Xi afianza su poder en un final del Congreso marcado por la salida obligada del expresidente Hu Jintao

El expresidente chino Hu Jintao es conducido por un delegado mientras el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang observan la ceremonia de clausura del 20º Congreso Nacional Congreso del Partido Comunista de China

La sesión de clausura del XX Congreso del Partido Comunista de China de este sábado ha estado marcada por una escena insólita: la salida bajo escolta del expresidente del país Hu Jintao (2003-2013) en plena sesión, bajo la mirada del hombre a su lado que le ha sucedido en el poder y se encamina a un histórico tercer mandato consecutivo en la secretaría general del partido, Xi Jinping, guía absoluto de los destinos del país durante, al menos, los próximos cinco años, según recoge Europa Press.

Las imágenes muestran cómo un bedel intenta levanta a Hu del asiento mientras el expresidente parece resistirse. Finalmente, el veterano político de 79 años se pone en pie y dedica unas breves palabras a la espalda de Xi, quien se limita a asentir, antes de dar una palmada en el hombro al primer ministro, Li Keqiang, su antiguo protegido, y encaminarse a la salida entre los disparos de las cámaras de fotografía que están captando el momento.

La agencia oficial de noticias china Xinhua ha informado que fue retirado de la ceremonia de clausura por motivos de salud. Según el portal digital de la agencia, Xinhuanet, Hu Jintao "había insistido en asistir a la ceremonia de clausura a pesar de que se estaba tomando su tiempo para recuperarse" de problemas de salud no especificados. "Dado que no se sentía bien durante la sesión, su personal, por su salud, le acompañó a una habitación adyacente para descansar", ha añadido la agencia en su cuenta de Twitter. El exmandatario "se encuentra ahora mucho mejor".

Las interpretaciones de los expertos abarcan desde un acto público de purga hasta una salida forzada por malestar -Hu ya había mostrado síntomas de debilidad durante la sesión de apertura del Congreso la semana pasada-. El único punto en común es la humillación que representa para Hu la salida forzada de un lugar que se resistió a abandonar: la primera bancada del hemiciclo.

Según CNN, las redes sociales chinas, enormemente controladas por las autoridades, no se han hecho eco de este momento y la propia emisión de la cadena estadounidense en el país fue "censurada en directo" cuando trataba lo sucedido.

El saludo final entre Hu y el primer ministro Li ha recordado los vínculos que ambos mantuvieron en la Liga Juvenil del Partido Comunista, una organización convertida en germen de la élite política -de la que Xi quedó excluido- que acompañó al expresidente durante su mandato, caracterizado en parte por cierto diálogo interno dentro de las facciones del partido.

Termina así su andadura el que, recuerda el instituto CIDOB de estudios internacionales, fuera el primer líder del Partido Comunista de China que no conoció como mayor de edad la ocupación japonesa, la guerra civil y el triunfo de la Revolución; con un incidente que remite en parte lo ocurrido en 2007, cuando un por entonces debilitado Hu Jintao se propuso afianzarse en el poder tras retirar del partido a los seguidores del anterior presidente, Jiang Zemin. El regalo final de Jiang fue el de elevar a Xi a la élite política china.

"Hu Jintao ha representado una China muy diferente a la de Xi Jinping. Dirigió un liderazgo mucho más colectivo y tuvo que equilibrar varias facciones representadas en el Comité Permanente del Politburó. Los años de Hu fueron vistos como una época de apertura al mundo exterior y una mayor tolerancia a las nuevas ideas", explica el analista y corresponsal de BBC en China, Stephen McDonnell.

La clausura del Congreso

Todo ello ha terminado de cambiar en el XX Congreso del Partido Comunista que ha concluido este sábado y en el que Xi Jinping asumirá un histórico tercer mandato consecutivo por vez primera de la secretaría general; y uno en el que el primer ministro Li quedará fuera del principal órgano decisorio del partido, su comité permanente, con vistas a la jubilación anticipada: una salida política tan destacada como la física protagonizada por el expresidente Hu.

Li, de 67 años, había avanzado en los últimos meses su jubilación y los expertos daban por sentado que pasaría a ocupar un segundo plano, por mucho que todavía estuviera a un año de la retirada obligatoria, una regla que no se aplica al secretario general del partido y el presidente del país, después de que él mismo eliminara el límite de mandatos y de edad para gobernar.

Junto a él se han quedado fuera otros veteranos del partido, como el presidente del Congreso Nacional del Pueblo, Li Zhanshu, de 72 años; el presidente de la Conferencia Política Consultiva, Wang Yang, de 67 años, y el vice primer ministro Han Zheng, de 68, confirma el South China Morning Post.

La disposición de Xi para "fortalecer la garantía del dominio popular del país"

En el congreso, presidido por el propio Xi, los miembros del Partido Comunista chino ha elegido a las 200 personas que dirigirán el Comité Central, así como a 170 suplentes, y que estarán al frente del partido durante los próximos cinco años. Los miembros del Comité Central responden ante los 25 miembros del politburó, quienes a su vez dependen del comité permanente del partido.

Xi, en su discurso final, ha hecho un llamamiento al nuevo Comité Central, a seguir "inquebrantablemente" el camino del desarrollo político del socialismo con peculiaridades chinas y a adherirse a "la unidad orgánica del liderazgo del partido".

Además, ha mostrado su disposición para "fortalecer la garantía del dominio popular del país" desarrollando "integralmente" la democracia consultiva, así como promoviendo "la democracia popular" y consolidando un "frente único patriótico", según ha detallado la citada agencia.

El presidente chino ha manifestado su deseo de "desempeñar mejor el papel del Estado de derecho" en la consolidación de los fundamentos, construyendo integralmente un país socialista moderno.

"Es necesario mejorar el sistema legal socialista con peculiaridades chinas con la Constitución como eje, promover sólidamente la administración basada en la ley, administrar justicia con rigor e imparcialidad y acelerar la construcción de una sociedad regida por la ley", ha añadido.

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Con todo, Xi ha recordar la importancia de implementar en las políticas del Comité Central "el concepto general de seguridad nacional", así como mantener la seguridad nacional durante todo el proceso "de todos los aspectos del trabajo del partido y del país".

"Es necesario mejorar el sistema de seguridad nacional, mejorar la capacidad de mantener la seguridad nacional, mejorar el nivel de gobernanza de la seguridad pública", ha aseverado el mandatario chino.

Xi se dirige así hacia la consolidación de su poder ante un "complejo ambiente a nivel internacional" y con "numerosos desafíos internos", como han hecho notar algunos miembros de la cúpula del partido, que destaca los logros "inusuales y extraordinarios" de un político cuya ascendente carrera sorprendía al principio a delegados y miembros de la que es la organización política más grande del mundo.

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