GALICIA
El escudo social reduce la pobreza infantil con las familias monoparentales como reto en Galicia
Los indicadores de pobreza hace tiempo que vienen señalando a las familias con menores a su cargo –y por lo tanto a los propios menores– como la parte de la sociedad que más ufre problemas de carencia material en nuestra sociedad. Mientras que hasta hace un par de décadas esta realidad afectaba más a la población de más edad (hasta el año 2008 las personas de más de 65 años eran quienes registraban mayores tasas de pobreza en Galicia), la estabilidad de las pensiones de jubilación parece tener garantizado un mejor sostenimiento vital de la tercera edad en nuestro país.
En cambio, esos mismos indicadores habían venido señalando elevadas tasas de pobreza y exclusión en las personas menores de 25 años, con tasas muy superiores a las del conjunto de la población. Sin embargo, la situación parece estar mejorando desde el año 2020 (la pandemia de covid elevó las tasas de pobreza), y lo hizo especialmente en el pasado año 2024, en buena medida gracias a las políticas públicas puestas en marcha tanto por el Gobierno central como por la Xunta.
El último informe del Estado de la Pobreza en Galicia, elaborado por EAPN Galicia - Rede Galega de Loita Contra a Pobreza e a Exclusión Social, destacaba que las medidas del Estado de Bienestar evitan que 760.000 personas entren en la pobreza en Galicia, con una atención especial a los menores y a sus familias.
Así, la tasa de pobreza infantil en Galicia, que llegó a ser del 30% en el año 2020, cayó en el año 2024 hasta el 13,5% y la tasa de pobreza severa pasó del 14,5% al 5% en este tiempo. De hecho, los datos de 2024 muestran que la población más joven dejó de ser la que sufre más pobreza en Galicia e incluso se invirtieron las situacioens de las familias sin menores al cargo y las familias con menores. En el último año, por primera vez en bastante tiempo las familias con menores parecen presentar menos problemas para llegar a fin de mes.
A pesar de la mejora de los datos en los últimos años (en 2024 la pobreza cayó a su nivel mínimo en Galicia desde el año 2008), también en los indicadores para infancia y juventud, 58.000 menores viven aún en riesgo de pobreza en nuestro país, como alertó recientemente un estudio de la Plataforma de Infancia en colaboración con la Plataforma de Organizaciones de Infancia de Galicia. Además, el 31,2% de las familias monoparentales gallegas sigues estando en riesgo de pobreza, un porcentaje que duplica los valores medios del conjunto de la sociedad.
Para EAPN Galicia, que destaca la evolución positiva de los datos que, "con toda la prudencia, llevan al optimismo", la mejora es en buena medida resultado de las políticas de protección a las familias, tanto las aplicadas a nivel autonómico, como la gratuidad de las escuelas infantiles o la tarjeta bienvenida, como las políticas estatales de bienestar, comenzando por la extensión del Ingreso Mínimo Vital.
La entidad llama a mantener las políticas puestas en marcha y a acrecentarlas y mejorarlas. En concreto, insta a la Xunta a modificar la Lei de Inclusión Social para facilitar el acceso a la Renta de inclusión social de Galicia (RISGA) y a su complementariedad con el IMV mientras no se transfiera al Gobierno gallego. También reclama un mayor apoyo a las familias monoparentales y cambios en la política de vivienda, pues el ascenso de los alquileres se convirtió en un problema social de gran magnitud que, en este caso, afecta de forma especial a las familias con menores.
La puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital, a pesar de todos los defectos que arrastra desde su puesta en marcha, con dificultades burocráticas que están limitando su alcance, está suponiendo una ayuda fundamental para muchas familias con menores con problemas. Como muestra, un dato. La RISGA llegó a beneficiar un máximo de 10.761 personas (2016), mientras que las distintas prestaciones del IMV llegan a 94.202 personas (octubre de 2025). Hay que tener en cuenta, eso sí, que más de un tercio de esas personas beneficiarias reciben únicamente el Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI), que ya existía y que además tiene una cuantía muy inferior, algo más de cien euros al mes.
En cualquier caso, está claro que el Ingreso Mínimo Vital está suponiendo un beneficio muy importante para muchas familias, especialmente para las familias con menores. Ahí están los últimos datos gallegos: más de 35 mil prestacioens, que llegan a más de 94 mil personas beneficiarias, con una aportación mensual media de 482 euros.
Dos de cada tres titulares son mujeres y en dos de cada tres hogares que reciben las ayudas hay menores de edad, un total de 21.662, que representan alrededor del 10% de los hogares con menores de 16 años en Galicia. Además, casi uno de cada cinco hogares que reciben el IMV son familias monoparentales.
Recientemente UNICEF España propuso a través de un informe la puesta en marcha de una prestación universal a la infancia, progresiva, de cien euros. El documento alertaba de que la tasa de pobreza infantil en el conjunto del Estado español (muy superior a la gallega) es la más elevada de la Unión Europea. "Es el momento de actuar. No hacerlo no sólo tiene consecuencias directas en la vida de miles de niños, niñas y adolescentes; también tiene un enorme coste para el país y aumenta la vergüenza de estar a la cola de la UE. Sabemos qué medidas funcionan, por lo que esta situación no debería prolongarse más", señaló Gustavo Suárez-Pertierra, presidente de UNICEF España.
En los cálculos realizados por UNICEF, la prestación universal por crianza reduciría el número de menores en situación de pobreza un 11%. El coste de implantarla sería de 3.500 millones de euros netros según los cálculos, una cuantía reducida debido a que incluiría la transformación de las deducciones actuales que tienen las personas con hijos a cargo que hacen la declaración de la renta.
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"Las prestaciones universales progresivas son más eficaces en reducir la pobreza infantil, garantizan el acceso de quien más las necesitan, vivan donde vivan, y reducen la estigmatización, además de prevenir la pobreza y reconocer el esfuerzo de las familias", defiende UNICEF.
"No podemos conformarnos" con la mejora de los datos o con que sean más positivos que en el resto del Estado, destacaba recientemente la Plataforma de Infancia, señalando que "persisten retos importantes". Por ejemplo, Galicia supera la media del Estado en hogares que no pueden permitirse ir de vacaciones por lo menos una semana al año (36,7% frente al 35,6% en España). También se incrementó en casi dos puntos el porcentaje de familias que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado por lo menos cada dos días, aunque sigue por debajo de la media estatal (5,1% frente al 6,9%).
La Plataforma de Organizaciones de Infancia de Galicia reclama mejoras en la renta garantizada de ciudadanía, un Plan de apoyo a las familias monoparentales y políticas de vivienda digna y accesible, así como reforzar el acceso a becas comedor y actividades de ocio vinculadas a los comedores escolares. Además, demanda que se destine un mínimo del 5% de los fondos del Fondo Social Europeo Plus (FSE+) a la lucha contra la pobreza infantil, garantizando recursos estables para políticas de infancia.