Test para elegir alcalde o alcaldesa

En el ecuador de la campaña electoral sabemos ya algunas cosas. La primera, que cada vez hay más electores que deciden su voto a última hora durante la misma campaña. Esta vez, uno de cada cinco, como se muestra aquí. Esto es en buena medida consecuencia del multipartidismo, que provoca que en ambos bloques ideológicos existan varias opciones entre las que elegir. Los indecisos no suelen serlo entre izquierda o derecha, sino entre las distintas opciones que existen en la izquierda y en la derecha.

La segunda constatación es que no hay forma de centrar la campaña de municipales y autonómicas en debates que tengan que ver con las competencias propias de ayuntamientos y comunidades autónomas. La pasada semana fue la polémica por la inclusión de personas condenadas por delitos de sangre en las listas de Bildu y la resurrección de ETA de boca de Ayuso. Luego, la discusión ha girado sobre los excesos publicitarios (en Madrid, particularmente) o las frases más contundentes y genéricas pronunciadas en los mítines o vertidas en las redes por los candidatos o sobre todo por los líderes y lideresas de cada formación. 

La tercera constatación es que, si las encuestas no se equivocan mucho, no pocos gobiernos autonómicos y unos cuantos municipios se van a decidir por la mínima. Conforme los días pasan, el panorama no sólo no se aclara sino que la incertidumbre crece. Pese a que en los cuarteles generales electorales se quiera exhibir tranquilidad, es imposible disimular el nerviosismo que acompaña a la incertidumbre. Y es que el 28M por la noche, aunque quedarán muchas incógnitas por resolver respecto a quién forma gobiernos, una pregunta se habrá contestado: ¿Estamos en un cambio de ciclo político impulsado por un nuevo vendaval conservador?, ¿o las izquierdas movilizan a los suyos y aguantan el pulso?

En este panorama, lo más sensato que una puede aportar al debate, con clara vocación de ayuda para quien la quiera, es una lista de las cuestiones claves que, desde mi personal y subjetivo punto de vista, creo que deberían preguntarse a quienes aspiran a regir nuestras ciudades y pueblos. En ocasiones habrá que ir a leer el tedioso y desconocido programa electoral; en otras, cotillear por las redes en busca de propuestas; y seguro que en no pocas se podrá preguntar al candidato directamente. Es lo que tiene la política local, la cercana, la que la ciudadanía percibe.

Si aún quedan dudas sobre a quién votar, la prueba del algodón: todas estas medidas, ¿las va a poner en marcha usted dejando que el mercado opere y reproduzca o agrande las desigualdades existentes?

La primera cuestión del “test para elegir alcalde o alcaldesa” es urgente desvelarla porque la tenemos encima: ¿Qué tiene previsto hacer para gestionar las olas de calor que ya empiezan a sucederse? ¿Existe un plan de refugios climáticos, se podrán crear con la celeridad debida zonas de sombra y frescor? Para lo que no dé tiempo a llevar a cabo de manera inmediata, ¿qué hará a medio plazo a fin de adaptar la ciudad a los rigores de las temperaturas extremas del cambio climático? ¿Alguna idea respecto a recuperación de zonas verdes, humedales, etc.? Solo con estas respuestas, podríamos ir ya descartando unas cuantas candidaturas.

Por otro lado, y para valorar si las contestaciones anteriores son creíbles, conviene indagar sobre la transformación que cada cual proponga para el urbanismo, la movilidad, la vivienda, la gestión del agua y de los residuos. ¿Qué planes tiene para fortalecer las dimensiones de la ciudad compacta? ¿Algún desarrollo urbanístico a las afueras de la ciudad que siga malgastando recursos y sea mucho más costoso, además de obligar a sus vecinos a depender del transporte privado? ¿Cuánto dice usted que va a incrementar las partidas de transporte público en la ciudad? ¿ Y sus planes de peatonalización, hasta dónde llegan? ¿Algún otro planteamiento novedoso e innovador para sacar al coche del corazón de las ciudades?

Si aún quedan dudas sobre a quién votar, la prueba del algodón: todas estas medidas, ¿las va a poner en marcha usted dejando que el mercado opere y reproduzca o agrande las desigualdades existentes? ¿Podría enseñarme su plan de transición justa que exija que todas estas transformaciones se lleven a cabo con criterios de justicia social apoyando de forma especial a quienes más pueden verse perjudicados?

Con la prudencia que la casuística obliga, no creo que me equivoque mucho al decir que en las respuestas a estas preguntas encontraremos, sin duda, a quién dar nuestro voto; es decir, en quién depositar nuestra confianza en estos momentos, cuando las ciudades necesitan transformarse a fondo para proteger la vida de sus vecinos y vecinas. 

Que ustedes lo voten bien.

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