CRISIS GANADERA
Qué es la peste porcina africana y por qué es la mayor amenaza para los productores de cerdo
El sector porcino español, que movió el año pasado 11.000 millones de euros, entró en pánico este viernes tras confirmarse dos casos de peste porcina africana (PPA), una enfermedad erradicada hace dos décadas en la península. El virus mató esta semana a dos jabalíes salvajes a las afueras de la ciudad de Barcelona, pero por ahora no hay indicios de que haya infectado a ninguna de las cinco granjas de cerdos que hay en la zona. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura confirmó este viernes que la mayor parte de las exportaciones fuera de Europa están congeladas, un shock para la ganadería española.
La peste porcina africana es la pesadilla de la industria del cerdo porque es un virus con una mortalidad de prácticamente el 100% y no hay una vacuna efectiva que pueda pararla. La buena noticia es que no puede saltar de ninguna manera a los humanos, pero las consecuencias económicas de la enfermedad son fatídicas, porque ningún país del mundo quiere arriesgarse a comprar carne contaminada que pueda infectar a su ganadería local. En Europa hay numerosos focos en el centro y el este del continente, así como en Italia, lo que durante años ha beneficiado a los productores españoles.
Emilio García Muro, director general de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura explicó este viernes a la prensa que la ganadería española se encuentra en este momento en una situación de calma tensa, puesto que podría tratarse perfectamente de un brote "contenido" en el pequeño territorio donde se localizaron los dos cadáveres –a apenas un kilómetro de distancia entre sí–. Por ahora se ha establecido un perímetro de 20 kilómetros para estudiar a otros jabalíes y las 39 explotaciones de cerdo que hay en la zona –cinco están a menos de 10 kilómetros de la zona cero–, aunque por el momento no se han detectado positivos en ellas.
Muro trató el asunto como una "mala, malísima noticia", puesto que el porcino representa el 40% del valor de toda la producción ganadera española, que el año pasado ascendió a 28.241 millones de euros. Se trata de la cuarta enfermedad importante que ataca este año las granjas españolas, tras la lengua azul, la dermatosis y la gripe aviar, pero la PPA es de lejos la peor.
La "vía del sándwich"
Además de no existir cura, la peste tiene una gran capacidad de supervivencia. Incluso pervive en alimentos procesados, hasta el punto de que el Gobierno valora que haya llegado a España por la "vía del sándwich", que supone que un jabalí haya podido comerse restos de carne de la basura que todavía tengan trazas del virus, por ejemplo dentro de un bocadillo.
Por este motivo, el portavoz del ministerio ha explicado que grandes compradores de cerdo español han cerrado por completo la importación de cualquier producto porcino, como Japón o México. Ahora habrá que iniciar una larga negociación con ellos para poder reabrir parcialmente la venta.
En todo caso, los ojos están puestos en China, el mayor comprador de cerdo del mundo, con el que casualmente España firmó un acuerdo de "regionalización" de crisis sanitarias hace apenas dos semanas. Este sistema, que también funciona con Estados Unidos, Reino Unido o Corea del Sur, supone que cuando estalla un brote de PPA, se establece alrededor un perímetro y ninguno de los mataderos de su interior puede exportar a ese país, pero el resto tiene vía libre. En el caso de China, ese perímetro es provincial y afectará a la provincia de Barcelona, donde hay 14 fábricas cárnicas. "Ese sería el mejor escenario de activación del protocolo", reconoció Muro, puesto que supondría que el foco queda contenido en una sola provincia. El año pasado, España exportó a China 1.100 millones de euros en productos porcinos.
Aunque el sistema de regionalización facilite el comercio, el ministerio bloqueó el jueves por la noche la exportación de cualquier producto porcino del país para evitar problemas en las aduanas a su llegada. Los acuerdos de regionalización empezarán a ponerse en marcha en los próximos días, pero son procesos complejos de negociación comercial que hay que abrir con los 112 países importadores de productos porcinos españoles. De los más de 400 tipos de productos derivados del cerdo que se venden al exterior, este viernes seguían bloqueadas 121 etiquetas, y el resto se pueden exportar en función del acuerdo adoptado con cada país.
Otra buena noticia es que dentro de la Unión Europea no hay veto alguno a la carne española, salvo a la de las industrias ubicadas dentro del perímetro fijado de 20 kilómetros. Esas 34 explotaciones, reconoció el director general, estarán sujetas a "condiciones muy duras" de revisión durante al menos un año, y ningún animal saldrá de ellas.
"Supermegaimpacto" para el sector ganadero
El sector cárnico español y los expertos en control de enfermedades llevaban meses advirtiendo de que esto podía ocurrir. Aunque en el este de Europa la peste está muy extendida, los ganaderos españoles llevan tanto tiempo sin verse afectados por ella que en los últimos años habían bajado la guardia, según advirtió en junio Miguel Ángel Higuera, veterinario y director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino.
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"Llevamos tanto tiempo machacando al sector para que esté precavido, que vemos que hay una cierta relajación, una cierta saturación", dijo el portavoz durante en una conferencia de sanidad animal. Higuera describió como un "supermegaimpacto" el daño económico que tendría una posible llegada de este virus a España por la reducción de las exportaciones porcinas. Un informe de expertos de la Plataforma Tierra califica la PPA como "la mayor amenaza para la industria porcina de España y a nivel mundial".
Precisamente la ausencia de esta enfermedad en la península ha permitido catapultar al sector porcino español hasta convertirse en el mayor productor de Europa y el tercero del mundo, porque le abre la puerta a países extremadamente proteccionistas, como Japón, pero este incidente podría cambiar radicalmente la situación.
Una vacuna ineficaz
La peste porcina africana llegó a la península ibérica en 1959, y fue erradicada en España en 1995, hasta esta semana. A diferencia de otras enfermedades víricas animales, no se ha desarrollado una vacuna eficaz contra ella, pero España participa en un programa europeo para tratar de desarrollarla. En todo caso, Miguel Ángel Higuera también se mostró en junio escéptico de que vaya a resolver el problema, porque si solo protege al portador de fallecer por la peste, el virus podría expandirse todavía más rápido. "Una vacuna que no mate el bicho y dejarlo correr por ahí sería mucho más peligroso", advirtió.