La estrategia de las derechas
Feijóo se acerca a Abascal tras años de vaivenes y en plena ofensiva de Vox contra el PP
A escondidas, sin convocatoria pública y sin explicaciones. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se reunió este miércoles 25 de junio con el presidente de Vox, Santiago Abascal, tras la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Hacía ya casi dos años desde que trascendiera su último encuentro, que tuvo lugar poco después de las elecciones generales del año 2023. La de este miércoles fue una reunión "informal", según fuentes de Génova, en la que ambos comentaron "el contexto político nacional e internacional" el día de inicio de la cumbre de la OTAN en La Haya, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como uno de los principales protagonistas.
"El encuentro fue cordial y respetuoso desde la lógica discrepancia entre partidos diferentes", trasladaron desde el PP a los medios. La reunión se produjo en el despacho de Feijóo y fue el conservador quien la propició, según trasladan fuentes de la dirección nacional a infoLibre. Un movimiento que, sin embargo, desconcertó a algunos dirigentes del PP tras meses de acusaciones cruzadas, especialmente por parte de Abascal, contra su jefe de filas. "La obsesión de Vox es atacar al PP. La del PP es acabar con Sánchez", resumen fuentes de Génova, que no se acaban de fiar del partido ultra.
Desde Vox confirmaron la reunión en los términos expresados por el PP, pero aprovecharon para lanzar una pulla al partido: "Santiago Abascal dice lo mismo en público que en privado", trasladaron fuentes de la formación. El propio Abascal se jactó recientemente de que los populares hayan "copiado" algunas de sus consignas, pero también lamentó que se queden únicamente en la retórica. "Feijoó ha empezado a hablar de fanatismo climático, ¿os suena? Luego se va a Bruselas y ahí se pone de rodillas ante el pacto verde y ahí ya hablan de negacionistas", dijo en un acto el pasado domingo.
Feijóo, más complaciente con Vox que Casado
El ultraderechista dirige la mayor parte de sus ataques contra el líder del PP —y no tanto contra sus dirigentes autonómicos,— al que le recrimina su "debilidad" a la hora de hacer oposición a Pedro Sánchez, instándole en cada declaración pública a presentar una moción de censura contra el líder socialista. "Quizá el PP está inhabilitado porque se siente asustado ante el PSOE, ante la acusación mutua de corrupción", dijo después de que Feijóo rechazara liderar esa moción, acusando a los conservadores de ser "absolutamente incapaces de dar la batalla" por estar "inhabilitados por casos que se van a juzgar dentro de poco".
En el plano político Abascal no tiene ningún miramiento a la hora de arremeter contra Feijóo, pero ambas partes aseguran que su relación personal es de respeto. Su gran discrepancia no es tanto ideológica como estratégica, ya que la razón de ser de Vox es forzar al PP a radicalizar sus posiciones. Y lo están consiguiendo, prueba de ello son los recientes acuerdos presupuestarios en autonomías como la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares.
Por el momento, no se ha producido la gran ruptura que el líder de Vox sí escenificó con Pablo Casado después de que el exlíder de los populares votara en contra de su moción de censura en 2020 mostrándose extremadamente crítico con ellos. Feijóo, sin embargo, apostó desde sus inicios por una relación más complaciente y ordenó a su grupo abstenerse en marzo de 2023, en la que los ultras presentaron como candidato al economista Ramón Tamames.
De ser la "ultraderecha de verdad" al "voto útil a Sánchez"
Con todo, la de Feijóo y Abascal ha sido una relación marcada por los vaivenes. En 2019, cuando el PP ya había pactado con Abascal la investidura de Juanma Moreno en Andalucía, el entonces presidente de la Xunta decía que Vox había nacido "en el ámbito de la extrema derecha" y era "la ultraderecha de verdad". Tras llegar a la presidencia del PP y comprobar que si quería llegar a la Moncloa debía hacerlo a lomos de los ultras, renunció "por respeto" a utilizar ese término.
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Nada más aterrizar en Madrid, Feijóo se vio obligado a dar cobertura a los pactos autonómicos y municipales firmados por el PP con los ultras. Primero en Castilla y León y después en otras cinco autonomías tras las elecciones de mayo de 2023. El líder del PP se plegó a las condiciones de Abascal para conseguir el respaldo de la extrema derecha y normalizó las relaciones entre las dos fuerzas políticas.
Tras reconocerlos como un interlocutor válido, Feijóo pasó al ataque en campaña electoral de las generales acusándolos de ser el "voto útil a Sánchez". "Para que todo continúe igual y que el sanchismo se quede", decía el conservador. Con el difícil objetivo en mente de gobernar en solitario —los números no dieron, siquiera, para hacerlo conjuntamente— les tildó de "extremistas", aún sin citarlos: "En España puede haber un Gobierno que no dependa de ningún partido extremista, ni de izquierdas ni de derechas".
En estos más de tres años al frente del PP, Feijóo ha comprobado de primera mano las dificultades de plantear una hoja de ruta independiente de lo que haga Vox, presionado a su vez por el ala dura de su partido. Como se puede comprobar en la ponencia política recientemente presentada por el PP de cara al congreso de julio, la extrema derecha ha logrado desplazar el marco ideológico del PP en materias como la migración, el cambio climático, la vivienda, el maltrato animal, la ley trans o la propia relación con los ultras,.