Shein abre tienda física en París en el edificio de un empresario que representa lo peor del capitalismo

Shein abre su primera tienda física en un edificio de BHV en París en medio de la polémica

Mathias Thépot (Mediapart)

La plataforma de moda ultrarrápida Shein ha inaugurado este miércoles 5 de noviembre, en Francia, concretamente en pleno centro de París, en los históricos grandes almacenes de la capital el Bazar de l'Hôtel de Ville (BHV), su primera tienda física en el mundo.

La implantación del gigante chino, que, hay que decirlo, cumple todos los requisitos para ser considerado el gran villano del capitalismo mundial, ha suscitado gran revuelo. “Escandaloso”, “muy chocante”, “la negación de todos nuestros valores”... son las expresiones que han usado varios vecinos mientras políticos parisinos de izquierdas —en particular Emmanuel Grégoire (Partido Socialista, PS), David Belliard (Les Écologistes) e Ian Brossat (Partido Comunista Francés, PCF)— se manifestaron ante el BHV de la calle Rivoli en el momento de la inauguración de la tienda Shein.

La plataforma china, que en 2024 alcanzó una facturación de 2.300 millones de euros en Francia gracias al comercio electrónico, se ha visto envuelta en una serie de escándalos. El 30 de octubre de 2025, la revista 60 millions de consommateurs descubrió que la marca de moda ultraefímera comercializaba muñecas sexuales tipo porno infantil. La Dirección General de Competencia, Consumo y Represión del Fraude (DGCCRF), una vez alertada, anunció que remitiría el caso al fiscal y ordenó retirar las muñecas de la plataforma.

Más recientemente, el miércoles 5 de noviembre, se supo que Shein vendía en su plataforma armas de categoría A, a la que pertenecen las armas de fuego. En Le Parisien, el diputado de Los Republicanos (LR) Antoine Vermorel-Marques también afirma haber presentado una denuncia ante la fiscalía.

Esto ha sido demasiado para el Gobierno de Sébastien Lecornu, que anunció este 5 de noviembre por la tarde “iniciar un procedimiento de suspensión” de la web de Shein en Francia, “el tiempo necesario para que la plataforma demuestre a las autoridades públicas que todos sus contenidos cumplen finalmente con nuestras leyes y reglamentos”.

Además, no es la primera vez que Shein se ve envuelta en escándalos: se le acusa de vender únicamente ropa desechable a precios muy bajos bajos, con una huella medioambiental deplorable, como explicamos aquí, y que contiene materiales potencialmente peligrosos para la salud de los consumidores. Todo ello producido por personas empleadas en condiciones laborales penosas, como se detalla en esta investigación.

La plataforma Shein ya ha sido condenada en Francia, en julio de 2025, a una multa récord de 40 millones de euros por prácticas comerciales engañosas. Por su parte, la Comisión Europea también emprendió, el 27 de mayo de 2025, una acción contra la plataforma por prácticas competitivas desleales.

Además, como cualquier multinacional que se precie, Shein ha puesto en marcha mecanismos para eludir los impuestos que prácticamente no paga en Francia. En resumen, permitir que la plataforma de comercio electrónico instale tiendas es una muy mala señal para los comercios físicos en Francia, que ya se encuentran en una situación muy delicada.

A Merlin le traen sin cuidado las polémicas

Pero a Frédéric Merlin, el polémico empresario propietario del comercio de BHV y al que Mediapart ha dedicado varias investigaciones, le importan un comino todas esas polémicas. El 3 de noviembre, en Instagram, se mantuvo firme, a pesar del escándalo de las muñecas sexuales con características pornoinfantiles: “He decidido no dar marcha atrás en mi decisión [de asociarme con Shein, ndr] porque estoy convencido de que es el sentido de la historia. […] Me niego a ceder ante el conformismo que cree poseer la verdad”, escribió.

Fingiendo no respaldar las prácticas más nocivas de Shein, Frédéric Merlin se limita a repetir en los platós de televisión que todos los artículos presentes en las estanterías de BHV cumplirán “estrictos requisitos en materia de calidad, trazabilidad, procedencia y conformidad con las normas francesas y europeas”.

