría forman parte del grupo de investigación y muchos de ellos siguen respaldando al catedrático. Esther Roca (Universitat de València), por ejemplo, no pertenece al equipo pero sí ha colaborado estrechamente con ellos y no ha dudado en tender la mano a Ramón Flecha, difundiendo cada comunicado, artículo y testimonio en su defensa.

Aitor Alzaga, también miembro de CREA, participará en la mesa Contrarrestar las masculinidades tradicionales que se hacen pasar por expertos para socavar el consentimiento. En julio, el académico siguió la misma dinámica que sus compañeras: la difusión sistemática de toda expresión de apoyo a Flecha. Mimar Ramis, también profesora en la Universitat de Barcelona y miembro de CREA, publicó un texto a principios de julio en el que hablaba de "la bajeza de algunas narrativas". En él, la profesora se explayaba contra las víctimas y los medios de comunicación, utilizando analogías como "las harpías", los "monstruos" y "el engaño de las sirenas".

Un espacio para dar "apoyo a un abusador"

"Hay un grupo de investigación que está dando cobertura públicamente a uno de sus catedráticos, que no se ha desmarcado de esta persona y que insiste en hablar de denuncias falsas", señalan en conversación con infoLibre fuentes de la Assemblea Feminista de la UB. "No es lógico que estas personas estén en el comité organizador de una conferencia sobre la violencia contra las mujeres".

La Assemblea denuncia que la conferencia se convertirá en un espacio donde la organización señalada podrá "expandir sus mensajes llenos de apoyo a un abusador y de amenazas contra aquellas que han hablado y contra aquellas que puedan hacerlo o denunciarlo". El comité organizador internacional se escuda en que ya ha tomado medidas para impedirlo, tras haber retirado del congreso a la propia entidad y a su actual directora, Marta Soler. También ha desaparecido del programa la ponencia principal del acusado, pero son muchas las voces en su defensa que seguirán teniendo espacio en las jornadas. El comité local que se encarga de organizar el evento es, de hecho, "uno de los grupos satélites de la sociedad civil de CREA": la Asociación Universitaria Ciencia Feminismo y Masculinidades (AUCFEM). Este diario se ha puesto en contacto con los organizadores, pero no ha recibido respuesta.

Las feministas organizadas en el seno de la universidad reservan también fuerzas para la celebración: la llamada al boicot, asienten al otro lado del teléfono, está dando sus frutos y ya son más de una veintena –sumando sólo aquellos de los que tienen constancia– los académicos que han decidido renunciar a participar en el congreso.

La Universitat de Barcelona, por su parte, sí se ha posicionado cerrando la puerta a celebrar la conferencia en sus instalaciones. En consecuencia, la nueva localización será el Palau de Congressos de Catalunya. A mediados de julio, la universidad pública decidió abrir una investigación en torno al acusado, en la que se comprometía a designar una comisión de expertas y a la suspensión cautelar de las funciones que como catedrático emérito ostentaba Ramón Flecha.

Abuso de poder y coerción sexual

Los hechos denunciados comienzan en los años noventa y se prolongan prácticamente hasta la actualidad. Las denunciantes son siempre mujeres jóvenes, con las que el presunto agresor mantenía una relación jerárquica atravesada por la desigualdad. Según las vivencias expuestas, el catedrático creaba un ambiente de abuso de poder en el que reproducía sistemáticamente conductas como castigos, premios, control y manipulación.

La asimetría en la relación con las jóvenes desembocaba en masajes y sexo, según las mujeres afectadas. Siete de las contactadas por este diario confirmaron haber mantenido relaciones sexuales con su superior, pero enmarcaron esas prácticas dentro de un sistema de coerción. La mayoría denuncia además no sólo una exigencia laboral desproporcionada, sino también haber tenido que ceder a realizar tareas domésticas constantes para el acusado. La directora de CREA desde 2006 y del departamento de Sociología de la UB, Marta Soler, insiste en que hay un plan para desprestigiarles orquestado también por los medios de comunicación.

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