PRESUPUESTOS GENERALES

El Gobierno acelera los contactos para pactar los presupuestos pero avisa a sus socios de que "no pidan la Luna"

Pedro Sánchez presenta las inversiones previstas en los aeropuertos durante el quinquenio 2027-2031

De manera muy discreta el Gobierno está levantando el teléfono. Se tocan ya algunas teclas. El Ministerio de Hacienda quiere acelerar el proceso de presentación del proyecto de presupuestos generales del Estado. Los departamentos trabajan a todo pulmón ya para cuadrar sus partidas, mientras hablan los socios socialistas y de Sumar. También se ha contactado con algunos de los grupos del bloque de investidura.

La intención del Ministerio de Hacienda, según fuentes gubernamentales, es llevar “cuanto antes” la senda de déficit al Congreso, paso previo a la aprobación de las cuentas públicas. Y, asimismo, en el Ejecutivo desvinculan una negociación en paquete de ese trámite y del proyecto de ley de los presupuestos generales.

El Gobierno es consciente de las enormes dificultades que tiene para poder llevar a buen puerto este proyecto. “El problema es que en estas negociaciones se mezcla todo”, analizan en el núcleo duro de Pedro Sánchez sobre las peticiones que llegarán desde todos los grupos parlamentarios. Por eso, la intención del Gobierno es hacer ver a los interlocutores que “no se puede pedir la Luna”. Por ejemplo, consideran imposible hacer efectiva la exigencia de Podemos de rebajar por ley un 40% los alquileres.

Los grupos más difíciles

Podemos se ha convertido para el Gobierno en el principal obstáculo de la legislatura, por encima de Junts, según consideran varias fuentes socialistas y de Sumar, que no comprenden su posición de rechazo. Un miembro del Gobierno indica: “Nos cuesta entenderlos. Están muy en el ‘no’ a todo. Hasta en el tema de Gaza. Siempre denostan nuestras medidas”.

El PSOE también mira a Junts como clave de esos presupuestos. En La Moncloa se han acostumbrado ya a que las negociaciones con los posconvergentes sean “carpeta a carpeta” y se alarguen siempre hasta el último momento. Algunos dirigentes socialistas ven agua en la piscina, pero recuerdan que son imprevisibles los de Carles Puigdemont. Y, además, tratan de rebajar la tensión después del choque entre Sumar y los posconvergentes, lleno de acusaciones cruzadas a raíz de la votación de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales.

Los socialistas se enfrentan la semana que viene a una derrota parlamentaria en la proposición firmada con Junts para traspasar las competencias en materia de migración a la Generalitat de Cataluña. Podemos no tiene la intención de apoyar el texto. ¿El rechazo del Congreso puede afectar a la relación entre Moncloa y Puigdemont? En el Gobierno indican: “Nosotros hemos cumplido. No podemos comprometer el voto de Podemos a Junts, ni el de Junts a Podemos”.

El ala de Sumar considera que el proyecto de presupuestos debe ser expansivo y servir de paraguas para medidas sociales que repercutan en el beneficio diario de los ciudadanos, al estilo de la ampliación de los permisos por nacimiento de hijos. El Gobierno cree que tiene margen de sobra para ello con una economía al alza. 

En el pasado Consejo de Ministros se revisó el cuadro macroeconómico con la previsión de un 2,7% del PIB para este año. Asimismo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, entiende que ese crecimiento será del 2,2% en 2026 y del 2,1% para 2027 y 2028, incluyendo un aumento cada año de una media de 480.000 puestos de trabajo.

Llamadas y contactos

Algunos de los grupos en el Congreso, según fuentes parlamentarias, ya han establecido conversaciones con el Gobierno para allanar el camino de los presupuestos. Ha habido una primera toma de contacto con EH Bildu, aunque este partido reconoce que la “negociación de verdad” empezará a finales de mes: “Pondremos el foco en avances sociales y económicos además de partidas territoriales”.

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En ERC también confiesan que ha habido “algún contacto” sobre esta cuestión, aunque ponen por delante, como ya ha dicho Oriol Junqueras, que cualquier negociación está vinculada a cumplir acuerdos como la financiación singular para Cataluña. El BNG también ha mantenido alguna conversación con los socialistas de cara a los presupuestos generales.

Igualmente, en el PNV señalan que en los próximos días van a empezar a intercambiar expresiones con el Gobierno con la idea de llegar a “buen puerto” en las cuentas anuales. En cambio, desde Podemos subrayan que ellos no han recibido ninguna llamada por parte de Hacienda. 

Los presupuestos son una meta que parece ahora mismo muy difícil de conseguir para el Gobierno. ¿Y si no salen adelante? Fuentes del Ejecutivo insisten en que su intención, como ya dijo Pedro Sánchez, es continuar la legislatura porque entienden que se puede seguir con las actuales cuentas prorrogadas. En Moncloa reiteran que hay coalición hasta 2027.

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