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El futuro de la izquierda

IU rechaza la fórmula legal por la que apuesta Iglesias para ir a las municipales

El diputado de IU Alberto Garzón, durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces de este 30 de septiembre de 2014.

Juanma Romero / Daniel Ríos

No quiere torpedear los intentos de convergencia, ni ser ella la que rompa la baraja, pero en Izquierda Unida cunde, entre algunos cuadros, una cierta decepción y hasta hastío con el "cambiante" comportamiento de Podemos y, en especial, de su equipo promotor, liderado por Pablo Iglesias. Las diferencias en cómo ambas formaciones afrontan la crucial cita de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015 van aflorando, haciendo muescas en el proyecto de teórica confluencia. Primero fue la frialdad con que dispensaron los anhelos de confluencia. Después, la estrategia dispar en locales y regionales. Y ahora, la última discrepancia visible tiene que ver con la fórmula jurídica que ampararía la alianza de la izquierda. IU rechaza acudir a las locales de la próxima primavera "diluida" en una agrupación de electores. Apuesta a las claras por el método clásico: conformar una coalición electoral. Con "protagonismo ciudadano", eso sí. Pero coalición a fin de cuentas, porque ello le permitiría visualizar su marca –y la del resto de socios–, hacer que todos los votos en toda España se asignen a unas siglas, acceder a subvenciones, entrar en la pugna por las diputaciones. Ventajas que la ley no confiere a las agrupaciones de votantes. La federación de Cayo Lara entiende que esta cuestión es una "línea roja", y algunos de sus compañeros hablan ya, directamente, de "obstáculo insalvable".

Este miércoles, el equipo promotor de Podemos –compuesto, además de por Pablo Iglesias, por Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Íñigo Errejón y Luis Alegre– presentó un documento [consúltalo aquí en PDF] en el que daba más detalles sobre su intención de no presentarse bajo las siglas del partido a las próximas elecciones municipales. El nuevo escrito se añadió como un anexo a la propuesta política que presentó Iglesias hace poco más de una semana en el marco del congreso fundacional del partido, y deberá ser sometida a votación por todos los militantes de la formación junto a las otras 60 hojas de ruta propuestas por otros afiliados.

Sin embargo, el documento ofrece varias de las claves que seguiría el partido a la hora de confluir con iniciativas municipalistas –se llamen Ganemos, Mareas, Guanyem, Ikune...– en caso de que los militantes de Podemos escogieran la opción que plantea Iglesias. Y plantea varias líneas rojas que estos movimientos deberán cumplir para recibir su apoyo: la elección de los candidatos a través de elecciones primarias abiertas, la prohibición de firmar pactos "contra natura" con otra fuerzas políticas que puedan "comprometer la estrategia general de cambio en el país" y, sobre todo, que las candidaturas se presenten "preferentemente" a través de agrupaciones de electores.

Qué son las agrupaciones

De esta manera, Podemos no se implicaría como partido en una eventual coalición, sino que serían los integrantes de sus círculos quienes se unirían a título individual a los Ganemos. "Proponemos que quienes participamos de los círculos de Podemos apoyemos estas candidaturas con nuestro esfuerzo, participando como candidatos o candidatas, con nuestras portavocías, con nuestra presencia mediática y con nuestra capacidad comunicativa", señala el texto, que no obstante también advierte tajantemente de que "hay que dejar claro a quienes quieran que Podemos se sume a proyectos ya constituidos que Podemos trae consigo el cumplimiento de las condiciones que la ciudadanía exige".

El propio texto impulsado por Iglesias incluye un "anexo jurídico" donde explica a sus bases qué son las agrupaciones de electores. "Son formaciones políticas que se constituyen con el aval de un número variable de firmas de electores y sólo y exclusivamente para poder presentar candidatura en un proceso electoral concreto y determinado". No tienen, en consecuencia, "vocación de permanencia o naturaleza de asociación" y no necesitan siquiera inscribirse en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior. Cada agrupación es "autónoma e independiente de cualquier otra", no tienen conexión entre ellas, porque su ámbito electoral es la circunscripción donde concurra (el pueblo, la ciudad...), y no caben ni las coaliciones entre ellas ni la alianza con partidos políticos. Para poder formalizar la presentación de una agrupación, hace falta recoger firmas de los inscritos en el censo del municipio. Por ejemplo, si es una localidad de entre 5.000 y 10.000 habitantes, al menos hacen falta 100 apoyos. 

El coordinador del equipo organizador del congreso fundacional del partido, Luis Alegre, insistió, en declaraciones a infoLibre, en que la condición de que las iniciativas municipalistas se presenten formalmente como agrupaciones de electores no es una línea roja para que Podemos finalmente las apoye, aunque también expresó su preferencia por ese sistema porque es "lo que mejor se adapta" a lo que plantea la formación. Lo que sí rechazó tajantemente Alegre es cualquier otro modelo de confluencia que suponga un "pacto entre cúpulas" de partidos, ya que, según señaló, el objetivo de Podemos es crear "plataformas de empoderamiento popular y ciudadano con el objetivo de construir nuevas mayorías".

