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Javier Santaolalla: "Perdemos la curiosidad y la vida empieza a parecerte anodina"

Lucía Díaz

Físico de partículas, ingeniero de telecomunicaciones y divulgador científico que ha encontrado en YouTube el medio para difundir el conocimiento que ha adquirido durante sus 15 años de estudio. Javier Santaolalla lleva a sus espaldas lleva una ingeniería, un grado en Física, un máster en Física de Partículas y un doctorado que han logrado ser la clave del éxito de este burgalés de nacimiento y canario de corazón. Además, una gran vocación de comunicar, un lenguaje cercano y mucho humor.

Con nueve años se mudó a Canarias. Por aquel entonces, nadie podía imaginar que acabaría cumpliendo un auténtico hito profesional: participar en el descubrimiento del Bosón de Higgs (comúnmente conocido como "la partícula de Dios", una partícula elemental del modelo estándar de física de partículas) durante su estancia en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, siglas en inglés) en Suiza.

Santaolalla tuvo muy claro, desde el primer momento que empezó a usar las redes, qué objetivo perseguía: "Se tiene una percepción de la ciencia que no es acorde a la realidad. Yo tenía esas ganas de aportar algo, de cambiar esta percepción creando y conectando con la gente". En sus tres canales (Date un Voltio, Date un Vlog y Date un mi) ya está cerca de los dos millones y medio de suscriptores, los cuales están enganchados a su particular forma de acercar la ciencia.

Algo en común con los superhéroes

Es fundador de Big Van: ciencia sobre ruedas, un proyecto en común con otros científicos con la clara intención de divulgar la ciencia de manera atractiva a todo tipo de públicos. Pero... ¿qué tiene de especial Javier Santaolalla? Curiosamente, algo en común con los superhéroes: se encuentran entre los mortales, pero tienen la capacidad de transformar el mundo. Este físico de partículas es también autor de seis libros de divulgación científica, entre ellos El bosón de Higgs no te va a hacer la cama, que ya va por la décima edición. Tuvo que escoger entre continuar investigando e impartiendo clases en la universidad o dedicarse a la comunicación: "Cuando se hizo incompatible hace cinco años, tuve que escoger y me decanté por la comunicación de la física. YouTube es solo una pata porque sigo haciendo otros tipos de proyectos. Viajo mucho para dar conferencias, pero en general es imposible compatibilizar el trabajo de divulgación con investigación, lo extraño, pero estoy volcado con la comunicación y la educación en ciencia porque creo que hay una necesidad de comunicar la física de manera diferente".

Santaolalla asegura que para revalorizar la ciencia en España todo pasa por un reconocimiento económico, político y social: "Los presupuestos no están al nivel de otros países y no somos un país tradicionalmente que apueste por la investigación y la innovación, y eso tiene sus consecuencias". Explica por qué se ha extendido siempre en España la famosa fuga de cerebros: "Los españoles con más talento se acaban yendo fuera, no solo por dinero, no es una cuestión económica, aunque también es verdad que fuera se gana más, sino por una cuestión de medios. En países como Inglaterra, Suiza o Estados Unidos tienen más posibilidades de competir porque tiene equipos más nutridos y mejores investigadores y, también, por una cuestión que se habla muy poco y es tener una coherencia de carrera investigadora. En España puede pasar que con cuarenta años de repente te quedes sin contrato y te quedes en la calle. Es impensable en muchos países que un profesional muy bien formado se quede sin contrato ministerial y aquí en España vas firmando contratos de dos años en dos años. Te puedes ver en los cuarenta y pico con contratos temporales pudiendo trabajar en cualquier empresa del mundo con muy buenas condiciones".

El reto que Santaolalla plantea para nuestro país es, básicamente, sacar a España de la segunda división. Utiliza la analogía futbolística para aportar una visión más clara: "Estás jugando con mejores jugadores, con mejores condiciones y por lo tanto puedes rendir más. Una carrera investigadora en un país de primer nivel te da obviamente muchas más posibilidades. Lo que ocurre en España es que hay peores condiciones a la hora de desarrollar tu carrera investigadora".

Hay que cambiar la percepción de la ciencia

Tras acabar el doctorado en Física de Partículas en Suiza, en 2012 se tomó un año sabático en el que se dio cuenta que había muchas personas que, como él, habían pasado por una adolescencia un poco perdida donde no habían encontrado el camino. Sentía que podía hacer algo por ellos: "Sentí esa necesidad social de motivar a personas con sus estudios particularmente hacia la ciencia". Creó una app de ciencia con un grupo de compañeros que, poco a poco, fue derivando a otros proyectos: "He trabajado en radio, he escrito libros, he hecho cositas en teatros y finalmente acabé en YouTube con el objetivo final de que la gente se pueda enganchar a la ciencia". ¡Y de qué manera! Como el flautista de Hamelin, Santaolalla hechiza a su audiencia con su particular forma de transmitir la ciencia: "Es muy importante lograr que desaparezca ese rechazo a la ciencia. No me preocupa que sea difícil, sino que sea aburrido o pesado y eso haga que la gente huya o le tenga miedo. Hay que cambiar eso".

