El futuro de la izquierda

Montero asume que el futuro de Podemos se decide el 9J mientras Sumar busca cabeza de cartel potente

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y la secretaría política de Podemos, Irene Montero, interviene durante la presentación de su candidatura ‘Ahora más que nunca’ a las elecciones europeas.

Irene Montero ha renunciado a una "salida política fácil"—nada más y nada menos que a un puesto de embajadora en Chile— para concurrir como candidata a las europeas. Así lo reveló este lunes la líder de Podemos, Ione Belarra, en el acto de presentación de la lista que encabeza Montero para los comicios, que se celebrarán el 9 de junio. "Habría sido muy fácil dar un paso al lado y, sin embargo, Irene ha decidido echarse a la espalda una campaña muy difícil pero muy importante. Nos estamos jugando tener una izquierda que no asuma los límites del PSOE como 'lo que hay', que no se conforme, que quiera dar las peleas y los debates difíciles".

El hecho de que Montero, a quien desde Podemos definen como su mayor "activo político", sea la candidata de esos comicios es "una apuesta", según fuentes del entorno de la exministra de Igualdad, para comprobar si los españoles demandan una izquierda "más combativa" de lo que es, a su juicio, Sumar. Es decir, quieren comprobar si el proyecto político de Podemos, que nació hace una década, está agotado o si, por el contrario, hay espacio para reconstruirlo.

Uno de los ejes sobre el que pivotará su campaña es el del "recorte" en derechos que, a su modo de ver, está impulsando el actual Gobierno formado por el PSOE y Sumar. Para ejemplificarlo, Montero aludió a unas palabras del ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, cuando afirmó que su mejor creación había sido Tony Blair. "Un laborista que fundó en su momento la tercera vía, que significaba defender desde la izquierda las políticas de derechas". Según explican fuentes de su entorno, la coalición está impulsando políticas que "no se atreverían" a realizar desde el PP hace una década y aseguran que es fruto de un proceso de "derechización" de la política, impulsado por el PSOE por el contexto internacional y avalado por Sumar.

Los morados también van a reimpulsar la proclama del 'no a la guerra' con el contexto del conflicto entre Israel y Palestina. Montero ha cargado contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que ha acusado de ejercer de "guardaespaldas" de EEUU e Israel y de querer meter a España en una guerra contra Yemen por el envío de tropas al Mar Rojo. "Hace falta una izquierda que no solo diga paz, sino que haga paz", completó Belarra. Además, el feminismo estará muy presente en campaña y Montero se presentará como la ministra que ha logrado "más avances".

Si Montero no logra el acta, la dirección se planteará la viabilidad de Podemos

Para Podemos un mal resultado sería no lograr, ni siquiera, el acta de la propia Montero. En ese caso, la número dos del partido, según explican fuentes cercanas, haría "autocrítica" la misma noche electoral, porque se constataría "el fracaso" de su estrategia, especialmente si Sumar —su principal competidor en ese espacio— sí que consigue apoyo electoral o hay una enorme diferencia de votos entre ambas candidaturas. En ese sentido, Montero asume que el futuro del partido pasa por las europeas y aunque las citadas fuentes evitan adelantar escenarios, sí que detallan que eso implicaría realizar una "profunda reflexión" sobre la viabilidad de Podemos.

¿Y qué sería un buen resultado? Oficialmente desde la dirección de Podemos evitan hacer cábalas sobre el número de actas que podrían conseguir, aunque algunas voces apuntan a que podrían obtener dos e incluso tres en las previsiones más optimistas: la de Montero y la de los coportavoces estatales de la formación morada, Isabel Serra y Pablo Fernández respectivamente. Sin embargo, también asumen que en las europeas participará menos gente que en unas generales y que la derecha aprovechará para convertirlas en un plebiscito sobre la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Ejecutivo. Asimismo, consideran que el socialista se presentará como la única candidaturas solvente frente al "caos" a su izquierda.

