Torrejón, un modelo mortal Pilar Velasco
El curso político en España da síntomas de haberse adelantado y haber dado comienzo con una fuerte intensidad. Los últimos diez días han estado dominados por el fuego, después de las razzias en Torre Pacheco o la discriminación institucional hacia los musulmanes en Jumilla. La actualidad se devora a sí misma. Esta semana hemos visto cómo se recrudecía el combate político entre PSOE y PP bajo las llamas que hacían arder a media España. Y efectivamente, en los próximos meses podremos ver cómo la protesta agraria se recrudecerá, especialmente, contra el Gobierno de Pedro Sánchez.
Arden los bosques y los pueblos y arden, mayormente, en los territorios del campo de Ourense, Asturias, León, Zamora, Ávila, Cáceres y Badajoz. La ruta de la plata se ha convertido en la ruta del fuego y no es difícil pronosticar que el fuego se convertirá en protagonista de las elecciones autonómicas de Castilla y León de 2026. Veremos qué quiere el agro y cómo se moviliza el voto entre PP y Vox. Veremos qué papel juega entre ambos el fuego y cómo resolverá su futuro político Mañueco.
No conviene olvidar que la protesta del agro se encendió hace unas semanas, cuando la Comisión Europea anunció una reducción de la PAC del 20%. El importe total de los compromisos de la PAC hasta 2027 se sitúa en 386.602,9 millones de euros. La PAC es la segunda política más importante en materia de financiación europea. Significa el 25% del presupuesto actual. Menos PAC y más rearme. Esa es la idea que subyace en el borrador que la Comisión Europea está elaborando en estos momentos, tras los últimos compromisos aprobados en la cumbre de la OTAN celebrada el mes pasado en La Haya.
Y menos PAC puede significar también más Vox. Todo, en definitiva, tiene un vínculo con el fuego. Del alfiler al elefante. Así titulaba Manuel Vázquez Montalbán su columna en Telexprex en los años 70. De lo local a lo global, que diría Juan Cueto, en las páginas de El País. Hay toda una serie de columnistas que han tenido la habilidad de ver cómo aquello que sucedía en una pequeña ciudad se impregnaba de las coyunturas políticas internacionales. La geografía política se jibariza hasta el punto de que lo que sucede en el estrecho de Malaca tiene consecuencias en un diminuto municipio de Extremadura. De las llamas en Las Médulas a las decisiones de Bruselas. De la historia podemos decir que toda es contemporánea, porque si nos sirve y nos apasiona es para entender el presente. De la política también podemos decir que toda es internacional, porque hoy en día más que nunca no es posible situarse en el propio espacio de derechos y deberes ciudadanos sin comprender lo que pasa en el ancho mundo
Mientras el agro reclama ayudas al campo para cubrir los estragos de los últimos incendios, la Comisión Europea planea el recorte de la PAC. La decisión del gobierno de Ursula von der Leyen se convertirá, probablemente, en combustible para Vox, en España, en energía para el Frente Nacional en Francia o en gasolina para Alternativa para Alemania, cuyo país es el mayor inversor en gasto militar de la UE en los últimos años. La Comisión Europea ha impulsado el plan ReArm Europe/Readiness 2030, que busca movilizar 800.000 millones de euros para reforzar la defensa de la UE, permitiendo a los Estados miembros destinar hasta el 1,5% de su PIB a defensa sin ser penalizados por déficits presupuestarios.
Puede que, a partir del próximo año, nos acostumbremos a escuchar el rugir de los Leopards desde las factorías de Ángel Escribano en Gijón, pero también de los tractores de la España rural rodando en dirección a Madrid desde cualquier punto de la geografía. Bruselas intenta poner sobre la mesa un fondo generalista en el que la agricultura deja de ser una prioridad, pierde recursos y pierde protagonismo. Esta nueva PAC, de aprobarse, supondría un antes y un después para el medio rural. Menos PAC es menos seguridad alimentaria y menos soberanía para Europa.
¿Y qué hace el Gobierno de Sánchez? Por el momento, afronta la catástrofe de este verano desde diversos frentes. Marlaska ha trabajado a tres turnos en todos los canales de televisión junto a Sara Aagesen y Margarita Robles. Pero uno de los campos de batalla abiertos es, sin duda, el agrario. Y es por eso que ha vuelto a emerger la figura de uno de sus mejores ministros, Luis Planas, responsable de la cartera de Agricultura, Pesca y Alimentación. Planas, PSOE caoba, hombre de una sensatez, perspicacia y, sobre todo, de una gran capacidad negociadora, un auténtico “apagafuegos”, explicó este jueves que las ayudas que se van a destinar para agricultores y ganaderos afectados por los incendios se abordarán en una comisión interministerial después de que el Consejo de Ministros declare el martes las zonas afectadas por una emergencia de Protección Civil (zona catastrófica) y cuando se cuente con la “fotografía” de todo lo que ha ocurrido.
Tenemos fuego, tenemos Torre Pacheco, tenemos una política migratoria endurecida tras el acuerdo cerrado, hace un año, en el Consejo Europeo, tenemos Vox y Aliança Catalana, crecientes, tenemos a Orban y a una derecha europea menguante
La fotografía transcurre, pues, en varios sitios a la vez: en la España rural, en la Madrid capitalina y urbanita de Ayuso y en las frías y transparentes fachadas de Bruselas. Y la imagen sigue un patrón político. Planas, inteligente, se ha comprometido a que el Gobierno apoyará la reconstrucción de las zonas afectadas, comparando la situación con la dana que sufrió en octubre Valencia o el volcán de la Palma.
Iremos viendo cómo se resuelve todo en las elecciones de Castilla y León, las primeras junto a los comicios de Andalucía. El campo hablará. Y nos servirá también para conocer cómo se sustancia el experimento que a lo largo de este verano se ha desarrollado en el laboratorio de Murcia, donde la extrema derecha de Vox ha activado el motor de las políticas identitarias y xenófobas y ha podido comprobar los buenos resultados mediáticos que dan. Que nadie diga que el dinero de Vox, procedente de la estrategia de Viktor Orbán en Europa, no está bien invertido.
Tenemos fuego, tenemos Torre Pacheco, tenemos una política migratoria endurecida tras el acuerdo cerrado, hace un año, en el Consejo Europeo, tenemos Vox y Aliança Catalana, crecientes, tenemos a Orbán y a una derecha europea menguante. De Torre Pacheco y el fuego en Jarilla, en Tres Cantos, a Madrid y Bruselas. Del alfiler al elefante. Tenemos todo eso, sí, y también tenemos a Luis Planas. Atentos.
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