Considera que la percepción de la ciencia sigue siendo uno de los mayores retos a cambiar en el siglo XXI. Se sigue mantenindo una visión negativa y a muchas personas les alejan muchas facetas de sus disciplinas. Santaolalla explica que son numerosas las formas de empezar a cambiar esta percepción, como la forma de expresarla, la forma de enseñarse y el objetivo científico: "Yo intento contribuir a hacer ese cambio. Creo que todos somos parte de la solución y la solución tiene que ir desde las escuelas, las casas, y por supuesto el mundo laboral. Creo que se falla a varios niveles. Esta percepción negativa que se tiene de la ciencia existe porque no refleja cómo es la ciencia en sí. Si se consigue transmitir bien la ciencia con un lenguaje más cercano, ahí se habrá dado un gran paso".

Coincide con muchos educadores en que, si no hay contacto con la realidad, uno se pierde y no hay nada más cierto que afirmar que todo aspecto de la vida está asociado a la ciencia: "Se puede canalizar con un aprendizaje que aporte algo a tu vida, que sirva para poder responder preguntas". Una de las maneras más efectivas de comenzar a derrumbar esta gran barrera es, a su juicio, mediante la implementación de la clase invertida, de la que ya habló David Calle en conversación con infoLibre. Un gran número de divulgadores ya persiguen este objetivo, al igual que Javier Santaolalla que explica la ya existente transición educativa: "Me consta que hay muchas escuelas y profesores que aceptan nuevas técnicas y herramientas que, desde luego, reflejan que ha habido un despertar desde el punto de vista de la educación". También ha generado una disparidad enorme, ya que todavía hay escuelas que siguen enseñando "a la antigua", mientras que un número importante de escuelas ya implementa prácticas más interdisciplinares.

"Le hablo a mi yo de 17 años"

Nos confiesa el truco que emplea en sus vídeos: "Trato de imaginar que se lo estoy explicando a mi yo de 17 años. Me habría gustado que me contaran las cosas de manera diferente". Intenta crear nuevas vocaciones, pero en ningún caso su trabajo sustituye al del profesor: "Me gusta verme como un aliado del profesor. Lo que hago no es enseñar, pero creo que hay que transformar la dinámica de clase".

A Javier Santaolalla le preocupa, y ahora más que nunca, la poca vocación científica que hay actualmente: "Trabajé en un proyecto europeo de investigación, y es una preocupación a nivel público, a nivel político europeo e incluso mundial. Este problema hay que atacarlo en la escuela y sí, pasa por hacerlo más dinámico, más práctico, más interactivo, donde el alumno pueda explorar sus propias capacidades". La solución está aquí, solo hay que empezar a implementarla al máximo nivel.

No es tarea fácil explicar la física a un público no especializado. Durante estos cuatro años, publicando regularmente sus vídeos, ha logrado crear una gran comunidad en la que no sólo interaccionan con Javier sino entre sí. ¿Qué tipo de radar utiliza Javier Santaolalla para saber qué campo explorar y cuál no? El truco está en escuchar a la comunidad: "Tardé un tiempo en encontrar mi forma de comunicar. Cuando digo que mis suscriptores son parte del proyecto, no son receptores pasivos que lo disfrutan y lo comparten, sino que de verdad tienen un papel importante en cómo comunico, qué comunico, los consejos, las cuestiones que tienen y las sugerencias que me han ido aportando".

Sus vídeos tratan temas muy diversos. Algunos de sus títulos: El legado de Stephen Hawking, Creamos plasma casero con el microondas, Las auroras boreales nos mantienen con vida, Estados de la materia que no conoces, Enigmas del universo. Pero no solo habla de ciencia. En su canal más personal (Date un mi) habla de otras temáticas y hoy nos ha trasladado un consejo para los lectores de infoLibre: "Es muy importante recordar por qué haces lo que haces, y no perder esa visión. Para lo que sea. Hay una palabra que a mí me encanta que tienen los niños y los adultos perdemos: el asombro. Perdemos la curiosidad y la vida empieza a parecerte anodina. Creo que esa virtud de no perder nunca la capacidad de asombro es lo que hace que puedas mantener ese espíritu de niño que tan importante es para la ciencia".

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La separación social entre facciones es peligrosísima

Ya nos encontramos en la recta final del confinamiento y comunicadores como él han estado durante estas semanas aportando su pequeño átomo: "Hay una carencia enorme de comunicación. Me he formado para esto y creo que tengo una gran responsabilidad, como diría Spiderman. He pasado mi confinamiento trabajando muy intensamente, intentando contrarrestar todo ese ruido y falsa información, apoyando a la sociedad desde mi perspectiva". Le preguntamos también sobre su futuro, sus espectáculos sobre ciencia: "Estoy preparando uno nuevo. Me hacía muy feliz estar en el escenario y ya cuento los días, aunque serán meses, para volver a repetir esas emociones al subirse al escenario y compartir ya no través de la cámara sino piel a piel la pasión por la física".

Como despedida, Javier Santaolalla nos deja un mensaje: "Estamos viviendo una etapa muy delicada porque está habiendo mucho enfrentamiento y muchas disonancias. Es peligroso tensar tanto la cuerda. En España creo que nunca ha habido tanta separación entre facciones y es peligrosísimo. Lo vemos en Estados Unidos, en América Latina. No es señal de nada bueno. La ciencia nos enseña a cooperar, a colaborar, a buscar puntos de encuentro y armonizar. Espero que la ciencia también sea un vehículo para unirnos, para conectarnos, es un idioma universal el de las matemáticas y la física, que hace que personas que no se hablan o sean de diferentes religiones o países se entiendan. Usemos la ciencia para el mejor fin, que es para hermanar y crear un mundo mejor".

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