Unanimidad en IU

Las coaliciones electorales, en cambio, son la suma de partidos y federaciones de partidos (esto es IU, una federación). IU, por citar los últimos comicios, ha concurrido en diferentes coaliciones: La Izquierda Plural en las europeas de 2014 y en las generales de 2011 –con distintos socios–, La Izquierda en las europeas de 2009 o Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en las gallegas de 2012. Los integrantes de las coaliciones deben designar un representante ante la Junta Electoral. Todos los votos recibidos, en distintas circunscripciones, van a parar a una saca común, y según sus resultados, pueden acceder a subvenciones públicas. En el caso de las locales, el cómputo de votos conjunto tiene otra utilidad: las papeletas que vayan a la misma alianza se contabilizan y sirven para tener diputados provinciales. IU considera un error estratégico "dejar la puerta libre" a PSOE y PP en los Gobiernos provinciales

Igual que en otros aspectos, a la hora de enfocar la convergencia, sí se notan las diferencias entre la vieja guardia de IU –el círculo de Lara y sus colaboradores más cercanos– y la nueva generación –que encabeza el secretario de Proceso Constituyente, Alberto Garzón–, en esta cuestión no hay discrepancias. El 12 de septiembre, como adelantó este periódico, el coordinador se reunió con los barones territoriales y a ellos les aseguró que la federación "no se diluirá en las plataformas ciudadanas". Y aunque se aparcó un documento concreto sobre el mecanismo legal, sí hubo un amplio acuerdo en lo siguiente: apuesta decidida por candidaturas de unidad popular –se llamen Ganemos o con otra denominación–, "que se traducen jurídicamente en coaliciones electorales de protagonismo ciudadano". "Esa es nuestra línea roja", señalaban ayer miércoles a este diario fuentes oficiales. No obstante, sí se contempla que en algunos casos concretos se opte por otras fórmulas, pero no se desea que esa sea la pauta general. 

En IU también se respalda la hoja de ruta marcada por Garzón y su equipo en el documento presentado la semana pasada: si hay suma de las izquierdas, que la federación considera urgente y "necesaria", debe darse tanto en el ámbito municipal como en el autonómico, porque de lo contrario se disolvería "la fuerza de la alternativa". Podemos, en cambio, prefiere acudir con Ganemos en las locales y con sus propias siglas en las regionales. Y siempre con el tiro puesto en las generales de dentro de un año.

"Irresponsabilidad enorme"

"Aceptamos la horizontalidad, aceptamos las primarias abiertas, converger en base a un programa común y hasta acudir con otra denominación, como hicimos con AGE, pero nuestro modelo legal es el de la coalición. No aceptar eso es una chorrada. Es más, es una garantía para Podemos, porque todos los votos se sumarían y tendrían acceso a subvenciones. Lo contrario, para nosotros, es disolvernos", aseguraba anoche un coordinador regional que acudió a la reunión con Lara en Madrid. Otra fuente, que también estuvo presente y que desde mucho tiempo atrás (antes de las europeas) apostaba por la confluencia y la apertura, se declaraba "entristecida" por la nueva exigencia de Podemos, por el "nuevo peldaño" que ha subido, consciente de que será muy difícil cumplir incluso por razones operativas, porque en ciertas poblaciones pequeñas, a quien firme una agrupación, le supone "estar sometido a un control social enorme". "Podemos tiene un problema serio: unos quieren converger con nosotros y otros no. Nosotros hemos un esfuerzo muy importante y hemos ganado el debate dentro de IU. ¿Y ahora nos vamos a diferenciar por las agrupaciones? Si hacen de esto una cuestión burocrática, será un error, el colmo. Es un disparate. Una irresponsabilidad enorme por parte de Pablo y los suyos".

Dentro de la federación, se critica además que Podemos haya decidido anticipar el debate cuando todavía se está muy al comienzo del proceso, "y cerrarlo por arriba", lanzándolo desde el equipo promotor. "No sabemos a qué juegan. Me parece hasta injusto respecto a nosotros. Es que gobernar es algo muy serio, y los pactos hay que hacerlos con garantías", señala esta fuente, que considera que este tema jurídico puede acabar siendo un "obstáculo insalvable" que impida la alianza. La preocupación se palpa incluso en los dirigentes más claramente partidarios de la confluencia, y los que hasta ahora eran más optimistas: "Digamos que no han estado finos en esto. Ellos están vírgenes en muchas cosas. Quizá lo hacen por desconocimiento. De todos modos, vamos a esperar, porque esta semana dicen una cosa diferente a la semana pasada. Están en su debate congresual, y es cambiante", aseguraba un miembro de la cúpula federal. 

Ganemos Madrid promueve la participación ciudadana

Jorge García Castaño, dirigente de IU Madrid y participante de Ganemos, se resiste a hablar de líneas rojas. Cree que primero hay que trabajar "políticamente", centrarse en los objetivos ("echar al PP de las instituciones") y en el programa, y después poner puntada al hilo jurídico, pero más tarde. Y considera que el modelo Guanyem Barcelona será "inspirador" para el resto de iniciativas municipalistas. Guanyem, precisamente, no tiene nada decidido. Ni ha abierto aún el debate del encaje legal, aunque espera que esté ultimado para diciembre. No obstante, como afirmaba este miércoles Jaume Asens, portavoz, con Ada Colau, de la plataforma, hay más reticencias al mecanismo de la agrupación de electores. "Todo el modelo está pensado para favorecer a partidos y coaliciones. En las agrupaciones, todo son problemas y apenas una la ventaja: que resulta atractivo desde el punto de vista de la imagen. Tampoco hemos visto experiencias de agrupaciones con vocación de ganar, y menos en grandes ciudades. Están pensadas para localidades pequeñas". En Ganemos Madrid aún no se ha entrado a discutir este asunto. "Aún no toca. Nos inclinamos por respetar los calendarios que nos hemos dado", decía Guillermo Zapata, uno de los coportavoces del proyecto

IU es reacia a los "ataques", y no entrará en "provocaciones". Pero sus dirigentes sí insisten siempre en que quien rechace la convergencia "tendrá que dar explicaciones" y asumir las consecuencias. Por la federación, dicen, no quedará. Y ellos serán "generosos". 

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