Pero, en realidad, el anuncio de la llegada de Shein a las estanterías del BHV es más una huida hacia adelante de un empresario acorralado que un interés económico real para esos almacenes. “El Sr. Merlin sigue con su estrategia de generar expectación a toda costa”, lamenta el senador del PCF de París, Ian Brossat. Una expectación que permite ocultar a la mayoría la sombría realidad del estado financiero de BHV.

En las estanterías de esa tienda hace meses que faltan artículos porque las marcas están hartas de los impagos acumulados de Frédéric Merlin. Cabe recordar que BHV recauda el importe de las ventas —y, por tanto, de la facturación— de las marcas presentes en estantería antes de devolvérselo, descontando una comisión. Merlin lo hace a cuentagotas: los retrasos en los pagos ascendían a casi 30 millones de euros en la primavera de 2025.

Todas esas salidas provocan que el volumen de negocios del BHV se desplome estructuralmente: un − 30 % en julio-agosto de 2025 con respecto al mismo periodo de 2024, que ya fue muy malo debido a los Juegos Olímpicos, que ahuyentaron a los clientes habituales de ese gran almacén.

Aumentan los impagos y se marchan las marcas

Además, la situación de los impagos no mejora: según nuestra información, varias marcas ya han recurrido a los agentes judiciales para iniciar procedimientos de embargo de las cuentas bancarias de SGM, el holding de Frédéric Merlin. Algunos incluso están pensando en solicitar el concurso de acreedores.

En BFMTV, Merlin minimizó el tema de los impagos: “Debemos entre diez y quince días de facturación a nuestros proveedores”, dijo, cultivando una realidad paralela que puede llevar al fracaso al BHV, a sus empleados y a sus proveedores.

El anuncio de la llegada de Shein a BHV no ha hecho más que empeorar las cosas desde ese punto de vista: ha provocado la salida definitiva de numerosas marcas, lo que ha vaciado aún más las estanterías de la tienda.

Peor aún, el anuncio de la asociación con Shein incluso le costó a Merlin perder a su principal socio financiero para la compra de los locales de BHV a Galeries Lafayette: el Banco de Territorios, filial de la Caja de Depósitos y Consignaciones (CDC). “La SGM iba a ser el caballo de Troya de Shein en Francia, y eso no se correspondía con nuestros valores. Frédéric Merlin se equivoca por completo con Shein”, criticó el director general del grupo CDC, Olivier Sichel.

En resumen, las cosas van mal para el autoproclamado autodidacta del comercio en el centro de la ciudad, que ahora pone su salvación en manos de una de las empresas más problemáticas del capitalismo mundial.

El camelo del derecho a la moda esgrimido por Shein

“La moda es un derecho, no un privilegio”. Ese es el argumento estrella de Shein en sus campañas publicitarias, repetido en los platós de televisión y en las redes sociales por la influencer y lobista de la plataforma Magali Berdah. Ella elogia el hecho de que Shein conceda un “derecho a la moda” a aquellas personas que no pueden permitirse comprar ropa en las tiendas que hasta ahora han tenido un gran prestigio. Ese es también uno de los argumentos esgrimidos por el director del BHV, Frédéric Merlin, para acoger una tienda Shein en los locales de esos grandes almacenes. “No encasillamos a los clientes”, afirmó.

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Lo que quieren dar a entender es que Shein sería una respuesta a los excesos del capitalismo actual, demasiado centrado en sus márgenes y, por lo tanto, incapaz de ofrecer ropa a precios asequibles para la mayoría. Pero el argumento es bastante burdo, porque Shein no ofrece una alternativa al capitalismo globalizado. Al contrario, la plataforma reproduce el mismo modelo de extracción de valor que practican sus competidores y fomenta el consumo excesivo e innecesario. Es más, lo empeora, ya que Shein generaliza al extremo "la explotación a gran escala” de los trabajadores en China y de las energías fósiles. El argumento de que Shein es el benefactor de las clases populares al concederles el “derecho a la moda” es, por lo tanto, un camelo. A menos que se sea excesivamente cínico.

 

Traducción de Miguel López

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