ELECCIONES CATALANAS

El disputado voto constitucionalista: el PP busca crecer en un caladero en el que el PSC no prevé desgaste

El líder del PSC, Salvador Illa, habla por teléfono en los pasillos del Parlament durante el debate de totalidad de los Presupuestos.

Cataluña se lanza a las urnas. Y lo hace en un contexto diferente a las anteriores citas electorales, con una pugna muy dura dentro del independentismo y con un PSC como gran favorito ahora mismo en las encuestas. Todo eso con el vaso comunicante de que Junts y Esquerra son socios de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, donde acaban de sacar de la mano la proposición de ley de amnistía.

Los parámetros electorales en Cataluña no son iguales que en el panorama nacional. Y uno de los focos estará puesto en el llamado durante años voto constitucionalista, que se nutrió en parte de las localidades en la periferia de Barcelona y que fue determinante para que Ciudadanos fuera la primera fuerza en las elecciones tras la aplicación del artículo 155 en 2017. Un nicho del que se nutrió luego Salvador Illa para que los socialistas catalanes se impusieran el 14 de febrero de 2021, en una cita en plena época pandémica.

Ahora ese espacio puede volver a ser decisivo en la correlación de fuerzas de las elecciones, un electorado en el que incluso ha intentado entrar en las últimas convocatorias Esquerra Republicana. La apuesta por la independencia está en sus niveles más bajos desde hace años, pero los partidos soberanistas volverán a tirar de esa pulsión. El PSOE espera que sea exitosa su estrategia “transversal” que pasa por la hoja de ruta del reencuentro, mientras que el PP, Cs y Vox confían en pescar en ese caladero atacando a Illa con el supuesto descontento por la aprobación de la medida de gracia. Un maremágnum que nadie se atreve a pronosticar cómo acabará.

Orriols: "Los votantes del PSC están mayoritariamente a favor de la amnistía"

Lluís Orriols, vicedecano del grado de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid, hace el siguiente análisis: “La cuestión identitaria sí va a importar, esas coordenadas siguen siendo fundamentales para entender la política catalana. Pero es cierto que detectamos en las últimas contiendas electorales que las orillas ideológicas son cada vez más porosas. Las transferencias del 23J de votantes de ERC y de Junts hacia el PSC fueron considerables. El tema identitario es importantísimo, pero no estamos en ese momento tan rígido como hace cinco años”.

“Sobre el desgaste de la amnistía, hay que tener en cuenta que las opiniones públicas catalana y española están muy diferenciadas. En el contexto nacional es muy divisiva y genera una oposición muy grande entre los españoles, incluyendo votantes socialistas, aunque cada vez la racionalizan más”, agrega. Para continuar: “En el caso catalán no es así, existe un mayor consenso. Y lo que es más importante: los votantes del PSC están mayoritariamente a favor”.

A lo que apostilla Orriols: “Esta cuestión se vive de forma distinta en Cataluña. No va a tener un efecto de desgaste para el PSC. Lo que sí puede provocar es que Carles Puigdemont pueda ser un actor muy revulsivo. De hecho, ERC también adelanta porque sabe que él puede ser muy dañino electoralmente para ellos. Hay muchos votantes de Esquerra que tienen mejor opinión del expresidente que de Aragonès”.

Cataluña, un contexto electoral diferente al nacional

El Centre de Estudis d’Opinió de la Generalitat preguntó por la ley de amnistía en noviembre durante las negociaciones: el resultado fue de un apoyo de seis de cada diez catalanes. La norma era avalada también por los votantes del PSC en su mayoría, aunque el electorado estaba más dividido que en las otras formaciones (un 49% a favor frente a un 41% en contra). El apoyo a favor por partidos fue: ERC (94%), Junts (94%), CUP (94%), los comunes (83%) y PSC (49%).

En cambio, el respaldo es minoritario, según este barómetro, entre los electores de Cs (33%), PP (20%) y Vox (6%). Ese porcentaje de apoyo del 60% se invierte precisamente cuando se ve a nivel general, como recogía la encuesta de 40dB para El País y la Cadena Ser el pasado mes de diciembre, en la que se reflejaba que el 60% de los españoles consideraba injusta y un privilegio esta medida de gracia. Pero también reflejaba que sí contaba con mayoría de respaldo en Cataluña y Euskadi (las dos autonomías que van ahora a elecciones en abril y mayo).

En La Moncloa, en Ferraz y en el PSC, según las fuentes consultadas, rechazan que la amnistía vaya a recortar posibilidades de victoria a Salvador Illa. De hecho, insisten en que los catalanes van a premiar esa hoja de ruta por la convivencia y ese intento de curar las heridas dentro de Cataluña y con el resto de España. “Estamos en un cambio de ciclo”, sostiene una alta fuente del Gobierno. En el círculo de Sánchez dicen que el proyecto de Illa es “muy transversal” y descartan que la amnistía les perjudique. Además, ante la hipótesis de que puedan perder apoyos por esta norma, insisten en que les beneficia “lo que hay al otro lado”. Una cosa puede ser que algunos votantes no estén de acuerdo al cien por cien y otra que quieran que “ardan” las calles apoyando a PP y Vox, como analizan los socialistas. 

El PP busca comerse a Cs

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Lo que sí creen altos dirigentes del PSC es que el PP subirá respecto a los anteriores comicios “porque se comerá lo que queda de Cs y habrá trasvase de Vox”. Pero no sostienen que ese incremento pueda llegar desde su electorado. Desde Génova 13 marcan las diferencias con los socialistas. “Lo que no haremos es pedir el voto a los constitucionalistas para dárselo a los independentistas”. Esperan que ese mensaje cale durante estas semanas, como ya ha empezado a lanzar el propio Alberto Núñez Feijóo. Los populares están en conversaciones con Ciudadanos para presentarse de manera conjunta bajo las siglas del PP, como recuerdan fuentes del partido. En Cs, señalan en la dirección, creen que es pronto para saber si pueden quitarle votos al PSC por la amnistía.

Para el politólogo Toni Aira, el factor determinante sobre la dinámica vendrá marcado por si se presenta Carles Puigdemont, que ha amagado con hacerlo. “Entonces será inevitable que el eje Cataluña-España lo centro todo, salvo sorpresa”. Ciudadanos tuvo su gran momento en 2017, recuerda, pero también lo condiciona a que el PSC vivía un muy mal momento: “Entonces no levantaban cabeza. Pero clásicamente cuando al PSOE le va bien y está en Moncloa, el PSC también lo recoge”. 

“Hay que tener en cuenta que una parte del voto naranja ya ha vuelto al socialismo y también que otra parte puede entender que votar al PSC es la forma más útil de frenar al independentismo”, reflexiona el director del Máster en Comunicación Política Institucional de la UPF-BSM. “Y también el PP le va a hacer el bocadillo a Cs por la parte del voto más a la derecha. Va a subir bastante”, remacha. Pero dice que todo dependerá también de la campaña y la dialéctica que se instaure: “Cs es una marca del pasado y muy quemada”.

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