Benidorm Fest: un gran triunfo de RTVE... ensombrecido por el resultado final

Chanel atiende a la prensa tras ganar el Benidorm Fest.

El Benidorm Fest ha sido un gran triunfo para RTVE. En la final de este sábado ha obtenido un 21% de cuota de pantalla, y al borde de los tres millones de espectadores, que se suman al liderazgo en las semifinales de miércoles y jueves con el 12 y el 14% respectivamente. Al margen de porcentajes y cifras, la realidad muestra que los tres programas especiales lograron una enorme repercusión en múltiples ámbitos. Y falta le hacía a la televisión pública que, más allá de las pobres cifras que cuantifican cada día los medidores, carece desde hace tiempo de impacto en la sociedad, ese que obtienen de continuo sus dos grandes competidoras comerciales y que se traduce en ser tema de conversaciones en la calle y en trabajos y ocio. Pero esta semana, no. Desde el miércoles hasta este mismo domingo, TVE ha salido de esa atonía que la hacía ser irrelevante para el gran público y estar omnipresente a nivel popular. 

Y lo ha conseguido por una suma de factores que intentaré analizar. El primero es que, en esta ocasión, la dirección de RTVE se ha tomado en serio el festival de Eurovisión desde la preselección de participantes, con un alto nivel de calidad, y con una variedad de estilos y contenidos musicales casi nunca vista. A partir de ahí, RTVE se ha volcado en la promoción del festival, con anuncios que han llegado hasta la saturación pero, y esto es lo más sustantivo, incluyendo en la mayor parte de la programación noticias, avances, curiosidades y actividades de los equipos desplazados a Benidorm, hasta lograr que cada una de las fases se convirtieran en asunto de actualidad, al punto de ser glosado incluso en espacios de la competencia.

Yendo a las galas en sí, hay que resaltar que se ha producido un salto cualitativo. No se ha transmitido un concurso, sino que se han sustanciado tres programas de televisión actual, con la utilización de recursos tecnológicos de última generación al servicio de una dirección y realización espectacular. Así, se han reducido las duraciones dilatadas de antaño, se han eliminado tiempos muertos entre actuaciones, a pesar de los grandes cambios que se producían en el escenario para acoger coreografías adaptadas a cada uno de los intérpretes. Un único escenario para todos ellos, pero que aparecía distinto merced a un impecable trabajo de iluminación. Y de ese ritmo trepidante mientras sonaban las músicas, se transitaba al pausado, hasta enfático, para dar a conocer las votaciones y reacciones de los participantes. Han sido, en definitiva, tres grandes exponentes de una muy buena televisión, actual, divertida y extraordinariamente hecha.

Con todo, la final de este sábado se vio lastrada por un inicio de casi quince minutos dedicados al resumen de los días anteriores, en clara disonancia con el arranque brioso que ha de tener cualquier espectáculo.

Fiasco final

Durante los tres días de concurso, las redes sociales han estado muy pendientes de lo que salía en pantalla. Concretamente Twitter ha estado durante muchas horas encabezado por el epígrafe Benidorm Fest, acompañado en los siguientes puestos por los nombres de concursantes, canciones y presentadores, al punto de ocupar en algunos momentos los cinco primeros puestos y sumar miles y miles de mensajes.

Nadie recordaba que por votación estrictamente popular se eligió a un Chikilicuatre que causaba vergüenza ajena, o que las triunfadoras Massiel y Salomé fueron designadas por la dirección de TVE sin oír opinión alguna

Todo un éxito... que se transformó en fracaso, expuesto de manera airada, al dar como ganadora a Chanel, frente a las opciones de Rigoberta Bandini y Tanxugueiras, que fueron las que obtuvieron mayor apoyo popular, pero no del jurado, y a las que las redes sociales habían dado como favoritas de manera abrumadora. A partir de ese momento se producían fuertes críticas al jurado, con descalificaciones que clamaban contra su veredicto e incluso pedían que solo se atendiera en próximas ocasiones a los votos populares. Nadie recordaba que por votación estrictamente popular se eligió a un Chikilicuatre que causaba vergüenza ajena, o que las triunfadoras Massiel y Salomé fueron designadas por la dirección de TVE sin oír opinión alguna. 

En cualquier caso, parece evidente que el gran triunfo profesional de RTVE ha quedado empañado por la polémica en la elección de la representante en Turín el próximo mayo.

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