Desde la formación morada no esconden que se encuentran en un momento delicado tras la debacle de las autonómicas y municipales, lo que implicó tener menos fuerza para negociar puestos con Sumar en las generales. El resultado del 23J, que Belarra calificó como "decepcionante" pese a la posibilidad de formar un gobierno con los socialistas, tampoco les dio lo que más anhelaban: la continuidad de Montero frente al ministerio de Igualdad. Finalmente se quedaron fuera del reparto ministerial, lo que precipitó su marcha del grupo parlamentario. Ahora buscan medir sus fuerzas con la líder de Sumar, Yolanda Díaz, porque consideran que les ha dado por muertos antes de tiempo y ha minusvalorado su fuerza.

Sumar busca a un cabeza de cartel "potente" para competir con Montero

Sumar, por su parte, también es consciente de necesitarán un revulsivo electoral ya que las próximas europeas van a ser "muy políticas" y deberán tratar de activar al votante progresista para advertirle de los peligros que supone el auge de la extrema derecha en Europa. Sin embargo, algunos temen que este discurso no interpele de la misma manera que las generales y por eso algunas voces señalan que necesitarán una candidatura "potente" para competir con Montero.

Entre los nombres más repetidos está el de la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que renunció en su día a ser ministra —según reveló ella misma — y que ahora podría volver al consistorio de la ciudad condal si cierra un acuerdo de gobierno con Jaume Collboni. Las fuentes consultadas aseguran que, a día de hoy, Colau estaría lejos de aceptar irse a Bruselas. Otra posibilidad es que Sumar optara por un perfil como el de Íñigo Errejón, que también está en las quinielas para ser portavoz parlamentario, ya que se trata de un perfil muy reconocido y podría dar la batalla a Montero —en una suerte de Vistalegre III —. Desde Sumar ven más complicado que otros perfiles con mayor rango, como el de los ministros Ernest Urtasun o Sira Rego, sean los elegidos ya que llevan pocos meses en el cargo, aunque lo cierto es que ambos conocen muy bien la dinámica parlamentaria y ocuparon posiciones de poder dentro de sus grupos.

Además, Sumar deberá realizar complejos equilibrios dentro de la coalición, ya que quiere reeditar la alianza del 23J —a excepción de Podemos— pero son varias las formaciones que integran y todas ellas, desde Compromís a Más Madrid, los comunes o Izquierda Unida quieren garantizarse, al menos, un acta pese a lo ajustado del reparto. Esto podría complicar el encaje de perfiles como el de María Eugenia Rodríguez Palop, la candidata de Unidas Podemos en 2019 y persona de máxima confianza de Díaz, que espera repetir en la lista.

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Uno de los motivos de Podemos para coaligarse con Sumar en las generales radicaba en las dificultades de presentar una candidatura por separado a nivel nacional, por el reparto de escaños provincial en base al sistema D'hont. En el caso europeo, al ser circunscripción única, creen que el reparto les beneficiará. En las elecciones del 2019, el último escaño se eligió con 367.981 votos. A la coalición de partidos nacionalistas y regionalistas en la que estaban PNV, Geroa Bai o Coalición Canaria le costó más de 600 mil votos su único escaño y Junts Per Catalunya, con Carles Puigdemont de candidato y casi un millón de votos, solo obtuvo dos actas.

Ahora que se reparten más escaños tras la salida de Reino Unido ese umbral, previsiblemente, bajará y, si tomamos como referencia el resultado de 2019, se podría situar en torno a 320 mil votos tal y como apuntan algunos expertos en demoscopia. Cuanto menor sea la participación, más fácil será conseguir un escaño. En los últimos comicios, la marca Unidas Podemos obtuvo más de dos millones de votos, el 10% del total, que se tradujeron en seis escaños.

En las europeas en las que Podemos dio la sorpresa, las que se celebraron en mayo de 2014 con Pablo Iglesias al frente, la formación morada obtuvo cinco escaños y más de un millón de votos —1.253.837 concretamente—. Sin embargo, se suele obviar que Izquierda Unida, que se presentó con Willy Meyer como candidato, obtuvo un millón y medio de los votos y seis escaños. Es decir, la izquierda alternativa al PSOE aglutinó a casi tres millones de personas. Unas perspectivas que una década después, con Sumar dentro de la ecuación, son impensables. "El PSOE ha ganado espacio con votantes que entonces apostaron por fuerzas alternativas y su izquierda lo hemos perdido", explican fuentes moradas.

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